Entre la deuda pública y los pasivos

Por Victoriano Martínez

Cuando se trata de informar de la deuda que tiene el Gobierno del Estado, se suele recurrir a las distintas clasificaciones que en los informes financieros se utilizan con relación a los pasivos para, al final, al amparo de que la de largo plazo es la que suele tomarse como “deuda pública”, de manera conveniente se refieren a ella como los saldos que dejarán al siguiente gobierno.

Daniel Pedroza Gaitán, secretario de Finanzas, declaró este jueves que estiman que van a dejar de deuda a la próxima administración estatal alrededor de tres mil millones de pesos, “cuando eran más de cuatro mil millones de pesos en el 2015”. Un anuncio convenientemente sesgado para dar la apariencia de que entregarán cuentas con una reducción del pasivo.

Cuando Marcelo de los Santos rindió protesta como gobernador, en 2003, señaló a Fernando Silva Nieto de haberle dejado una deuda por 3 mil 490.1 millones de pesos: deuda pública mil 209.3 millones de pesos; deuda pública contingente, mil 424.8 millones de pesos; pasivos a corto plazo, 421 millones de pesos, y otros compromisos inmediatos, 435 millones de pesos.

Silva Nieto, quien entregó el gobierno a un partido distinto al suyo, guardó silencio, salió prácticamente por la puerta trasera del Teatro de la Paz y no hizo ninguna aclaración, a pesar de que la deuda con la que se suelen hacer las comparaciones en su caso era de mil 209.3 millones de pesos.

Al comenzar el sexenio de Fernando Toranzo, el 21 de octubre de 2009, Jesús Conde Mejía, entonces secretario de Finanzas, publicó un desplegado en el que informó que habían recibido de Marcelo de los Santos una deuda por 16 mil 267 millones 896 mil pesos, igual entre deudas de largo plazo con los bancos y los otros pasivos.

Marcelo de los Santos publicó entonces un desplegado de réplica en el que reconoció una deuda pública con bancos por 4 mil 256 millones 614 pesos. Un pronunciamiento que buscaba que se le midiera con una vara distinta a la que él había usado seis años antes. A pesar de eso, la deuda con la que pretendía que se le comparara la aumentó en un 252 por ciento.

Al cierre del sexenio de Fernando Toranzo, la deuda pública de largo plazo que dejó a la actual administración fue de 4 mil 570 millones 596 mil pesos. Un incremento de 340 millones de pesos en los seis años de su administración.

De acuerdo con el tercer informe financiero de 2015, los otros pasivos sumaban mil 716 millones 569 mil pesos. Un total de 6 mil 287 millones 165 mil pesos de la suma total de los pasivos, Una reducción considerable contra los más de 16 mil millones de pesos que informó, vía desplegado, el gobierno de Toranzo al inicio de su gestión.

El gobernador Juan Manuel Carreras López, al tomar posesión del cargo, no hizo mayor referencia a los pasivos, aunque para noviembre de 2015 recurrió al Congreso del Estado para que le autorizaran una primera reestructuración de la deuda de largo plazo.

A poco más de cuatro meses del cierre del sexenio, y después de que durante 2020 –con cargo a la contingencia sanitaria– se adquirieron créditos de corto plazo con bancos por mil 300 millones de pesos sin intervención del Congreso del Estado, se comienza a hablar de los pasivos como un rubro que demuestra un buen manejo de las finanzas.

Si la comparación la limitan a la Deuda Pública a Largo Plazo, sin duda hay una reducción dado que en septiembre de 2015 era de 4 mil 570 millones 596 mil pesos y al cierre del primer trimestre de este año es de 3 mil 698 millones 756 mil pesos. Para el final del sexenio se habrá reducido un poco más.

Si a la comparación se le acumulan otros pasivos, la historia es diferente. En septiembre de 2015, éstos sumaban mil 716 millones 569 mil pesos. De acuerdo con el “Primer informe trimestral 2021”, el pasivo circulante suma 5 mil 925 millones 569 mil pesos. Un incremento del 245 por ciento que difícilmente en los próximos cuatro meses se podrá reducir considerablemente.

Entre los pasivos circulantes se encuentra el saldo de los créditos de corto plazo que por mil 300 millones de pesos adquirió Carreras López en 2020 y cuyo saldo, que Pedroza Gaitán aseguro es de alrededor de 440 millones de pesos, tendrá que quedar liquidado a más tardar en junio.

“Estamos todavía en una situación difícil de liquidez porque estamos pagando los créditos quirografarios, de corto plazo que se solicitaron a fines del año pasado, nos faltan dos pagos que tenemos que hacer en mayo y otro en el mes de junio y con eso quedaría cumplida la obligación en términos constitucionales”, dijo Pedroza Gaitán.

En poco más de seis semanas, difícilmente el Congreso del Estado aprobará las reformas a modo para que Carreras López pueda vender el terreno que iba a ser para la Ford y utilizar el producto de la venta para cubrir pasivos, mucho menos se podría concretar la venta del predio.

No obstante, el nivel del pasivo circulante no deja de ser una presión para que en los cuatro meses que le quedan al sexenio se intenten la reforma y la venta del terreno de la Ford porque de eso dependerá que, al cerrar el sexenio, Carreras López presuma que en cuestión de deuda, no empeoró la situación del Estado.

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