Por: Jorge Luis Rodríguez.
Indiferencia, insensibilidad, incapacidad, deshumanización y hasta negligencia guarda el caso de Rosa María de la Cruz Vázquez y de Roberto Camarillo Hernández, potosinos en situación de calle que van para un año viviendo en el jardín de la colonia Julián Carrillo.
Aunque los hay molestos, vecinos son copartícipes de esta situación, ya que algunos de ellos han contribuido para que esta pareja haya tomado uno de los pasillos de esta plaza pública como su hogar.
En una primera impresión, Rosa María goza de sus facultades mentales, no así Roberto, en la charla sostenida con la pareja Rosa indica que ella lo cuida, pues se lo “dieron” .
Ella dice tener 62 años y que nunca se casó, pero que tiene hermanos, que sin embargo no se han hecho responsable de ella porque no tienen tiempo, pues “Martha, Marcela y Marco son oficiales de seguridad privada” y casi no los ve.
Se dedica a la pepena y junta botes, periódicos y muebles que va recolectando en sus recorridos, pero además los vecinos le acercan cosas para que se ayude; además, ayuda a barrer banquetas o a lavar trastes y con ello puede acceder a 20 o 30 pesos cuando alguien se apiada de ellos.
Roberto, por su parte logra ganar entre 25 o 30 pesos ayudando en un negocio de venta de jugos y la ropa se la obsequian los “hermanos cristianos” que lo llevan cada domingo a la iglesia que situada por el Aguaje.
Han padecido fríos, pero para ello cuentan con cobijas y plásticos que los ayudan en días frescos y de tormenta. “No hay inseguridad”, pues todas las noches pasan por lo menos cinco veces la patrulla, “los policías que portan uniforme azul y que en el hombro llevan la bandera”.
Cuando Caritas les regala una despensa, ella va a cocinar en despoblado para “evitar incendiar los matorrales”. Su fogata la hace en el Río Españita, lleva sus ollas de peltre y aluminio que le regalaron. “El agua la toman de la llave que hay en el jardín.
Asegura que durante las elecciones, trabajó para el PRD, iba de vez en vez a limpiar las oficinas en el centro de la ciudad, pero en las últimas semanas ya no ha ido porque han cambiado de domicilio y le queda más lejos.
Expresó que no le parece que la Junta de Vecinos de la Julián Carrillo no la quiera incluir en las listas que el “Gallo Gallardo” está levantando para dotar a los vecinos más necesitados de la zona de despensas.
Aseguró que hay vecinos que la tratan mal, porque están en el Jardín y los niños ya no pueden jugar en toda la plaza, pero ella tuvo que instalarse ahí, porque la quitaron de “la Plaza la Estrellita” en febrero de este año. Se refiere a la Plaza Milenio.
Para ir al baño, todas las mañanas pide permiso para ir al Cereso, que no es más que el Museo de Artes, anteriomente la Penitenciaria; además asegura que es una mujer sana y muy limpia ya que se baña cada tercer día en casa de su sobrina que vive en San Sebastian.
Ahora se encuentra en pleno proceso de mudanza, pues asegura que una amiga le prestó una casa cerca de la Feria; sin embargo el traslado debe ser paulatino, pues a raíz de la caída que sufrió hace dos años sus rodillas le duelen un poco.
En los restos de lo que pareciera una vieja carreola, cargaba bolsas y bultos con cosas que bien podrían ser envases de plástico.
Indicó que ya han ido los del DIF, los de Caritas y los “hermanos cristianos” pero han rechazado la ayuda del DIF por sus “malos modos”, sin embargo si le harán caso de mudarse a la casa de Tierra Nueva.
Ella es originaria del Barrio de San Miguelito. Roberto de Tequis y, aunque no se percibe una relación de tipo amorosa, él le acercó esta tarde una bolsa con enchiladas recién fritas para que comiera.
Al platicar con Roberto, se sostiene una conversación fluida, aunque por ratos un poco imperceptible, habla muy quedito y Rosa María constantemente lo regaña.
Él esta a gusto viviendo ahí, hay muchos vecinos que los ayudan, ya que no solo les llevan comida, sino que les dan cosas para su uso o venta y hasta les regalan mascotas.
Hoy solo tenían dos perros amarrados a un árbol e informaron que los seis gatitos que tienen están con el veterinario.
Aseguran que el veterinario de la zona les atiende a sus perros y sus gatos, pues además de vacunarlos, les proveen de croquetas y juguetes especiales para cada una de sus mascotas.
Durante la entrevista realizada con Rosa y Roberto había personal de limpieza del Ayuntamiento, quienes sólo tenían la orden de barrer las áreas públicas y los pasillos por los que se puede transitar. No hay órdenes de retirar la basura acumulada por meses por la pareja, afirmaron.
También rechazaron que en la zona del jardín o calles aledañas haya desechos humanos pero no pudieron asegurar nada si en los cestos de basura en tránsito pudieran encontrarse ese tipo de desechos, pues nos recordó que la compañía responsable de ese servicio es diferente al que ellos representan.
Vecinos del lugar aseguran que han levantado firmas entre los vecinos para que las autoridades tomen las medidas necesarias, sin embargo desconocen si esa carta la recibió el Ayuntamiento o alguna institución pública.
Hay una evidente molestia entre los vecinos pues afirman que cuando hay calor los olores son muy fuertes, además de la fauna nociva que se ha esparcido por la zona, donde han detectado ratas de gran tamaño, además de cucarachas y otros insectos.
Esperan que el Ayuntamiento y el DIF estatal y municipal hagan su trabajo, es decir retirarlos del lugar, sanear la plaza y reubicar en un lugar digno a estos dos seres humanos que ya tienen un año viviendo en esas condiciones infrahumanas.