La desenfocada disputa por las tarifas del agua potable

Por Victoriano Martínez

“Todos los días despierto y pienso qué vamos a hacer con esta ciudad para que cada día sea más competitiva”, dijo el alcalde Enrique Galindo Ceballos en su informe el 28 de septiembre. “No es sencillo, estoy seguro que mi amigo el gobernador piensa lo mismo. Despertamos, a veces nos mandamos un mensaje: ¿Qué sigue?”, agregó (minuto 5:33).

Se trata de la descripción de lo que podría ser un trabajo muy bien coordinado entre el gobernador del estado y el alcalde de la ciudad a favor de los potosinos.

No obstante, cuando exhiben acciones encontradas como la propuesta de Galindo Ceballos de aumentar el agua en un 29 por ciento y la reacción del gobernador Ricardo Gallardo Cardona, quien califica la propuesta como una traición al pueblo, parecería que se trata de un intercambio de mensajes para coordinar la técnica de policía bueno-policía malo.

Por un lado, Galindo Ceballos deja sembrada entre la población la certeza de que se cuenta con un alcalde presidente de la Junta de Gobierno del Interapas con tanta responsabilidad, que busca resolver el problema de abasto de agua por la vía de lograr tarifas adecuadas para lograr una recaudación suficiente para enfrentar el costo real de la prestación del servicio.

Del otro lado, un Gallardo Cardona –atento y muy sensible a las condiciones económicas de la mayoría de la población– que condiciona cualquier incremento a que primero se garantice el abasto, al grado de sentenciar la propuesta del alcalde: “Esto es una traición al pueblo y, desde luego, con la suma de voluntades en el Congreso del estado no dejaremos pasar esta atrocidad”.

Policía de profesión, a Galindo Ceballos le toca el papel del malo que, entre pesimista y realista, quizá sea consciente de que hace una propuesta en falso. Acostumbrado a su trayectoria de benefactor de las masas, Gallardo Cardona asume el papel del bueno a quien al final se le agradecerá que no se haya aprobado un aumento a la tarifa de agua tan desproporcionado.

Un espectáculo tan bien montado que la tarde de este viernes se reforzó con la votación empatada en la Junta de Gobierno del Interapas entre quienes se negaron al aumento (Soledad, Cerro de San Pedro y Comisión Estatal del Agua) y quienes la aprobaron (San Luis Potosí, el propio Interapas y la CANACO).

El voto de calidad de Fernando Chavez, secretario del Ayuntamiento, a nombre de Galindo Ceballos definió la propuesta de incremento.

Para los usuarios del servicio, todos los habitantes de San Luis Potosí, Soledad de Graciano Sánchez y Cerro de San Pedro, el espectáculo bien puede convencerlos de que prevaleció una medida prudente en la que se protegió su economía, aunque insuficiente para que se logren las mejoras urgentes en la prestación del servicio.

Algo así como tener que resignarse a un “no vamos a pagar más, pero tampoco podemos esperar que se mejore el servicio”.

Una resignación inducida por una real o ficticia confrontación entre ambos personajes que deja de lado la posibilidad de que se planteen otro tipo de alternativas de solución que pudieran fincarse en un saneamiento de las finanzas del organismo operador del agua potable, incluida una evaluación seria al programa “cuenta nueva y borrón”.

De acuerdo con las “notas de memoria (cuentas de orden)” del tercer informe de situación financiera del Interapas, “cuenta nueva y borrón” ha beneficiado a mil usuarios y ha logrado recaudar 26 millones 770 mil 190 pesos, por los que se habrán de condonar adeudos por 257 millones 220 mil 131 pesos.

¿Qué tan conveniente resulta para un organismo con tantos problemas financieros como el Interapas lograr tener el ingreso de un peso y a cambio perder diez?

De acuerdo con el mismo documento, la cartera vencida por el servicio de abasto de agua potable ascendía al 30 de septiembre a mil 128 millones 620 mil 90 pesos, de los cuales 781 millones 117 mil 949 pesos corresponden a servicio doméstico, potencialmente beneficiarios de “cuenta nueva y borrón”.

Sobresalen además los adeudos de los fraccionadores, tanto por derechos por cobrar como por convenios de obra, que suman 217 millones 682 mil 305.74 pesos, y una cartera de convenios por 302 millones 299 mil 421.82 pesos.

Más de 500 millones de pesos sobre los que no se ha planteado ninguna estrategia de recuperación, a pesar de lo relevantes que pueden ser para mejorar la operación de Interapas.

Encontrar la solución a la situación que enfrenta el Interapas no está necesariamente en incrementos a rajatabla en las tarifas (Xavier Nava Palacios como alcalde también lo intentó), pero tampoco en la negación total de una modificación moderada y racional a las cuotas.

Un punto intermedio necesariamente tiene que ir acompañado de estrategias como la de “cuenta nueva y borrón”, aunque escrupulosamente analizadas para que no llegue a resultar peor el remedio que la enfermedad.

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