Ciudad de México (25 de abril de 2016).- El número de embarazos entre adolescentes en la Ciudad de México continúa en ascenso pese a ser la entidad que ofrece la más amplia gama de anticonceptivos de larga duración y sofisticados como el implante hormonal, condones y condones femeninos de forma gratuita a los jóvenes que lo solicitan.
La Encuesta Intercensal 2015 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), reveló que en la Ciudad de México la tasa de fecundidad adolescente registró un incremento de 12 por ciento de 2009 a 2014.
La estimación de la tasa de fecundidad adolescente fue en la dirección opuesta a la tasa global de fecundidad en mujeres de 15 a 49 años de la Ciudad de México, que refleja una leve disminución al pasar de 1.7 hijos por mujer en 2009 a 1.6 en 2015, lo cual la ubica como la entidad federativa con la tasa global de fecundidad más baja del país.
María Fernanda Olvera, directora del Instituto de la Juventud local (Injuve), apuntó hacia el abandono emocional de los jóvenes como una de las principales razones por las que no disminuyen los casos de mujeres que se embarazan entre los 12 y 18 años.
“Hoy como autoridad en juventud, lo afirmo, la salud emocional es la clave principal en la prevención de conductas de riesgo en las personas jóvenes, conductas de riesgo de todo tipo como embarazos, consumo y abuso de sustancias legales e ilegales, comportamientos compulsivos, trastornos alimentarios, el descuido del cuerpo, la no atención de cuadros depresivos”, dijo Olvera en entrevista con Excélsior.
Agregó que los jóvenes que habitan en la Ciudad de México cuentan con información respecto a la planificación familiar y la prevención en enfermedades de transmisión sexual así como apoyo para utilizar métodos anticonceptivos.
“(Los métodos anticonceptivos) están al alcance de toda la población joven cuando se habla de un mecanismo de prevención de embarazo o de infecciones de transmisión sexual. Eso los jóvenes lo saben plenamente, la información cada vez llega a más jóvenes no sólo de parte de las instituciones de gobierno, en las propias escuelas, centros de salud, en internet hay acceso a información desde una capacidad que nunca habíamos visto”, afirmó.
Ante este panorama, el Injuve se enfoca en la atención de los conflictos emocionales de los jóvenes.
“El embarazo no es culpa del gobierno, no es culpa de las familias, de la falta de información, no hay un solo culpable, es un fenómeno que se ve desde diferentes aristas, pero también corresponde a la estabilidad emocional, porque son decisiones.
“Estamos por lanzar esta campaña ¿Cómo te sientes? no sólo Facebook tiene que preguntarles, es nuestra obligación”, señaló la funcionaria de Injuve.
Las clínicas de salud emocional en las delegaciones Cuauhtémoc y Miguel Hidalgo han atendido a tres mil jóvenes en tratamientos emocionales de junio de 2015 a la fecha, en tanto que el programa de Madres Jóvenes, que apoya con becas de 800 pesos mensuales, tarjeta de transporte gratuito y accesibilidad a cursos que ofrece el Injuve, cuenta con 150 mujeres afiliadas.
Complicaciones por edad.
El 30 por ciento de las mujeres embarazadas menores de 18 años tiene a sus bebés vía cesárea debido a la desproporción entre la cabeza del bebé y la pelvis de la mujer que está en pleno crecimiento, lo que obliga a la intervención quirúrgica, informó la Secretaría de Salud de la Ciudad de México.
De los ocho mil 677 nacimientos que atendió el año pasado, 70 por ciento fue vía vaginal, llamado parto natural, pero el resto presentó complicaciones previas al alumbramiento por lo que fue necesaria la intervención quirúrgica. En lo que va de 2016 (con corte al mes de febrero) la tendencia es similar con mil 368 nacimientos, de los cuales 398 fueron cesáreas.
Por cuestiones sociales, económicas y educativas, el control prenatal en este sector de la población es muy deficiente y padecimientos como diabetes gestacional, preeclampsia, eclampsia y anemia, entre otros, agravan y ponen en riesgo la vida de la madre y al bebé.
La Organización Mundial de la Salud recomienda una valoración mensual en los primeros siete meses de gestación, después cada 15 días, y a partir del octavo mes (36 semanas), una visita semanal hasta el parto.
El año pasado la Sedesa registró 68 mil 951 consultas a embarazadas menores de 19 años. De este total, 867 fueron mujeres menores de 15 años que acudieron a cita de primera vez y regresaron sólo a dos o tres citas, ya que el total de consultas subsecuentes fue de mil 997.
Fuente: Excélsior.