María Ruiz
El alcalde de la capital potosina, Enrique Galindo Ceballos, aseguró que brindará apoyo institucional a Elvira Rojas Hernández, madre de Luis Arturo Mota Rojas, un policía municipal que desapareció el 24 de octubre de 2010 mientras se desempeñaba como escolta de la entonces alcaldesa Victoria Labastida Aguirre.
La desaparición ocurrió durante el trienio 2009–2012 y, más de una década después, no se ha esclarecido su paradero.
Durante el fin de semana, el caso cobró notoriedad luego de una manifestación de madres buscadoras frente a la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), donde Elvira Rojas hizo pública su exigencia de justicia y apoyo.
En su testimonio, señaló que a pesar de haber trabajado por años en el Ayuntamiento —actualmente como personal de intendencia—, ninguna administración municipal le ha ofrecido respaldo por la desaparición de su hijo, policía y escolta por órdenes de la entonces Dirección General de Seguridad Publica Municipal, quien dejó en orfandad a dos hijas menores.
Ante la pregunta expresa sobre este caso, el alcalde Galindo Ceballos reconoció conocerlo “por encima”, pero que se solidarizará con la familia y tomará cartas en el asunto.
“Yo esos tipos de asuntos los atiendo personalmente, me voy a acercar a la señora para saber en qué estado está su situación”, afirmó.
El edil también indicó que la ayuda pudiera ser compleja debido a los obstáculos legales que enfrentan los familiares de personas desaparecidas, sobre todo cuando no existe una declaratoria oficial de ausencia.
“Ese es el problema, sin declaratoria no se puede pensionar ni otorgar apoyos formales, pero hay mecanismos institucionales para ayudarles a sobrellevar este tipo de tragedias”, expresó.
Finalmente, Galindo Ceballos dijo que buscará personalmente a Elvira Rojas, quien actualmente labora para el Ayuntamiento como trabajadora del área de limpieza, para ofrecerle orientación jurídica, acompañamiento institucional y apoyo social a ella y a sus nietas.
Elvira, por su parte, remarcó que esperará el apoyo del alcalde, pues las últimas cuatro administraciones municipales tienen una deuda histórica, no solo con sus nietas y ella como víctimas colaterales, sino con los elementos de policía que arriesgan su vida al cumplir con sus obligaciones.
Tras 15 años del hecho, su caso permanece impune y sin avances judiciales, reflejo de una problemática sistemática que afecta a cientos de familias en San Luis Potosí y en todo el país.
“Es un paso necesario, aunque tardío”, opinan colectivos de búsqueda, quienes exigen que este gesto del alcalde no se quede en palabras y se traduzca en medidas concretas de apoyo, reparación y justicia.