Historias paralelas: El sendero de las elecciones que se bifurcan

Octavio César Mendoza

José Ricardo Gallardo Cardona por el Partido Verde Ecologista de México, José Arturo Segoviano García como Candidato Independiente, Juan Carlos Machinena Morales bajo el logo de Fuerza por México, y César Octavio Pedroza Gaitán por el Partido Acción Nacional, son los primeros aspirantes en sospechar que su rostro cautivará a los electores cuando estos tengan, en sus manos, la boleta de la elección constitucional de Gobernador de San Luis Potosí para el período 2021-2027. Dicha sospecha se funda, a su vez, en la teoría de que la vida política es como ese “jardín de senderos que se bifurcan”, de cuya metáfora hace uso Jorge Luis Borges para ilustrarnos acerca de las invisibles tramas del tiempo, las cuales atraviesan los seres humanos como si de una especie de telaraña se tratase; principalmente, de aquellos individuos que se convierten en personajes a través de sus actos de trascendencia, sean estos infames o sublimes, de traición o reivindicación, de triunfo o derrota. La obra del ser humano va acompañada de su suerte, y esta del espíritu con el cual enfrenta las circunstancias que lo rodean, y abraza o repudia las consecuencias de sus decisiones. Quienes han logrado la posibilidad de estar en la boleta, hasta ahora, comienzan una tarea intensa asaz que apasionante: tratar de convencer a los potosinos de que hay que seguir creyendo en la democracia, único remedio a los males causados por esta misma.

Por ello, si se mantiene la alianza PAN-PRI-PRD-PCP, los liderazgos y militantes de cada Partido participante deberán decidir, lo antes posible, si van con Octavio Pedroza para encabezar su proyecto de retención del Poder Ejecutivo del Estado. Hasta el momento, no hay un perfil de mayor relevancia dentro de dichos institutos políticos, por lo que la premura será fundamental para constatar que van unidos y fuertes. Aserto que se sustenta en las negociaciones que comenzaron desde que Elías Pesina, el cerebro del PRI potosino, planteó las cláusulas del contrato pluripartidista; así como anticipó, en el 2015, que López Obrador sería el Presidente de México en el entonces no muy lejano 2018, lo cual significaría un debilitamiento de las fuerzas tradicionales que dominaban en la Entidad (PRI, PAN y PRD). De hecho, la visionaria virtud intelectual que el Ingeniero Pesina posee, sentó las bases no sólo de la negociación entre diversos liderazgos que llevaron al triunfo a Juan Manuel Carreras López, sino, además, las del propio pacto de relación pacífica que el Gobernador de San Luis Potosí ha sostenido con el Presidente de la República, desde que este era candidato, y aún antes de eso. Su anticipación a dichos escenarios fue impecable y, hoy en día, nadie duda que fue el propio titular del Poder Ejecutivo del Estado quien, guiado por esa visionaria virtud intelectual, envió a Pesina a operar la elección del 2021. Por ello el Doctor Carreras acaba de lanzar sus propios dados a la mesa, por si el parto azul presentaba complicaciones para dar a luz dicha alianza pluripartidista. Ahora, los escenarios cambian, se disuelven o se bifurcan. Imaginemos cada uno de ellos, entonces.

En uno de esos escenarios, los liderazgos del PAN, tanto local como nacional, no encuentran forma de cerrar negociadamente las heridas causadas por la soberbia y el encono (demasiado evidentes) de buena parte de los actores de la pasada elección panista; excepto de Marco Gama, quien levanta el brazo de Octavio Pedroza, y se anticipa a una ruptura que no ha sido conjurada del todo, ante la alarmante posibilidad de que Xavier Nava y Sonia Mendoza busquen, y encuentren, el cobijo de cualquier Partido dispuesto a quemar sus naves; e incluso en el caso de que un Morena no ubique, entre las suyas, a una militante con el arrastre de la Diputada Mendoza, si la Historia Paralela de Guerrero no propicia el intercambio de géneros en las candidaturas de ese Estado y del nuestro. Pero, sobre todo, si Xavier Nava radicaliza su aspiración hasta el suicidio político, yendo por un Partido como el de Elba Esther Gordillo o el PES de los evangélicos aliados de López Obrador, o hasta con Nueva Alianza. Requerirá de más que buena voluntad para ir a competir bajo el estigma del “chapulineo” y la traición. De ahí que los dados del Gobernador hicieran acto de presencia en el PRI antes del encontronazo panista, para presumir sus laureles y dar a oler sus perfumes de aspirantes a la Gubernatura. El perfil no importa, aunque así lo parezca, porque la estructura priísta es la que se encarga de hacer el trabajo en tierra; trabajo que también harían en Morena, si la Secretaria de Salud del Gobernador, Mónica Liliana Rangel Ramírez, enarbola al Partido del Presidente en San Luis Potosí, por si Sonia Mendoza se va a Movimiento Ciudadano sólo para garantizar una diputación federal plurinominal a Eugenio Govea.

