Antonio González Vázquez
A todo el personal de salud muchas, muchas gracias, es el mensaje de gratitud que Noé Delgado estampó en el parabrisa trasero de su auto.
Con letras verdes, blancas y rojas, la frase de agradecimiento es además un llamado a la solidaridad al trabajo de doctoras y doctores, de enfermeros y enfermeras que desde hace nueve meses están en la primera línea de batalla contra la pandemia.
En su reporte de hoy, la Secretaría de Salud da cuenta de que hasta el momento suman 29 defunciones entre el personal de salud, mientras que los casos de contagios confirmados llegó a 3 mil 822.
Noé Delgado regresó a San Luis Potosí luego de haber trabajado por décadas en los Estados Unidos. Parte de su familia continúa radicando en la ciudad de Chicago. Su familia ha sido víctima de la pandemia, conoce por experiencia propia lo que significa el virus mortal.
Una joven de su familia trabaja en un hospital de Chicago y sin darse cuenta, se contagió y luego llevó el virus a su casa y contagió a su madre. Han sido momentos difíciles, pero confían en que ambas se van a recuperar.
Luego de que en San Luis Potosí se presentaron los primeros casos de contagio y decesos, Noé consideró prudente hacer algo para dar las gracias a quienes ponen en riesgo su vida a favor de otros.
Entonces, por el rumbo del Centro de Abastos le surgió la idea de colocar un mensaje de agradecimiento en su vehículo con la intención de que la gente se de cuenta de lo importante que es apoyar al personal de salud.
Incentivarlos, motivarlos, darles ánimo porque lo que estamos enfrentando es algo muy serio. Pedí que la frase llevara las letras con los colores de la bandera de México porque hace falta una solidaridad patriótica.
Es que a veces somos muy tercos, no queremos entender que la epidemia es un problema enorme que nos puede dañar a todos; nos negamos a utilizar el cubre bocas y tampoco seguimos las recomendaciones para cuidar la salud, dice Noé.
No vamos a entender sino hasta el momento en que se contagien nuestros padres, hermanos o hijos; eso no se vale. Pero tampoco está bien que mientras la epidemia se extiende, no seamos sensibles y no demos las gracias a los que nos están ayudando.
Relata que ha habido varios momentos en que alguien se acerca a mí cuando voy en el auto y me dicen, gracias por su mensaje. Son trabajadores de los hospitales. Están fatigados, abrumados y necesitan saber que la sociedad les reconoce y respalda.
Desde otro vehículo, una doctora me saludó y me dijo que llevaba un mensaje muy bonito y que le resultaba gratificante y reparador, pues lo que ha habido son casos de discriminación solo porquen nos ven con bata blanca.
Es que la gente es terca, no solo en México sino también en otros países; ahí tiene a Donald Trump que no creía en el coronavirus hasta que se contagió. O también, el presidente Andrés Manuel López Obrador que no usa el cubre bocas, aunque debiera ser él quien ponga el ejemplo, agrega.
Hay que respetar a las enfermeras y a los enfermeros, a las doctoras y a los doctores porque no sabemos hasta cuando se extenderá la pandemia, dicen que ya hay vacunas, pero ahorita tenemos que cuidarnos todos y, en especial, cuidar a los trabajadores y trabajadoras de la salud. Ellos, subraya Noé, merecen todo nuestro respeto.
