La casona de Carranza

Por Victoriano Martínez

“La gran obra, y hemos hecho obras importantes en la ciudad, para los vecinos, la gran obra del trienio es esta”, expresó el alcalde Enrique Galindo Ceballos en el acto que denominó “entrega del rescate a la casona de Carranza”.

Un acto presuntuoso, mezcla de cómico y grotesco, con el que Galindo Ceballos exhibió sin ningún reparo el poco respeto que le tiene al Reglamento de Construcciones del Municipio y la forma en que evade una explicación convincente sobre las razones por las que privilegió de esa manera al propietario de una construcción abandonada.

Después de dos años de diálogo, el dueño hoy me habló en la mañana y me dijo: ‘Está autorizado, intervengan’. No podíamos actuar antes porque es propiedad privada, pero ahora, con el permiso en mano, vamos a iniciar la regeneración”, así anunció el alcalde el pasado 24 de julio la intervención sobre la finca.

Lo inverosímil: una autoridad que esperó dos años para que el propietario de una construcción abandonada lo autorizara a iniciar la regeneración (así dijo) y poder comenzarla “con el permiso en mano”.

Lo que dice el reglamento: “Es de interés público que en toda construcción abandonada, ya sea inconclusa o terminada, cuyas condiciones de seguridad o sanidad afecten a los vecinos o a la comunidad en general, la Dirección lleve a cabo una inspección de la obra y avisará al propietario el resultado de la misma para que proceda a lo conducente” (Artículo 39).

Una situación que se complementa con lo establecido en el artículo 321 que faculta a la autoridad para ordenar al propietario la intervención sobre el inmueble.

Lejos de dialogar por años con el propietario, Galindo Ceballos debió ordenar una inspección sobre la construcción abandonada que, a todas luces, sus condiciones de seguridad y sanidad afectaron a los vecinos. En consecuencia, lo conducente era ordenar su “regeneración”. Cosa muy distinta a pedir permiso al dueño para arreglarla.

“En caso de no acatar las disposiciones, la Dirección tendrá las facultades para llevar a cabo las correcciones o demoliciones que sean necesarias con cargo al propietario de la construcción”, dice la segunda parte del mismo artículo 39.

Haiga sido como haiga sido, Galindo Ceballos ya aplicó las correcciones que consideraron necesarias, incluso en tiempo récord (especialmente contrastado con lo que tardó en que el dueño lo autorizara a intervenir su propiedad) y sin presupuestar la “gran obra del trienio”, pero también desapegado a lo que señala el reglamento.

No le notificó al propietario el resultado de ninguna inspección ni le advirtió que, según el artículo 319, tiene la obligación de conservar su inmueble “en buenas condiciones de estabilidad, servicio, aspecto e higiene, y de evitar que se conviertan en molestia o peligro para las personas o los bienes”.

Agradecido como está Galindo Ceballos con el propietario de la casona de Carranza, difícilmente se podrá pensar que la autoridad hará valer el reglamento para que el propietario cubra los gastos que implicó su restablecimiento.

¿A cambio de qué se intervino con tal celeridad en la construcción si ni siquiera se tiene definido el uso que se le dará?

Podría ser un museo de la ciudad, algo cultural; no una oficina pública. Pero eso dependerá de que el dueño resuelva un litigio que aún está en curso”, reveló Galindo Ceballos.

Corren varias versiones sobre el deliberado descuido en el que se encuentra; la más difundida habla de la inconmensurable ruindad de un inescrupuloso abogado que bien sabe acicatear la ambición del propietario de la casona”, así describió una de las razones de ese litigio Oscar G. Chávez el 16 de marzo de 2024.

Un litigio que tiene que ver con un arrendamiento no finiquitado con la Secretaría de Ecología y Gestión Ambiental (SEGAM) de Gobierno del Estado, dependencia en la que el propietario descargó el mantenimiento del inmueble.

Si el abandono del inmueble pareció formar parte de la estrategia en el litigio originado en el cambio de sede de la SEGAM el 22 de enero de 2021, ¿tendrá alguna utilidad para el propietario en el juicio en curso el hecho de que la autoridad municipal haya intervenido el inmueble como lo hizo?

¿La gran obra del trienio tendrá algún rebote en Palacio de Gobierno?