En un segundo escenario, la Candidatura Independiente de José Arturo Segoviano García, que pudo haberle hecho la chamba a México Libre y a Calderón para conseguir los respaldos ciudadanos en tiempo récord, se convierte en la Tercera Vía, también conveniente al Gobernador del Estado; siempre y cuando su discurso convoque a los potosinos, hartos de los Partidos Políticos, a expulsar a estos del Poder para entregarlo a ciudadanos no militantes. Esa narrativa de Segoviano, interesante por novedosa, pero también porque sería una especie de parábola de expulsión de infieles del templo de la democracia, rompería la polarización de los extremos de un rombo cuyos vectores superior e inferior serían Octavio Pedroza y Ricardo Gallardo, y cuyos vectores laterales serían la eventual candidata testimonial del Morena, y el candidato de Fuerza Por México, Juan Carlos Machinena Morales, también amigo del Gobernador Carreras y quien tiene más por ganar de lo que parece. Segoviano quedaría en el centro, lo que en óptica significa que se vuelva cada vez más visible, conforme los demás vectores se repelen entre sí, se muerden la cola, y la sociedad termina por sentir náusea de esa guerra por el Poder y no por su bienestar. Sin embargo, si Xavier Nava se convierte en candidato por cualquier Partido “morralla”, el rombo se invertirá, elevando a Gallardo Cardona a la posición de favorito, al dividirse todas las opciones opositoras al innegable arrastre popular del llamado “Pollo” y ampliar el margen de operación territorial del plumífero. Y si Pesina opera el tablero, no se puede descartar la continuidad de buena parte del PRI en el Poder Ejecutivo de San Luis Potosí, aún con Octavio Pedroza como Gobernador, ya que sólo el PRI sabe hasta dónde puede llegar Gallardo, y qué se puede negociar con él y su gente. Gallardo es, acaso, el que más riesgo representa para cumplir algún acuerdo previo con el actual mandatario estatal.

El tercer escenario es, más bien, un “Teatro Grotesco”, como se titula un libro de Thomas Ligotti. En este escenario, Octavio Pedroza opera directamente la integración de todos los panistas que participaron de la contienda interna, reconoce fuerzas y corresponde con posiciones a sus ejércitos, así hayan sido integrados únicamente por generales, y el PAN cede parte de la estructura gobernante, diputaciones y el Ayuntamiento de la Capital de San Luis Potosí al PRI, al PRD, al PCP, para sostener la alianza y ser Gobernador. Sin embargo, y a pesar de ello, si la ambición de Xavier Nava y Sonia Mendoza es más poderosa que sus convicciones democráticas y sus lealtades hacia el Partido que los encumbró, y terminan alojados en cualquier Partido ansioso de no perder el registro, más que en ganar la Gubernatura, lucharán bajo el único objetivo de coadyuvar a la derrota a su ahora archirrival común, Octavio Pedroza; pero, ironías de la vida: Nava sería el aliado indirecto de Ricardo Gallardo ahora o, incluso, sería un factor decisivo para que el PRI logre conservar la Gubernatura, en una elección donde pesen más las fuerzas territoriales y de estructura partidista, que las buenas voluntades, los grandiosos proyectos y los impresionantes currículos de los candidatos, en caso de que la multicitada alianza PAN-PRI-PRD la encabece uno de los dados del Gobernador Carreras, o incluso si la ya famosa alianza se disuelve y el PRI va con un Cid Campeador a la batalla. El rencor es más destructivo que cualquier otro sentimiento, y nadie sabe para quién trabaja cuando está enojado.

En cualquiera de esos escenarios, hay un gran operador preparando la estrategia, la cual irá en función de los intereses y las decisiones de Juan Manuel Carreras López. Los tiempos de Dios son perfectos, y los del diablo, perversos. Ambos le dan al Gobernador la posibilidad de decidir quién será su sucesor, y bajo cuáles cláusulas de estricta confidencialidad negociar ese respaldo. Él es, finalmente, el gran elector del 2021, pues tanto Pedroza como Nava, Sonia como Liliana, Gallardo como Segoviano, y Machinena como quien llegue a saltar de último momento por el PRI, en su caso, necesitarán de su apoyo (ergo: venia) para sucederlo en el Poder. Es con él con quien deben negociar todos los aspirantes, y que Elías Pesina se encargue de operar la estrategia, como en los buenos tiempos.

El sueño de todo Gobernador, hecho realidad.

PS: Y en efecto, Marco Gama se ha sumado ya a Octavio Pedroza. Astucia y lealtad son sus nuevos heraldos. Dudo que Xavier Nava lo haga; pero, gracias a Marco, sí lo hará mucha de su gente. Dice Cortázar que “…nada está perdido si se tiene por fin el valor de proclamar que todo está perdido y hay que empezar de nuevo…”

Nos vemos el siguiente martes, para seguir estas Historias Paralelas.

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