Por Leonel Serrato
Mañana estará teniendo lugar la votación legislativa sobre la Trama Panavi, razón por la cual irrumpo en su plácido jueves con esta colaboración extraordinaria para Astrolabio Diario Digital; si la lee a tiempo puede participar y expresar su oposición; organizaciones sociales han llamado para darse cita en la sede del Congreso del Estado –en la plaza de Armas– a las 9 de la mañana y exigir que sea rechazada la iniciativa del exedil soledense –hoy capitalino– Ricardo Gallardo Juárez sobre el contrato para reemplazar las lámparas públicas por ledes.
Al rechazo se han unido numerosas organizaciones de todo el Estado; grupos ciudadanos han advertido de las ilegalidades y anticipado juicios de amparo; las cámaras empresariales y de comercio han sido unánimes en demandar que no se apruebe el despojo del patrimonio de los potosinos; los comerciantes amparados en el Frente Común de Comerciantes Potosinos han estado presentes en todas las sesiones públicas del legislativo, y han sido especialmente incisivos, claridosos y puntuales, lo que les ha ganado la persecución de los coludidos en la Trama Panavi; la Iglesia Católica ha sido enfática en señalar la inmoralidad de tales enjuagues y su profunda decepción por el comportamiento de los legisladores; de los partidos políticos, salvo el que es propiedad del exedil soledense –hoy capitalino– y de su hijo, también implicado en la trama, todos han elevado reclamos para que por lo menos se revise y se informe a la ciudadanía los detalles del cochinero; Conciencia Popular, Movimiento Ciudadano y Acción Nacional han sido tajantes en repudiar la intentona de asalto a las arcas públicas y han anticipado su voto en contra.
El propio exedil soledense –hoy capitalino– literalmente clamó para que se rechazara por el Poder Legislativo la iniciativa que él mismo presentó, como si fuera rehén de alguna fuerza irresistible que lo estaba obligando a digerir sus promesas de campañas y luego engullir los detritos.
Los regidores capitalinos que ayer votaron a favor del dictamen hoy se llaman a engaño y acusan a los promotores de haberlos sorprendido.
Si en pocos temas parece haber tal consenso, ¿por qué el empeño de aprobar el convenio de la Trama Panavi?, ¿Qué impulsa semejante abuso?, ¿Qué mueve a los coludidos?
Mire Usted, todo indica que es simple y llanamente el dinero. Así de vulgares. En las semanas anteriores hubo señalamientos de que quienes iban a votar habían recibido dinero como soborno, a mí uno de ellos me lo confirmó y hasta mencionó que unos recibirían menos que otros, dándome los nombres de los implicados, y ya ve que luego me lapidaron por haberlo dicho, pero sin desmentirlo.
¿Quiénes son los responsables?
¿Debemos descartar al Gobernador Juan Manuel Carrera López?, él ha dicho que no le interesan los temas de interés público, que no lo molesten.
¿Podemos descartar al exedil soledense –hoy capitalino– por más que él dijo que desde que se aprobó inicialmente era un atascadero, y que fue en la administración anterior.
Mario García Valdez ha señalado que ni un clavo le ofrecieron, y que tampoco lo hubiera aceptado, y que las condiciones impuestas al contrato fueron de tal modo eficaces que las empresas lo incumplieron prácticamente de inmediato.
Las diputadas y los diputados de la anterior legislatura dijeron que pusieron candados y que la empresa los violó.
¿Descartamos a los júniores, a los “chavos” Torres, Valladares y Salinas?, las familias de los dos primeros dijeron que no participaban en esos escandalosos robos a la ciudad que aman, y que eran infundios de los verdaderos ladrones; el último prefiere las sombras, el anonimato que le da una sociedad formada por estudiantes tapatías.
