El caso de tres jóvenes de Guanajuato desaparecidos en la Huasteca potosina

María Ruiz

Para la señora Juana Cervantes Rodríguez, la desaparición de su hija Yuliana Vaca Cervantes de 18 años de edad, originaria de San Miguel de Allende, Guanajuato, se ha convertido en todo un proceso traumatizante y sumamente doloroso.

Sin recursos económicos y sin un acompañamiento por parte de las autoridades de su localidad, la señora Cervantes Rodríguez hoy se pregunta ¿qué fue lo que pasó con el paradero y localización de su hija Yuliana? Así como de otros dos jóvenes que la acompañaban para vacacionar en la Huasteca potosina: Ana Karen Pérez Yáñez y José Manuel Guerrero Rangel, de 18 y 23 años respectivamente.

Desde el pasado 5 de marzo de este año, las familias de Yuliana, Ana Karen y José Manuel, perdieron todo contacto con estos jóvenes. Esto, después de que Yuliana se contactara con su madre un día antes para avisarle que ya se encontraban en Ciudad Valles.

“Ella me dijo que ya habían llegado allá y que pronto me mandaría una recarga para mi celular para así hacer una videollamada, porque me quería mostrar lo bonito que era ese sitio, pero nunca me llegó la recarga”.

Después, Yuliana se contactó con su mamá para avisarle que habían sido detenidos por supuestos elementos de seguridad que los acusaron de haber sustraído una bicicleta.

“Cuando me llegó la llamada de mi hija de inmediato nos pusimos de acuerdo y realizamos las llamadas pertinentes. Ninguna autoridad supo referirnos nada al respecto dentro de las primeras 36 horas después de esa llamada e incluso negaron que se encontraran detenidos. En ese instante dejé de tener contacto con ella”.

Juana decidió interponer una denuncia ante la Fiscalía General del Estado de Guanajuato por la desaparición de su hija; inmediatamente se emitió una ficha de búsqueda.

Posteriormente, fueron las familias de Ana Karen y José Manuel, quienes acudieron también ante este organismo público de justicia para realizar las denuncias correspondientes.

Sin embargo, luego de dar parte a las autoridades, las investigaciones y estrategias de búsqueda jamás les han sido compartidas. Acciones que considera la señora Cervantes Rodríguez, han impedido de alguna u otra manera tener acceso a datos, pistas, pruebas o algún otro tipo de indicio que les indique de qué manera se están realizando las diligencias correspondientes para la pronta localización de estos jóvenes.

“Desde que se interpuso la denuncia no hemos sabido nada. Hace algunos días solo vinieron a hacernos unas preguntas los de la Fiscalía hasta nuestra casa. Pero solo ese tipo de acercamiento se ha realizado por parte de las autoridades de Guanajuato”.

Sin detalles y sin esclarecerle qué tipo de estrategias y ejecución de diligencias están destinadas al protocolo de búsqueda de su hija, la señora Cervantes Rodríguez, se ha quedado a la espera de saber cuáles son los procedimientos que regulan y le dan seguimiento a la denuncia por desaparición que interpuso.

“Las familias afectadas somos de escasos recursos. No sabemos mucho de leyes y mucho menos tenemos conocimiento de lo qué debemos de hacer. Ha pasado casi un mes que no sabemos de nuestros hijos, queremos y solicitamos ayuda”.

Una travesía turística sin final

Yuliana trabajaba en un invernadero localizado en una microregión cercana a San Miguel de Allende. Esta labor le requería entregar mayor parte de su tiempo para subsistir y así ayudar a su madre y a su pequeña hija de tres años.

Responsable y de espíritu inquieto, Yuliana decidió comenzar a ahorrar para realizar su primer viaje turístico hacia la Huasteca potosina, donde tenía planeado vacacionar con dos de sus amigos, Ana Karen y José Manuel; este último dispuso de su camioneta negra Ford Escape para realizar el recorrido.

