Carlos Rubio
Ni si quiera lo vieron venir. Mientras las autoridades universitarias descansaban, el fin de semana se maquinaba la noticia: “Violan a alumna dentro de la UASLP” y “Violación en la UASLP”, titularon los dos primeros medios que tuvieron la información, uno incluso hizo señalamientos con base en la denuncia presentada en la Fiscalía General del Estado, como si la institución se la hubiera facilitado.
El primer encabezado corresponde al diario Reforma, de circulación nacional, publicada a las 21:24 horas del domingo 19 de octubre. El segundo titular es de El Mañana de San Luis Potosí, para el que el lunes no era un día cualquiera, sino el de su nacimiento, y qué manera de estrenarse, con la noticia que paralizó a la capital.
¿Sorprende que dos medios hayan publicado la misma noticia? No, lo relevante está en su relación:
Desde hace un par de años el diario Reforma se ha convertido en una caja de resonancia del gobierno de Ricardo Gallardo Cardona y como muestra de ello, por acá un par de titulares: Avalan a Ricardo Gallardo Cardona, Gallardo llama a impedir regreso de pobreza y abandono, Destaca Gallardo sus logros en SLP, Apoya Ricardo Gallardo a población de San Luis Potosí, Ricardo Gallardo lleva más apoyo en movilidad a región media, etc.
También se sabe que la familia Gallardo adquirió el periódico El Mañana de Valles, con el objetivo de editarlo ahora en la capital y convertirlo en El Mañana de San Luis Potosí. La inversión se puede ver de lejos en tres suplementos: Huasteca, zona Media y capital, con una edición especial de El Reforma incluida, todo con un marco bien seleccionado, la crisis de la UASLP.
Curioso. Precisamente los dos medios de comunicación que tuvieron antes que nadie la información se relacionan con el gobernador Ricardo Gallardo Cardona, quien, a su vez, tiene un gran poder sobre la Fiscalía General del Estado, la única instancia que tenía la denuncia en sus manos.
Ojo. Aquí no se pone en juicio la denuncia de la víctima, sino que solo se desgrana lo que ha acontecido durante dos días de crisis.
Movilizar personas es de lo más complicado que puede lograr hacerse, requiere de una gran coordinación y un gran respaldo. Y lo que ocurrió ayer no es poca cosa. Se tomaron todas las facultades y las principales vías de comunicación de la ciudad.
Usted, ciudadano común, intente cerrar una calle durante media hora y verá cómo en cuestión de minutos tiene a la Guardia Civil Estatal por detrás y no para cuidarlo, sino para esposarlo. Así ocurrió ya durante este gobierno cuando se desarticuló una manifestación en la carretera 57.
Y así había advertido el gobernador que pasaría desde que comenzó su administración, que no dejarían que se bloquearan las calles y se afectara a la ciudadanía, pero ahora, curiosamente, no tuvo intención de desarticular los bloqueos más grandes que han acontecido durante su gobierno en la capital, como si solo dejara que todo siguiera su curso, sin imprevistos, sin inconvenientes.
La narrativa ha sido manejada con cautela y con precisión. Al gusto de alguien. De menos a más. Primero se toma una causa legitima, que mueve a toda una comunidad. Y de a poco se comienzan a exigir cabezas, la del director y demás funcionarios, la de la defensora de los derechos universitarios y ahora, en su punto más álgido, en medio del Edificio Central, la del rector.
He ahí cuando se supo hacia dónde apunta todo e incluso la comunidad se dio cuenta y reflexionó. Una contra narrativa comenzó a efectuarse: ¿Por qué sería peligroso quitar al rector? ¿Quién llegaría? ¿Quién es la persona que en los últimos años ha demostrado animadversión contra la Universidad y contra Alejandro Zermeño? Y, sobre todo, quién ha querido tener injerencia en cada rincón de todo el estado.
Con todo y las omisiones de la UASLP, la encargada de darle celeridad al caso es la Fiscalía General del Estado, que cinco días después de tener la denuncia en sus manos, parece ser que no ha hecho más que compartir con medios de comunicación el documento.
En este punto me pregunto, ¿hubo aval de la víctima para que su caso se hiciera público? Colocar a alguien en el ojo del huracán no es cualquier cosa, es delicado y por muy buena intención que haya, tiene consecuencias que en corto no se aprecian, pero a largo plazo sí.
Es por ello que siempre es de reconocerse el valor de las víctimas que denuncian sus casos en las calles, que ponen su rostro ante la prensa y señalan a sus victimarios. No es fácil someterse al juicio público.
Muchas veces todos queremos tomar una bandera y comenzar a ondearla en la calle, pero esa bandera no siempre nos pertenece y hay que ser muy conscientes de eso.
De principio a fin la situación se le ha salido de las manos a las autoridades universitarias, des de pensar que solo con el diálogo van a desarticular una manifestación muy bien coordinada, hasta colocarse al centro de un Edificio Central lleno de estudiantes e “infiltrados” furiosos. ¿Qué esperaban? ¿Salir entre aplausos? De primaria.
Todavía peor decir que el rector no está porque se fue a la Ciudad de México…
Hace tan solo dos semanas se hablaba de la posibilidad de que los estudiantes marcharan en defensa de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí ante el Gobierno del Estado, hoy, esos mismos alumnos paralizaron la capital potosina, sin embargo, el panorama es completamente distinto.
La próxima vez que el rector decida tocar la puerta de Palacio con gentileza, que recuerde estos días.
Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.
Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Actualmente director editorial de Astrolabio Diario Digital, con interés y experiencia en Transparencia y el Derecho de Acceso a la Información Pública. Formó parte de la tercera generación del MásterLab en edición de investigaciones organizado por Quinto Elemento Lab.