Entre abogados y conflictos de intereses

Por Victoriano Martínez

¿Qué tan frecuentes serán los casos de conflictos de intereses en los grandes despachos de abogados de San Luis Potosí?

El caso del Bufete de la Garza, con un conflicto de intereses vigente al asesorar al Ayuntamiento y al mismo tiempo representar al complejo inmobiliario Gran Peñón contra la autoridad municipal, y con otro ya histórico con el caso Metalclad, son un indicador de que se trata de una tentación siempre presente para cualquier abogado.

“El abogado debe evitar incurrir en conflicto de interés” es la expresión con que inicia el artículo 14 del Código de Ética Profesional de la Barra Mexicana, Colegio de Abogados (BMA).

Como premisa, tendría que ser la guía obligada a la que debería de someterse cualquier abogado antes de aceptar la representación de cualquiera de sus clientes.

Resulta obvio que en el caso del Bufete de la Garza se trata sólo de una expresión legitimadora en el documento que presentan como su compromiso ético. Como principio de actuación profesional, lo ignoraron hace 28 años, y lo volvieron a ignorar hace apenas cinco meses.

Un lapso en el que se hay un largo espacio de tiempo que abre la duda sobre si serán los únicos casos en los que ha incurrido en conflictos de intereses. Dos casos que tienen algo en común: están relacionados con la protección ambiental.

Con el caso Metalclad, la concentración de más de 20 mil toneladas de desechos tóxicos en el Ejido Los Amoles del municipio de Guadalcázar.

Con la representación de Gran Peñón, la búsqueda de anular la declaratoria de Área Natural Protegida para la Sierra de San Miguelito.

Ese tipo de temas no parece ser la única tentación posible para los casos de conflicto de intereses. En 2018 se registró el caso del abogado Oscar Candelas Reyes, quien como delegado de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas a través de su despacho particular litigaba en contra víctimas registradas como tales.

En el caso del funcionario defensor de víctimas, el conflicto de intereses y prevaricato lo cometía al representar a la empresa American Industries señalada por despojo y daños en la comunidad de Noria de San José, y por asumir la defensa de un presunto homicida, en el que incluso acudía directamente a diligencias en el juzgado.

Aquella actitud de Candelas Reyes le costó el cargo: fue destituido en mayo de ese mismo año, el 2018.

La historia de conflictos de intereses en despachos de abogados debe ser larga y entre los integrantes de ese gremio seguramente circulan desde anécdotas que podrían ser chuscas hasta leyendas negras que tendrían que causar alarma.

Si la BMA cuenta con un Código de Ética que advierte sobre los conflictos de intereses e incluso los coloca como causal para expulsar de esa asociación a quien lo cometa, lógico es pensar que se trata de una falta grave dentro de la deontología de los profesionistas del derecho.

En tal sentido, sería de esperar por parte de las distintas agrupaciones de abogados y de las distintas universidades y escuelas que forman a los nuevos abogados, no sólo un pronunciamiento ante los casos de conflictos de intereses que se han conocido, sino medidas permanentes que los prevenga y los detecte para aplicar acciones correctivas y que inhiban nuevos casos.

No se trata de un asunto menor. Está de por medio la credibilidad y la confianza que se tenga en el ejercicio profesional de todos los integrantes de ese gremio.



 

 

IN MEMORIAN

Hay héroes anónimos cuyas acciones no trascienden el barrio, y a veces ni la cuadra. Hoy murió uno de ellos en circunstancias extrañas, que pudieran estar relacionadas con el clima de inseguridad. Es deseable que no haya sido eso, pero el caso es que Victor Estrada se ha marchado.

Hace varios lustros, a dos cuadras de su casa en la Colonia El Paseo, estalló un cilindro de gas y la vivienda quedó invadida en llamas. Victor fue de los primeros en llegar para incorporarse a los esfuerzos por controlar el incendio. Cuando se percataron de que había una niña de meses al interior de la vivienda, Victor no dudó y pidió que lo empaparan.

A pesar del alto riesgo, ingresó a la vivienda, localizó a la bebé y la sacó de entre las llamas. Desafortunadamente la niña no sobrevivió. Pero el acto heroico dejó huella entre los vecinos, para quienes lo que hizo Victor no fue nada extraño, pues siempre fue muy servicial, hasta que este domingo dejó de estar con nosotros.

Hay héroes que no necesitan más que su cuerpo y su alma (ánimo) para ayudar a los demás, desde en cosas pequeñas hasta asumir un riesgo tan alto como lo hizo Victor. La noticia sobre su muerte congregó a los vecinos al lado de su madre. En la cuadra y en la colonia se le recordará. Para más allá, sirva este pequeño homenaje para tener presente que hay héroes anónimos cuyos actos hacen más llevadera nuestra vida cotidiana… sin grandes reflectores.

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