Hoy la Sierra de San Miguelito… ¿y en un mes?

Por Victoriano Martínez

Nunca se compuso, o lo que es lo mismo: genio y figura, hasta el final del trienio… y más allá.

Una.

Era el 16 de junio de 2015, cuando en el programa Noticieros Siete Radio, transmitido por la frecuencia 107.1 de FM, Ricardo Gallardo Juárez, en su calidad de alcalde electo, se lanzó en contra del contrato con Panavi por el cambio de luminarias.

Dijo que “no le temblaría la mano” para denunciar al ex alcalde Mario García Valdez por el robo que representaba el sobre precio de las luminarias. “Ya lo dije en público y lo cumplo”, afirmó.

El 18 de mayo de 2016, once meses y dos días después, Gallardo Juárez ya había olvidado su compromiso público, y en lugar de cumplirlo, solicitó al Congreso del Estado autorización para incrementar el pago por las luminarias en 212 millones de pesos más.

Dos.

“En este gobierno no se despilfarrará el dinero en publicidad para mi persona o para mi administración. Ese recurso prefiero gastarlo en obras que beneficien a todos los potosinos”, dijo el alcalde Ricardo Gallardo Juárez en un mensaje en video difundido en su cuenta de Facebook.

El 6 de enero de 2017, el Consejo Estatal Electoral y de Participación Ciudadana (CEEPAC) concluyó que Gallardo Juárez incurrió en violaciones al artículo 134 constitucional por usar recursos públicos para promoción personal.

El 11 de mayo de 2018, la Sala Regional del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación confirmó la apreciación del CEEPAC, señaló que hubo desvío de recursos para promoción personalizada y ordenó a la Contraloría Interna del Ayuntamiento analizar las posibles sanciones.

No sólo quedó acreditado el gasto “en publicidad para mi persona”, sino que en los informes financieros se reportan gastos en medios que superan incluso lo gastado por el gobierno estatal, que cubre todo el Estado.

Tres.

“No se otorgarán autorizaciones en zonas donde no sea posible el desarrollo urbano, porque el compromiso del Gobierno Municipal es con la población”, afirmó Gallardo Juárez el pasado 9 de agosto.

Hizo referencia a que “la causa de muchos problemas como las inundaciones que ahora se registran en las calles de nuestra capital”, se debía a autorizaciones de urbanización en áreas no aptas.

Así expresaba su malestar por la no aprobación del Plan del Centro Estratégico Población que, como todo aquello que no le gustaba, también lo descalificó con la salida fácil de etiquetarlo como “golpeteo político”.

Este jueves 30, apenas 21 días después, Gallardo Juárez y sus incondicionales en el Cabildo capitalino, aprobaron el cambio de uso de suelo para la construcción de un fraccionamiento en un área protegida en la Sierra de San Miguelito.

Tres botones de muestra que retratan la actitud de una administración que pretendía prolongarse por un trienio más.

Ese tipo de incongruencias entre las declaraciones y los actos y actitudes que les siguieron se repitieron a lo largo del trienio que está por concluir. Siempre fue cuestión de tiempo.

Hoy que el trienio no podrá prolongarse y está a un mes de concluir, todo indica que a los intereses ocultos en las posturas públicas se les acorta el tiempo para revelarse.

¿Será esa la razón por la que ahora sí en cada sesión de Cabildo se aprueban nuevos fraccionamientos y cambios de uso de suelo?

Aún le queda un mes.

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