Ambos jóvenes se dedicaban al trabajo de granja en la comunidad de El Fraile y como Yuliana, ahorraron para poder disfrutar de un fin de semana fuera de su lugar de origen.

Un viaje que comenzó como una aventura entre amigos para distraerse y disponer de su tiempo libre al descanso y que lamentablemente terminó en tres desapariciones que siguen sin esclarecerse.

Actualmente, las familias de Yuliana, Ana Karen y José Manuel, no reciben ningún tipo apoyo como víctimas colaterales de desaparición, tampoco han tenido acercamiento con ningún colectivo de familias buscadoras y su localidad se exhibe indolente ante este suceso.

“Aquí ni hablar de marchas ni manifestaciones. Estas cosas no suceden por acá. De las autoridades ni sus luces, estamos en la nada respecto a cualquier noticia que se sepa de nuestros hijos. ¿Cómo se puede lidiar con algo así?”.

Hoy la señora Juana escucha los llantos de su nieta, quien pide a gritos la presencia de su madre, Yuliana.

“Actualmente yo soy la que se encarga de mi nieta, no recibo ningún tipo de apoyo. ¿Qué le puedo decir a una pequeña que me pide la presencia de su madre? Solo tengo una foto de su WhatsApp y es lo único que le da consuelo mi nieta”.

Y es que cada proceso de desaparición, búsqueda y localización, está colmado de un sufrimiento ominoso que ocasiona desde angustia, sentimientos de culpa, temor y ansiedad “por separación”.

“Emocionalmente ha sido muy difícil para las tres familias sobrellevar esta situación. Hasta donde sé, la madre de Ana Karen se encuentra muy grave de salud tras la noticia de su desaparición. De José Manuel solo le sobrevive una hermana que desde la comunidad donde reside, intenta darle seguimiento al paradero de su hermano”.

Juana menciona que la desaparición de su hija y de sus amigos, es un hecho que no alcanza a comprender ni a entender por completo. Y pese a no tener a su alcance la atención correspondiente de las autoridades, se resiste a claudicar, hasta saber el paradero de su hija.

“Es una incertidumbre terrible. No tengo dónde llorarle a mi hija, no sé si está viva o está muerta. Todo esto ha sido desgarrador para mí y para mi nieta, pero aún así dentro del dolor más profundo mantengo la esperanza, de que la encuentren sana y salva”.

Justicia pendiente

Hasta el momento se desconoce el trabajo que desempeñan las fiscalías de los estados de Guanajuato y San Luis Potosí para la localización de los tres jóvenes.

El fiscal general de San Luis Potosí, José Luis Ruiz Contreras, se limitó a compartir que el caso de estos tres jóvenes desaparecidos apenas había sido atraído por las autoridades potosinas el pasado miércoles 30 de marzo.

“Se inició apenas una carpeta de investigación, precisamente porque la FGE no tenía conocimiento formal de estas desapariciones. Supimos de ello a través de una publicación en redes sociales”.

Aunado a ello, el fiscal general declaró que, hasta el momento, se sabe de algunas “circunstancias” que sucedieron en el municipio de Ciudad Valles, donde Yuliana, Ana Karen y José Manuel realizaron su travesía como turistas y que, según las primeras referencias, habrían llegado posteriormente hasta el municipio de El Naranjo.

“Solo se tenía una denuncia que fue formalizada en Guanajuato de la cual no teníamos conocimiento, pero ya existe una colaboración oficial por parte de este órgano para colaborar con ellos y, por ende, desde este miércoles se comenzaron los trabajos de investigación en San Luis Potosí, en la Unidad de Métodos de Investigación del municipio de Ciudad Valles”, aclaró.

Hoy día, según las cifras referidas por Ruiz Contreras, durante el mes de marzo se han registrado por medio de la Unidad de Desaparecidos de la FGE, un total de 34 desaparecidos o personas no localizadas en la entidad, de las cuales se han localizado a nueve personas, tres mujeres y seis hombres.

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