¿Borramos de la lista a Gallardo Cardona, el hijo incómodo? Finalmente sus demostraciones de querer encajar entre los júniores y mirreyes no le incriminan como mafioso lavador de dinero, si acaso exhiben sus debilidades, escaso buen gusto y necesidad de reconocimiento como miembro de la “high life” potosina.
Todo parece indicar que se trata de un negocio que no tiene quien reclame su paternidad, pero lo cierto es que lo que no tiene, es madre.
Los que forman parte de la Trama Panavi son unos hampones; no se trata de un contrato de prestación de servicios, ni tampoco una asociación público-privada para el alumbrado potosino, sino de un auténtico desfalco, y su maquinada elaboración es propia de mafiosos.
Los voraces diseñaron una manera no sólo de atracar al Pueblo Potosino, sino de estarlo robando durante década y media.
Los cínicos además garantizan su pago en forma irrevocable y establecen sanciones sólo para el municipio capitalino.
No contentos con haber incumplido el contrato original, de suyo leonino, ahora lo extienden, lo garantizan con las participaciones federales al municipio, se otorgan impunidad, y se permiten la libertad de pedir prestado por si no tienen dinero, quedando autorizados a cubrir sus préstamos con el dinero público.
Los facinerosos han corrompido en todo su camino hacia la obtención de un contrato a modo del que la ciudad sólo sale perjudicada.
¿Quiénes son?
Todos tienen nombre y apellido, no debemos moderar la denuncia, pero el ladrón es tan responsable como el que le ayuda.
Son los 27 integrantes de la Asamblea de vagos que usurpa las funciones del Congreso de San Luis Potosí, y si de esas 27 desvergonzadas y desvergonzados se salva alguien será quien vote en contra de semejante crimen.
Los mencionados insistentemente como promotores, Óscar Bautista Villegas, Sergio Enrique Desfassiux Cabello, Enrique Flores Flores, José Luis Romero Calzada y José Luis Díaz Salinas, son los que deberán dar la cara a la sociedad y explicar los verdaderos motivos por los que se han convertido en vulgares cabilderos de intereses inconfesables.
Desde que se hizo público el desaseo con el que pretenden destruir el tesoro público de San Luis Potosí, esas diputadas y diputados se han dedicado a generar escándalos y a protagonizar escenas circenses para distraer la atención de la ciudadanía, llegando a extremos de censura y de abierto desprecio por la gente, agrediendo a sus críticos y diciéndose ofendidos con los señalamientos que muchos hemos hecho.
Son directas responsables las autoridades municipales encabezadas por el exedil soledense –hoy capitalino– Ricardo Gallardo Juárez, sus funcionarios de primer nivel que se han dejado intimidar y someter a la voluntad de él y de su vástago sin intentar siquiera ponerles un alto a todos sus excesos, raterías y abusos; al firmar la iniciativa de decreto olvidaron que son empleados de la ciudad, no de la mafia.
Es responsable el Gobernador del Estado, Juan Manuel Carreras López, quien ha abdicado de sus obligaciones constitucionales y las políticas propias de su encargo, permitiendo dejar hacer y dejar pasar ese tipo de tropelías, y cómo no, si ha dejado pasar incluso las injurias de que ha sido objeto con tan del seguírsela pasando bien en el cargo. Su debilidad y abulia es peligrosa y destructiva para San Luis.
Tenemos ante nosotros a un grupo de mafiosos que no se detendrán en el saqueo sino hasta que los detengamos y se les someta a la Justicia.
Al votar mañana el asunto y rechazarlo, ordenando además que se ejerzan las acciones rescisorias, enmendarán las diputadas y los diputados los muchos meses en que se han burlado del Pueblo Potosino con su conducta impropia.
Si deciden seguir siendo una Asamblea de vagos, y mutar a escupidera o bacinilla de los mafiosos, no serán en nada diferentes a un detestable sicario, de esos que matan por dinero, y serán ahora una Asamblea de criminales.
Leonel Serrato Sánchez
unpuebloquieto@gmail.com