Los operadores de la corrupción en la ASE

Por Antonio González Vázquez

  • Reinhardt: historia de “éxito”; de mesero a…
  • Humberto Pérez Castillo, amigo al que Martínez Loredo le creó un área especial.

Manuel Abraham Reinhardt Guerrero era mesero en la Casa de Gobernadores hasta que conoció a José de Jesús Martínez Loredo, fue entonces que el mundo le cambió y lo colocó en la ruta del progreso económico.

El ex coordinador de Auditorías Especiales de la ASE no actuaba solo en el entramado de corrupción que se armó junto con los diputados, sino que tenía el respaldo del brazo derecho de Martínez Loredo: Humberto Pérez Castillo, Coordinador del Despacho del Auditor.

Ambos personajes tan solícitos como oficiosos, llegaron a la Auditoría desde el día en que el Congreso del Estado designó a Martínez Loredo como titular de la ASE. Eran sus hombres de confianza y pronto tendieron sus tentáculos.

De acuerdo con versiones de personal de la institución, Reinhardt Guerrero era mesero en la Casa de Gobierno en la administración de Horacio Sánchez Unzueta, después se mete a estudiar Derecho y se recibe. Como conocía a funcionarios del gobierno de Sánchez Unzueta porque empezó a tejer relaciones, pidió apoyo para conseguir nombramiento como Oficial del Registro Civil y se la conceden en la administración de Fernando Silva Nieto.

En ese momento ya conocía a Jesús Martínez Loredo y luego conoció a Humberto Pérez Castillo e incluso coincidieron en el grupo de apoyo a la campaña a gobernador de la panista Sonia Mendoza Díaz.

Reinhardt  Guerrero empezó en la ASE como Coordinador de Desempeño donde tenía un salario de 70 mil pesos y luego, alcanzó  la Coordinación de Auditoría Superior, donde Martínez Loredo le autorizó un salario 115 mil pesos al mes.

Desde febrero de 2014 cuando arrancó la administración de Martínez Loredo, el personal de la institución veía mal a Reinhardt porque nunca daba la cara y era prepotente con la gente, pero con el auditor era muy oficioso, comedido y barbero.

Él junto con Humberto Pérez, hacían lo que querían con el auditor cuando empezó a mostrar signos visibles de su enfermedad que le llevaba a olvidar todo. En ese caso, Reinhardt era tan oficioso que hasta le ponía el brazo al auditor para ayudarle a caminar y era el único funcionario que lo acompañaba a sus viajes.

“Era un aprovechado porque en la oficina todo mundo sabía que el auditor ya no estaba bien de sus facultades mentales, él y Humberto se aprovecharon de las circunstancias, todos lo sabían, llegaron a la Auditoría nada más que para robar”.

Humberto Pérez llego al grado de abusar tanto del auditor que incluso en un momento dado firmaba los documentos oficiales del auditor.

Pérez Castillo fue uno de los más cercanos a Martínez Loredo, era su Coordinador de Despacho que fue un área creada por órdenes del auditor para su amigo ya que ese cargo no existía en el organigrama.

Empezó recibiendo un salario de 87 mil pesos “solo por abrirle la puerta al auditor”.

Tiene plaza en la Contraloría General del Estado con nivel 8 que es un puesto de quien saca las copias y recibe las declaraciones patrimoniales.

Llegó a la ASE junto con Martínez Loredo en febrero del 2014, le dan una coordinación sin contar con ningún grado académico y sin experiencia, apenas estudió la preparatoria y alcanzó una participación muy importante en las operaciones de limpia de las cuentas públicas.

“Él presumiblemente firmaba los informes sin que el auditor tuviera conocimiento, firmaba a nombre del auditor, eso lo sabían todos en la Auditoría, firmaba por Martínez Loredo cualquier tipo de documento”.

Firma incluso los informes de auditoría, “es más nos atrevemos a decir que de los 113 informes de los entes auditables de todo el estado, 100 fueron firmados por Humberto, le salía perfecta la firma del auditor”.

Humberto Pérez se convirtió en uno de los más poderosos de la ASE porque conocía a Martínez Loredo desde que éste fue Tesorero del Gobierno del Estado con Fernando Silva Nieto, fue su secretario particular.

En las oficinas de la ASE siempre se le ha tenido por “déspota y prepotente” y hacía equipo con Reinhardt Guerrero en las negociaciones con los diputados para arreglar las cuentas públicas.

“Ellos se encargaban de manipular y hacer lo que quisieran con el auditor”. Los dos, gracias a los negocios, se han enriquecido en solo tres años.

 

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