A tan sólo cuatro horas de Tokio, se alza uno de los jardines más espectaculares del mundo, un rincón de ensueño teñido de violeta e inundado de un dulce perfume, que te hará creer que has llegado a otro mundo. Es un escenario de fantasía, tejido por un túnel de glicinias. Se trata del jardín botánico de Kawachi Fuji.
El túnel más espectacular de Japón.
Las glicinias son unas plantas particularmente hermosas, pero también son venenosas. Su tono morado puede parecernos muy tentador, pero se debe tener cuidado de no consumirlas. Se trata de un tipo de vid trepadora del género Wisteria, nativas de Estados Unidos y de Asia. Son ornamentales, y si uno las cultiva con esmero y dedicación, el producto es ofrecernos maravillas como esta, que cada año atrae a miles y miles de turistas.
Los diseñadores de este jardín han sabido jugar con los dos colores básicos de esta especie de planta que puede llegar a tomar varios metros de altura. El violeta y el blanco son las tonalidades que difuminan este túnel por donde las parejas suelen tener predilección por pasar casi cada tarde.
El olor que desprenden puede llegar a marear en las épocas de mayor floración, pero el espectáculo que construyen atrae casi a más turistas que abejas. Cientos de personas listas con sus cámaras para captar ese cuadro único en el mundo que sólo los japoneses saben conseguir. Hemos de recordar por ejemplo la devoción que este pueblo tiene también a los cerezos, y el modo en que cuidan de sus enormes parques y jardines, dedicados únicamente a ensalzar la emblématica figura de este tipo de árboles, que representan al belleza y fortaleza misma de Japón.
Las variedades con lasque trabajan los especialistas del jardín de Kawachi Fuji son la “Rosea” o el “Jacko”, dos tipos de glicineas realmente señoriales que hace las delicias de curiosos y apasionados de las flores. Pero eso sí, nunca cojas del suelo alguno de sus granos. Las semillas de la Wisteria son tremendamente tóxicas. ¡No lo olvides!
