¿Eres de los que, al llegar a casa se descalza de inmediato? No hay mayor placer que sentirnos libres, deleitándonos de la comodidad de unos pies desnudos adaptándose a las superficies, sintiendo el frío del suelo, de las sábanas, notando el calor de la arena en la playa o la humedad de la hierba fresca…
Relaja, complace a nuestro cuerpo y nos une a la tierra. Aunque es muy posible que esta práctica nos ocasiones alguno que otro accidente: golpes, cortes, torceduras…
Entonces surge la duda, ¿Es saludable andar descalzo?
Andar descalzo por casa es muy saludable.
Llegar a casa y quitarnos al instante calcetines, medias, zapatos o zapatillas, es algo muy adecuado. Aunque debemos poner atención a que el suelo esté limpio y no haya peligros con los cuales hacernos daño.
Los podólogos indican que esto es muy saludable, sobre todo en el verano, cuando el pie necesita relajarse en especial por el tipo de calzado que solemos vestir en esa época. En ocasiones “es el pie el que debe sujetar el zapato y no al revés”, algo que ocurre casi siempre con determinados tipos de sandalias, que no respetan la morfología del pie.
La piel transpira, y nos relajamos. Además, el simple hecho de andar por superficies como la arena fina, ejerce sobre la planta del pie un efecto muy relajante, a la vez que exfolia.
Disfrutando de las superficies.
Según numerosos osteópatas, el caminar por superficies seguras que sean rugosas, planas, frías o templadas, pero sin acusadas inclinaciones, mejora la biomecánica del pie, y del equilibrio de nuestro cuerpo.
Alivia las tensiones estructurales que los zapatos nos suelen producir cada día, permitiéndonos, por ejemplo, alinear correctamente las articulaciones. Así que no está de más andar descalzo aunque sea un par de horas al día; además, tal y como nos dicen los expertos, el ser humano está diseñado para andar descalzo… ¿El problema? Que nuestro entorno no está adecuado para esta práctica.
Beneficios para bebés y ancianos.
SI un bebé está empezando a andar, es bueno quitarle los zapatos y ponerlo sobre una superficie plana y segura. Todo ello hará que su desarrollo progrese en base a esa interconexión neuronal motora, en la cual va experimentando el terreno, los movimientos y el entorno.
Día a día se sentirá más seguro y mejorará su motricidad.
¿Y para las personas de la tercera edad? Bueno pues durante algún instante del día también está recomendado despojarse de los zapatos. Es un ejercicio relajante y terapeútico.
Si pasan mucho tiempo sentados, si su nivel de estimulación diario es muy bajo y se encuentran algo apáticos, no dudes en animarlos a que se descalcen y anden unos 20 minutos por una superficie controlada y segura.
Permitir también que anden por la hierba fresca, que sientan sus cosquillas, su alivio, la emoción de esa tierra húmeda que les traerá sin duda un sinfín de emociones, de recuerdos que revivir.
Algo tan sencillo, vital y “humano” puede ser todo un beneficio para nuestra salud.
