Sonora, México (06 de agosto de 2015).- A un año del derrame de tóxicos en los ríos Bacanuchi y Sonora, las afectaciones entre la población dejan huellas. Nadia Gómez Moraga, de 32 años, las lleva en la piel.
Habitante del ejido de Camou, hace más de 10 meses abandonó su trabajo como empleada doméstica, debido a que la comezón era insorpotable. Primero le salieron unas llagas que posteriormente se convirtieron en pequeñas manchas cafés.
Aunque la erupción inició más de un mes después del derrame de contaminantes, no pensó que pudiese ser la razón; ahora, no encuentra otra explicación.
“Yo escuché del derrame, pero lo veía muy lejos; ahora me veo y pienso qué otra cosa puede ser. Me he hecho estudios de sangre y los metales me salen muy elevados. Dicen que en Sonora siempre ha habido mucha presencia de metales por las mineras pero, ¿Por qué me ocurrió esto así tan pronto y tan feo?”.
Nadia, así como otros mil habitantes ubicados a poco más de 20 kilómetros de Hermosillo, la capital de Sonora, usa agua proveniente del pozo cercano al río Sonora, y la presa Rodolfo Félix Valdés o El Molinito.
Ella es la única en su familia, compuesta por tres hijos y su esposo, que registró las afecciones. Su rostro permanece intacto, pero el resto del cuerpo está cubierto de manchas, principalmente en antebrazos, piernas, pecho, abdomen y espalda.
Ante la desesperación, acudió al Hospital General de Hermosillo, donde no le realizaron estudios, por lo que continuó aplicándose remedios caseros. Desde hace un par de meses fue a la clínica del municipio de Ures, donde la mayoría de los afectados han sido atendidos por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), y apenas hace dos semanas, le practicaron un estudio para medir los metales en su sangre.
En el ejido, por lo menos otras seis personas han manifestado este tipo de manchas, como Ana Gloria Martínez, a quien además un salpullido le está afectando la cara.
Al respecto, el presidente del Fideicomiso Río Sonora, Rodolfo Lacy Tamayo, aseguró que la Cofepris ha realizado análisis de contaminantes y los niveles de metales se encuentran dentro de la norma mexicana.
Reiteró que se ha atendido 100% de los 360 casos de daños a la salud, y precisó que en septiembre empezará a construirse en Ures la unidad de vigilancia epidemiológica, con un presupuesto de 250 millones de pesos.
Fuente: Milenio.
