Abelardo Medellín Pérez
En su libro El espejo del agua, el poeta chileno Vicente Huidobro incluyó un manifiesto creacionista en el cual advertía que los poetas debían ser cautos con la selección de sus expresiones; sobre esto dijo:
“Cuida tu palabra; el adjetivo, cuando no da vida, mata”.
Hoy faltan poetas que puedan heredar dicho consejo, pero sobran los funcionarios públicos que podrían tomar algo de esta advertencia, dado que ellos, como el pez, por su boca mueren.
Si algo se nota en San Luis Potosí, es que ese régimen de unanimidades sólido y férreo que ha echado a andar el gobierno actual para imponer su voluntad en cada aspecto de la vida pública, si en algo es endeble, es ante las críticas de la opinión pública misma.
El 20 de noviembre de 2021, apenas transcurridos 55 días de la administración de Ricardo Gallardo Cardona, un escándalo en vía pública protagonizado por el entonces director del Archivo Histórico del Estado, Rafael Aguilar Fuentes, terminó por costarle su trabajo y puesto al frente del archivo histórico. Aguilar Fuentes, conocido por su papel de pregonero oficial del gallardato, no pudo sofocar sus comentarios ante una situación ajena a él, que demandaba imparcialidad y se convirtió en el primer relevo forzoso de un gobierno estatal que ni bien cumplía dos meses.
Pero incluso entre los “intercambiables” del gobierno, hay niveles.
El pasado 27 de diciembre, el (todavía hoy) secretario de Comunicaciones y Transportes, Leonel Serrato Sánchez, decidió utilizar una de sus semanales transmisiones en vivo vía Facebook para expresar su desafortunada postura sobre la entonces presidenta del Supremo Tribunal, Olga Regina García López, en un ejercicio que se convirtió en un comentario soez y reprochable.
El reproche no tardó. Unos días después del comentario se Serrato Sánchez, el secretario General de Gobierno Guadalupe Torres Sánchez, aseguró que el Leonel podría ser acreedor a una sanción. Inteligentemente nunca se estableció que la sanción debía ser trascendental o acorde al acto.
Según lo que el propio Serrato Sánchez reveló en una publicación de su página de Facebook, del 6 de enero, el secretario general Torres Sánchez le habría expresado la molestia que sus comentarios provocaron al gobernador; ¿acaso la molestia se tradujo en reprimenda, regaño o reprobación? Pues no, ninguna de las 3 R’s. Ni siquiera se le pidió al secretario reflexionar sobre lo ocurrido, dimensionar los alcances de sus críticas. Todo devino en pedirle silencio.
Sí, puedes ser grosero e inadecuado con otros servidores públicos, pero habla bajito. Sí, puedes tener una opinión preocupantemente cuestionable, solo no ofrezcas entrevistas. Sí, se vale que no tengas de sensibilidad para hablar de temas a los que eres ajeno, pero no por eso te vamos a correr, solo te vamos a callar. Ese fue el mensaje.
La petición de silencio al titular de la SCT se hizo efectiva, y luego de la reunión de gabinete que se celebró esta martes 18 de enero, Serrato Sánchez negó cualquier atención a medios, negó dar información sobre proyectos como la Red Metro o la nueva tarifa del transporte público y se limitó a responsabilizar de su silencio a Guadalupe Torres Sánchez y a Gerardo Zapata, director de Comunicación Social de la administración estatal.
Es verdad, Serrato Sánchez claramente no decidió callar, a él lo callaron, pero ninguno de sus silenciadores pensó en las repercusiones que tiene el no poder obtener información o la postura directa del titular de una secretaría como la de Comunicaciones y Transportes. ¿Qué pasará si la Red Metro se estrena con fallas?, ¿si el servicio de becas de transporte gratuito MI PASE deja de funcionar?, ¿si comienza a haber problemas con los resultados de la revista anual?, ¿todo lo responderá el secretario general de Gobierno como sugirió el propio Leonel?
Ante esta última pregunta, no hay que perdernos en elucubraciones, dado que el propio gobernador Gallardo Cardona ofreció una nada novedosa y menos alentadora solución: un vocero.
Ante el preocupante y (¿quién lo diría?) problemático silencio de Leonel, el gobernador sugirió que podría optarse por poner al frente de la SCT un vocero quien comunique de todos los temas recientes.
Lo cuestionable es si esta solución atiende al verdadero problema que es el no tener información adecuada de las fuentes que, supuestamente, deberían conocerla, tener mejor perspectiva de la misma y saber interpretarla para todos los interesados.
Para el gobernador, parece ser mejor callar al siguiente perfil incómodo, antes de emprender una verdadera sanción contra alguien, claramente, protegido por una esfera política ajena a la del Partido Verde.
Mientras que son bozales o son voceros, la constante parece ser la falta de información como sello del actual gobierno; ya sea desde los fútiles sitios de transparencia, las inútiles respuestas a solicitudes de información o el novedoso silencio al que someten a sus funcionarios inamovibles, todo termina por ser parte de la lógica gallardista del “o te inventas algo bueno que decir o no dices nada”.
Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.
Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Maestrando en Estudios sobre la Democracia y Procesos Electorales en el posgrado de Derecho de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Ha trabajado como reportero y columnista en los medios digitales La Orquesta y Arco Informativo; actualmente es reportero de Astrolabio Diario Digital. Ha sido acreedor de dos premios estatales de periodismo en las categorías de Artículo de Fondo y Periodismo Regional.