La limpieza de las Cuentas Públicas

Por Victoriano Martínez

Si de simular la fiscalización de los recursos públicos se trata, los informes presentados este año por la Auditoría Superior del Estado (ASE) sobre las cuentas públicas del 2019 superan a todos los anteriores: se aprovechan las manchas motivo de denuncias públicas para ocultar una operación limpieza de cuentas que daría envidia a los diputados de la ecuación corrupta.

En tres años, Rocío Elizabeth Cervantes González demuestra, al frente de la ASE, su creciente pericia para limpiar las cuentas públicas con informes que dan la apariencia de mantener un nivel de señalamiento de posible manejo irregular de recursos públicos que, cuando menos, se mantiene en un mismo nivel.

Los montos globales de las observaciones a todos los entes fiscalizables son muy parejos en los tres años en los que Cervantes Salgado ha estado al frente de la ASE.

Sobre las cuentas públicas de 2017 emitió observaciones por 898 millones 894 mil 499 pesos, para las de 2018 el monto aumentó a mil 88 millones 237 mil 674 pesos, en tanto que para 2019 alcanzó una cifra intermedia de 918 millones 604 mil 295 pesos.

Si bien se trata de montos que dejan mucho que desear ante un largo historial de muestras de aplicación irregular del erario, con obras inconclusas o inexistentes aunque pagadas, compras fantasma y demás maniobras reconocidas por la ciudadanía en todos los rincones del estado, para este 2019 la maniobra de simulación oculta el abatimiento generalizado de las observaciones.

Una maniobra que fue posible simplemente con aplicar la táctica de que a la dependencia más cuestionada públicamente se le cargan las observaciones más cuantiosas: los Servicios de Salud acumulan, entre observaciones y aclaraciones, 332 millones 947 mil 631 pesos.

De no ser por las observaciones y aclaraciones pedidas a los Servicios de Salud en el Estado, el monto global observado sería de 585 millones 656 mil 664 pesos, es decir, una reducción del 46.18 por ciento en las observaciones y aclaraciones. O dicho de otro modo, la limpieza de las cuentas públicas de 2019 alcanzó un 46.18 por ciento de mayor pulcritud.

¿Si no se hubieran acumulado denuncias públicas sobre malos manejos en los Servicios de Salud, la ASE le habría cargado tantas observaciones? ¿Si hubieran existido denuncias públicas sobre el resto de las dependencias, a cuánto podría haber llegado el monto de lo observado?

Cargar de esa manera las observaciones a una sola dependencia (de los 400 millones 437 mil 93 pesos observados al Ejecutivo, el 83.15 por ciento los acaparan los Servicios de Salud) disfraza con una máscara de un incremento del 147 por ciento en las observaciones al Gobierno del Estado.

Un sacrificio de los Servicios de Salud –por tratarse de observaciones a la entidad con más reflectores por las denuncias públicas– a favor del resto de las dependencias que, este año, salieron más limpias que nunca.

Si en 2018 el monto observado al Ejecutivo fue por 162 millones 233 mil 534 pesos, descontado lo observado para 2019 a los Servicios de Salud, las observaciones quedarían para ese año en apenas 67 millones 489 mil 462 pesos.

Una maniobra de simulación que también oculta una operación limpieza de gran magnitud en los Ayuntamientos: las observaciones que les hizo la ASE pasaron de 905 millones 243 mil 986 pesos en 2018, a 484 millones 2 mil 916 pesos en 2019. Una reducción del 46.53 por ciento.

¿Qué hay tras tanta pulcritud en el manejo de los recursos públicos que incluso exhibe mayor limpieza en el uso del erario que cuando la ecuación corrupta vendía certificaciones de mejor alcalde del mundo? Es pregunta, y no descarta que haya una explicación convincente.

El 2019 pudo ser el año en el que la administración pública se ejerció con la mayor pulcritud de la historia… ¡lástima por ese negrito en que se convirtieron los Servicios de Salud por tanta denuncia pública!

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