Es mejor desarticular un plantón que atender a las víctimas

Carlos Rubio

Este lunes, 40 días después de que inició, vio su final el plantón instalado afuera de la Comisión Ejecutiva Estatal de Atención a Víctimas (CEEAV). Las víctimas decidieron pausar su lucha, pero seguirán en el calvario.

Utilizar la fuerza pública para romper las cadenas que cerraban la comisión fue el mayor golpe anímico que sufrieron las víctimas, fue el principio del fin. Era el sello que les otorgaba algo de atención para intentar ser escuchados.

Desde el día en que decidieron instalarse, hasta hoy, todo sigue igual en sus casos, pero se pudieron dar cuenta de algo: las autoridades han sido deficientes otorgándoles atención, pero fueron excelentes buscando una salida para el problema que significó tener las instalaciones cerradas por más de un mes.

La propia incompetencia de la CEEAV se volvió en contra suya; las víctimas que poco a poco se unieron al plantón, fueron esa gotera sin reparar que luego se convirtió en una fuga, desencadenando una marea que ya no pudieron contener ni esconder por más tiempo.  

Ya es horrible el hecho de que una persona se convierta en víctima, pero es lamentable que la propia comisión encargada de atenderlos sea quien los revictimice y los haga vivir hasta 12 años (y contando…) con un caso que nunca resolverán.

¿Qué será peor? Decirles a las víctimas que no se les brindará la ayuda que solicitan o seguir alimentando sus esperanzas de que algún día será reparado su daño. Sea cual sea la respuesta, la CEEAV optó por la segunda opción con todos los miembros del plantón.

Las víctimas que representó la organización Cambio por San Luis fueron el salvavidas de todas aquellas autoridades que se mantuvieron intermitentes durante 40 días. Intermitentes porque algunos de ellos sí acudieron al plantón para establecer un “diálogo” que terminaba con el clásico estamos “intentando resolverlo”.

Luego de que miembros de la organización y algunas víctimas se reunieran con Alejandro Leal Tovías, secretario de Gobierno, y Jorge Vega Arroyo, titular de la CEEAV, y observaran que no se les dio la solución que buscaban, iniciaron un “plantón” el 15 de septiembre, frente a Palacio de Gobierno. Menos de 12 horas se mantuvieron en el lugar. Dos días después la CEEAV fue abierta.

Repercutió más un plantón de menos de 12 horas, que uno que llevaba más de un mes.  

No obstante, esta misma organización le dijo al secretario de Gobierno que, posterior a la apertura de la comisión, comenzarían a revisar el trabajo que se realizaba al interior, ya que sí encontraban deficiencias. Ahora sólo hay que estar a la espera del nuevo pronunciamiento de Cambio por San Luis, para ver cómo trabajarán en favor de todas las víctimas y para mejorar el trato que reciben. Esperemos no tarden mucho.

Las autoridades apostaron por el cansancio y lo consiguieron. Le adjudicaron el plantón a una persona, de al menos 20 que llegaron a conformarlo. Desestimaron los casos de los manifestantes. Volcaron la opinión pública en su contra. Y, finalmente, cortaron las cadenas que los mantenían unidos.

Así, la CEEAV evadió una vez más su responsabilidad.

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