Por: Antonio González Vázquez.
Las damas que están a la vista son las mujeres más poderosas del país, no por sus conocimientos, dotes, valores, intelecto, capacidades, habilidades o por lo que a usted se le ocurra, sino que su poderío radica en el hecho de que son las mujeres de los gobernadores del país. Como si fueran tocadas por las hadas, de súbito, se convierten en las mujeres más nobles, las más solidarias, las más cariñosas y amorosas; las filantrópicas oficiales, la que le tienden la mano al pobre, al desvalido, al olvidado, al hambriento. Se les eleva a la cúspide del poder. Su influencia radica en el apellido que llevan en lugar del que enterraron con su soltería, aunque hay casos excepcionales, como el de la doctora María Luisa Ramos Segura que gustaba y exigía que así se le llamara y no necesariamente estaba feliz de que le colgaran el “de Toranzo” siendo la presidente del DIF. Muchas de las mujeres en la imagen, hace apenas unos meses no eran lo que ahora son, no sabían a que sabe el poder y no sabían de todo lo que se puede hacer y destruir con éste. Quizá muchas de ellas siempre han vivido en los suburbios residenciales y nunca han tenido hambre ni frío, fueron a escuelas de categoría para la crema y nata de la sociedad. Seguramente tan ilustres damas tendrán en su hogar séquitos de mujeres como ella, que le sirven para lo que guste y mande a la que hora que se le antoje, pues que para eso sus maridos siempre se han dedicado a la política, para tener un hogar sin el apremio de ninguna necesidad, luego entonces, saben ordenar, saben mandar y puede que hasta sepan administrar. Tan lindas ellas, tan elegantes y bien vestidas, elegantemente peinadas y escrupulosamente maquilladas por ser la esposa del gobernador, resulta que ahora tiene que velar por la seguridad de los niños, por la buena alimentación de la infancia, de cuidar de las mujeres golpeadas y maltratadas, pero también de poner su pensamiento en las niñas violadas y poner remedio a todo lo que atente contra la familia. Ahí las tiene, a las mujeres de los gobernadores, ahí con el presidente Peña, hasta quisieran ellas también ser como loa Gaviota y tener su Casa Blanca y si es sin escándalos mejor. Este mujerío fue a Los Pinos, a la ceremonia de instalación del Sistema Nacional de Protección Integral de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes. Van a velar por la infancia y adolescentes del país y, aunque usted no lo crea, las va a coordinador Angélica Rivera, quien con ello demostrará que no solamente sabe defender a su familia de las infamias y afrentas, sino que es capaz de defender a toda la niñez del país. Son las damas de la filantropía gubernamental. No todas están preparadas para la tarea que ahora tienen y convertirán al DIF en su club de amigas (les juro que no lo digo por San Luis Potosí) y otras tomarán el cargo para, en caso de ser necesario, decirle al gobernador como debe hacer las cosas y si no entiende, de plano ordenarle como se hace. Son por tanto las chicas superpoderosas y por cierto, el sujeto que está ahí, es el presidente Enrique Peña Nieto.
