María Ruiz
San Luis Potosí enfrenta un panorama hídrico desafiante. Según el alcalde Enrique Galindo Ceballos, la profundidad de los pozos en la ciudad ha aumentado drásticamente, al pasar de 300 a 600 metros, lo que evidencia un agotamiento progresivo del recurso.
Ante esta situación, el edil plantea la necesidad de perforar al menos cuatro o cinco nuevos pozos más para reducir la dependencia del acueducto de El Realito, cuya inestabilidad ha generado múltiples crisis en el
suministro de agua.
“El Realito volvió a fallar y no duró ni ocho días en funcionamiento. Hace un año y medio esto era una crisis tremenda, pero hoy ya no lo es, en parte gracias a los pozos que perforamos y a la modernización de la planta de filtros. Sin embargo, para garantizar el abasto al 100 por ciento aún necesitamos más pozos”, explicó el alcalde.
Galindo Ceballos destacó que para la perforación de los seis pozos anteriores, la Federación otorgó recursos directamente al Ayuntamiento, lo que permitió la realización de estudios, perforación y equipamiento.
En esta ocasión, aseguró que ya se gestionan nuevos apoyos federales para continuar con esta estrategia.
Además de los nuevos pozos, el alcalde mencionó que el siguiente paso será la sectorización del sistema de distribución de agua en la ciudad. Este proceso implicará la reorganización del suministro mediante válvulas y la sustitución de tuberías dañadas, con el objetivo de mejorar la distribución y evitar fugas.
“Si logramos dar este paso, quizás en año y medio o dos años tengamos una ciudad sustentable en materia de agua”, afirmó.
Este tema se discutió en la Comisión Metropolitana el pasado viernes, evidenciando que la crisis hídrica de San Luis Potosí aún es un tema prioritario. Mientras tanto, la incertidumbre sobre la funcionalidad de El Realito y la viabilidad de las nuevas perforaciones sigue latente, y deja en claro que el reto del agua en la ciudad está lejos de resolverse.