Por: Eduardo Delgado.
Como muestra de la “cerrazón” y “prepotencia”, en franca violación a la libertad de tránsito y el derecho a la información, la Directora General del Instituto de Estudios Judiciales, Aracely Amparán Madrigal, ordenó a policías el desalojo del periodista de Astrolabio Diario Digital del edificio de la Ciudad Judicial “Presidente Juárez”.
La tarde de este viernes, después de las 16 horas, inició el curso de capacitación especial dirigido a jueces de oralidad en el nuevo sistema penal acusatorio, evento al que asistió el representante de este portal de noticias, con la finalidad de buscar y entrevistar a Carlos Alejandro Ponce Rodríguez, Consejero de la Judicatura acusado de homicidio culposo.
Tras constatar la ausencia de Ponce Rodríguez, el reportero salió del aula y en el pasillo un empleado le pidió solicitar el permiso de la directora para permanecer en el lugar, lo que se objetó con el argumento de tratarse de un espacio público. “Tiene que pedir permiso”, reconvino el trabajador.
- Licenciada, ¿requiero autorización para poder estar en el evento?
- Sí. Más bien no se puede.
- ¿Por qué?
- Porque es un curso cerrado. Es nada más para magistrados y jueces de control.
- ¿Hay alguna disposición específica?
- Del señor presidente de la Ciudad Judicial.
- ¿Del señor presidente de la Ciudad Judicial?
- Sí. El licenciado Luis Fernando Gerardo González.
- ¿Está basado en alguna norma?
- No, no sé pero son las disposiciones de él y aquí nada más pueden estar a quien se invitó, que es magistrados y jueces de control.
- ¿Entonces me debo de retirar?
- Sí.
- Este es un lugar público… ¿Por qué?
- Pero este evento no es abierto al público, es cerrado y ahorita voy a tener que hacer la presentación del maestro. Me va a tener que disculpar porque ya me están esperando.
- Adelante, adelante.
Luego de tomar unas fotos del evento y tras el “sutil” acoso del empleado, el representante de este portal salió al pasillo exterior, donde permaneció unos minutos. Descartada la llegada del Consejero de la Judicatura, Carlos Ponce -quien también fue buscado en su oficina el jueves-, el periodista bajó al estacionamiento.
Con la intención de verificar si cada uno de los consejeros y magistrados tiene asignado un espacio, con su nombre, para sus respectivos coches y tomar una imagen del espacio destinado al de Carlos Ponce.
Amparán Madrigal abordó su vehículo, lo encendió y condujo hacia la salida del aparcamiento, pero antes de retirarse detuvo su coche y llamó a una agente de la Policía Urbana, Bancaria e Industrial, a quienes les ordenó el desalojo del periodista.
La policía, junto con otro compañero, caminaron en dirección al reportero y éste a su vez salió a su paso para preguntarles si había algún problema. Otro elemento llegó corriendo y jadeando.
Al recién llegado se le pidió que se tranquilizara, pues se le dijo que parecía llegar a detener a un delincuente. “Pues quien sabe”, adujo.
Interrogados de qué harían de no acceder a su “petición”, uno de los agentes de la corporación privada respondió que llamarían a elementos de la policía estatal.
Finalmente los policías cumplieron las indicaciones de la funcionaria, al acompañar hasta la salida al reportero.
