La otra crisis sobre el desabasto de agua

Por Victoriano Martínez

¡Lo que faltaba! Que a la crisis hídrica que enfrenta la ciudad ahora se le sume una crisis de protagonismo disputado…

Sólo era cuestión de tiempo. Tanto el alcalde Enrique Galindo Ceballos como el gobernador Ricardo Gallardo Cardona cojean de la misma pata. Sólo bastaba que surgiera la necesidad de atender un problema para cuya solución cada uno se quisiera jalar el cuello a su manera o conforme a sus intereses para que el protagonismo se volviera la manzana de la discordia.

Cuando el 8 de marzo, Gallardo Cardona y Galindo Ceballos realizaron juntos la inspección técnica a la presa El Realito, la ruta de protagonismo compartido parecía pactada a conveniencia: el gobernador responsabilizaba y satanizaba a los gobiernos anteriores, se sumaba a las medidas de contingencia, y el alcalde preparaba un plan emergente del que asumía el costo.

Todo bien en tanto Galindo Ceballos aparecía sumiso a Gallardo Cardona. El 15 de marzo encabezaron una mesa de trabajo con el secretario de Gobierno, el de Finanzas, y los titulares de la CEA, SEDUVOP e INTERAPAS, y quizá hasta el 21 de marzo, cuando el alcalde expuso ante el Congreso del Estado el Plan Emergente Sí al Agua.

Cuando el 14 de abril, Germán Martínez Santoyo, titular de la CONAGUA, pintó su raya, asumió la responsabilidad de la reparación de El Realito y descartó que la presa se fuera a vaciar y a perder su capacidad de enviar agua a la ciudad, además de que se deslindó de las fallas en el acueducto por ser responsabilidad totalmente estatal, se dio el primer punto de quiebre.

Si a las precisiones de CONAGUA se suma que ante la petición del gobernador al presidente Andrés Manuel López Obrador en gira por la ciudad para que CONAGUA asumiera la atención que requiere el acueducto y cancelara la concesión tuvo una respuesta cortante por pretender evadir una responsabilidad y endilgársela a la Federación, los intereses protagónicos cambiaron totalmente.

Galindo Ceballos se mantuvo en la inercia de responsabilizar a El Realito de todas las deficiencias en el servicio a pesar de que sólo abastece al 15 por ciento de la ciudad, en tanto que a Gallardo Cardona no le quedó otra que modificar su discurso para quedar bien con el líder de la Cuarta Transformación, de la que se dice parte, pero el incidente mostró que ha entrado con calzador.

Diez días después de la visita presidencial, Gallardo Cardona modificó su dictamen del 8 de marzo en la cortina de El Realito y aseguró que el desabasto de agua no será por problemas de la presa, sino por “la operatividad de cómo lo haga Interapas, que tenga sus pozos en marcha, que haya hecho la tarea que les tocó”.

Si así comenzó también a pintar su raya, la hizo más gruesa al quejarse de haber sido excluido por el alcalde de la búsqueda de una solución, a pesar de que próximamente le entregará la rehabilitación de la presa el Peaje. “Me ofrecí yo a ayudar, ellos, si vieron, salieron con su programa de que iban a perforar no sé cuántos pozos, ya no nos quisieron dar información”, dijo,

De protagonista principal el 8 de marzo, Gallardo Cardona se lamentó de haber quedado en actor excluido, ante lo que salió el diputado José Luis Fernández Martínez como extra para advertir una medida que restablecería el protagonismo de su gobernador: decretar la desaparición del Interapas y que sea el Gobierno del Estado el que se encargue del servicio de agua potable.

Para este miércoles, la batalla por el protagonismo en el tema de la crisis en el abasto de agua potable fue expuesta abiertamente por parte de los dos frentes:

Gallardo Cardona acusó a Galindo Ceballos, y al Interapas porque “quieren ser protagonistas” y “han perdido el sentido”, además de traer una “campañita” en la que se culpa a la administración estatal por la falta de agua. “Eso sí ya es una desvergoncez [sic] total, pero bueno, lo acepto y que bueno que sigan con esas campañas”, dijo.

Galindo Ceballos rechazó que el tema sea de protagonismos. “No es un tema de politización, no es un tema de protagonismo, no es un tema de ver quién lo hace y quién no lo hace, no es un tema de echar culpas; es un tema de agua, mi prioridad personal como alcalde es que haya agua en las casas. Yo los invito a sumarnos”, se escudó en un discurso políticamente correcto que regresa la acusación.

Una disputa por el protagonismo que dejó en segundo plano el informe sobre los avances del programa emergente: mantenimiento a 25 pozos, rehabilitación de seis pilas de bombeo y dos plantas potabilizadoras y el inicio de la perforación de seis pozos, con lo que lograron recuperar 78 litros por segundo para inyectar a la red.

¿Cuántas de esas acciones tendrían que haber sido programadas como parte de una buena práctica para mantener en óptimas condiciones el servicio? ¿Cuántos de esos 78 litros por segundo recuperados se perderán en la red porque la atención a las fugas no parece formar parte del programa emergente? ¿Acaso se distribuirán con pipas para aprovecharlos al máximo?

Si algún efecto tiene privilegiar el protagonismo es que su vocación por la propaganda tiende a limitar el derecho a saber y entender lo que realmente ocurre por parte de la sociedad al sesgar la información para favorecer sus intereses, sean quedar bien con la 4T, proyectarse como servidor público eficiente o ambas en uno de los casos. Resolver la crisis del desabasto pasa a segundo término.

 

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