El CEEPAC y la participación ciudadana

Por Victoriano Martínez

Las crisis provocadas por la pandemia del coronavirus Covid-19 han provocado tal diversidad de reacciones, entre las que se puede destacar la solidaridad para con quienes han visto comprometida su supervivencia por la paralización de la mayor parte de las actividades.

Sin embargo, hay de ayuda a ayudas.

Son numerosos los grupos que desde siempre –antes de la contingencia–, y muchos otros a partir de ella, se han organizado para apoyar a quienes más lo necesitan, sea en comunidades marginadas, asilos, reclusorios, hospitales, etc.

Son numerosos los políticos que, desde que apoyar a grupos vulnerables se volvió estrategia proselitista, acuñaron hasta el término ayudas sociales para etiquetar el uso de una parte del erario, o, sea que ocupen un cargo de elección o formen parte de un partido político, para obtener más recursos públicos y justificarlos con ese concepto.

Los grupos de siempre se las arreglan entre ellos para reunir los fondos necesarios y realizar el trabajo que su labor altruista implica: cooperaciones, colectas, etc.

Los políticos simplemente aprovechan que el sistema gubernamental ya operó la colecta por la vía del cobro de impuestos para, sin mucha dificultad, meter mano en los fondos públicos para su labor que de altruista sólo tiene un disfraz.

“De la mano de Giovanni Magdiel Márquez Galván estamos repartiendo casa por casa a personas de escasos recursos y en situación vulnerable, carne de res, pollo, puerco y despensas en el municipio de Huehuetlán.

“Para apoyar a las familias potosinas durante la contingencia provocada por el COVID-19, donaremos más de 20 toneladas de carne en todo San Luis Potosí. #YoTeCuido”, es el mensaje que publicó este lunes el diputado federal Ricardo Gallardo Cardona en su página de Facebook, donde constantemente hace alusión a su benevolencia a través de las brigadas verdes.

“Se han entregado en las cuatro regiones del estado 200 mil litros de cloro y gel antibacterial, más de 70 mil despensas, 200 toneladas de productos cítricos, además de agua potable y túneles sanitizantes”, reportó el diputado federal, como si esa fuera su responsabilidad como legislador y eso lo convirtiera en un gran parlamentario.

“Ayuntamiento capitalino rebasará la meta del programa ‘comida en casa’”, así encabeza un comunicado la administración municipal de Xavier Nava Palacios y agrega: “se entregaron ya las 20 mil canastas básicas programadas, se sumarán más apoyos alimentarios para 10 mil familias más”.

Hasta ahí quedaría el reporte de actividades de una autoridad que sí tiene en sus obligaciones atender a la población en periodos de contingencia. No obstante, ¿qué necesidad hay de que con ese tipo de comunicados se distribuyan innumerables fotografías de los beneficiarios, a quienes se exhibe en su condición de vulnerabilidad?

Pero aún, ¿Qué necesidad hay de hacerlos posar con la caja de despensa recibida en la que sea notorio un logotipo que representa la administración de Nava Palacios y no del Ayuntamiento de San Luis Potosí? ¿Por qué no incluyen en el informe cuántos beneficiarios fueron fotografiados al recibir la ayuda del alcalde y cuántos posaron con la despensa?

Los protagonistas de los dos ejemplos mencionados (Gallardo Cardona y Nava Palacios) publican imágenes de los beneficiarios. La fotografía es un dato personal en atención al derecho a la propia imagen y a la autodeterminación informativa, ¿cuentan ambos políticos con autorización de los fotografiados para difundir sus fotos o les violan ese derecho?

Los dos ejemplos contrastan con los grupos altruistas de siempre, que con sus propios medios generan los apoyos que entregan, llegan a difundir sus actividades de manera limitada entre sus propios círculos con la finalidad de poder dar continuidad a su labor, pero no para hacer alarde de ella, salvo casos muy excepcionales.

En la diferencia entre los grupos altruistas y los políticos oportunistas se encuentra la razón por la que autoridades como el Consejo Estatal Electoral y de Participación Ciudadana (CEEPAC) deben investigar la promoción que la gran mayoría de los políticos se hacen (no sólo los de los ejemplos citados) con cargo al erario y en clara violación al artículo 134 constitucional.

Ayudar de manera genuina, en términos de Tzvetan Todorov, consiste en una respuesta sin cálculos ni razonamientos y genera un vínculo, puente o canal que une a dos seres humanos, sin que uno sea más que el otro, porque ayudarlo es el fin. Para los grupos altruistas su acto sólo tiene como fin ayudar.

En el otro extremo, cuando la respuesta a la necesidad del otro no es el fin en sí misma, en realidad se aprovecha de quien está en situación vulnerable para convertirlo en su instrumento para sus propios objetivos y, lo peor, los políticos lo hacen con recursos públicos.

Es el respeto a la condición de seres humanos de quienes se encuentran en situación vulnerable, además de a su reconocimiento como ciudadanos, lo que protege la prohibición de la promoción personalizada. Ese es el reto para el CEEPAC: defender desde la base a aquellos entre quienes está obligado a promover la participación ciudadana.

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