“Me voy… la lucha debe seguir”

 

Por Victoriano Martínez

 

“Me voy… la lucha debe seguir”.

Con esas palabras como encabezado, periódico El Norte de Monterrey despidió, hace 24 años, al Doctor Salvador Nava Martínez, mientras en el diario The New York Times un artículo elogió su labor política y lo calificó como sobreviviente de un sistema electoral de fraudes constantes y como un símbolo de las demandas de la oposición.

Fue a las 23:55 horas de aquel lunes 18 de mayo el momento en que quedó registrado el fallecimiento del líder del movimiento que adoptó por nombre su apellido: el Navismo.

Junto a él estuvieron su esposa Conchita Calvillo, sus hijos Salvador, Pedro, Manuel, Alejandro, Luis y Concepción Guadalupe, y los médicos que lo atendieron, entre ellos Luis Fernando Rangel, su viejo compañero de luchas, a quien le correspondió salir a dar la noticia sobre el deceso.

Los días previos fueron de innumerables actividades que mostraban la trascendencia de la trayectoria del líder civilista, entre las que destaca el Foro Tiempos de Democracia, realizado apenas un día antes, en el que su hija Concha Lupe leyó la carta por la democracia, dictada por Nava Martínez unos días antes. Este es su contenido:

“La instauración de la democracia no se puede postergar por mucho tiempo. El país lo reclama. Así se demostró el año pasado, cuando desde la ciudad de San Luis Potosí emprendimos la Marcha por la Dignidad.

“El principio de dignidad aglutina a millares de mexicanos sin distingo de ideologías y partidismos políticos.

“La dignidad de los mexicanos ha sido muchas veces vejada por el poder, violentando los derechos fundamentales de los mexicanos.

“Es por ello que hoy, esta dignidad reclama la instauración de la democracia en México; para su logro se exige una profunda reforma política y electoral. Todas las fuerzas políticas del país lo demandan.

“Para alcanzar la justicia social en México, es imperativo que se realice un diálogo nacional sin excluir a nadie. Sólo así se garantizará el tránsito pacífico hacia el humanismo y la democracia, evitando rupturas sociales tan innecesarias como dolorosas.

“El reloj político también tiene sus horas contadas. Esto, no lo deben olvidas los dirigentes políticos del país”.

Diez días antes, Nava había encabezado su último mítin, el de la despedida. “Hay que dejar claro que el navismo no es Nava”, dijo. “Los hombres llegan a un fin que marca la naturaleza, los ideales se quedan cuando se comparten y se educa en ellos a las siguientes generaciones”.

Tras la muerte de Nava, se alcanzó la ciudadanización de los organismos electorales en el país por él propuesta. No obstante, a 24 años de distancia los partidos políticos han convertido esas instancias en espacios de cuotas y hay hecho del sistema electoral un espacio en el que se dificulta la participación ciudadana.

En sus mensajes, Nava siempre insistió en que su movimiento fue una lucha del pueblo “por la democracia, y mucha gente de este pueblo sufrió encarcelamientos y sufrió vejaciones y sufrió torturas. Ha sufrido muchos engaños, pero el pueblo de San Luis, por más que digan que este no es el pueblo, el pueblo ha quedado de pie”.

Así lo veía Salvador Nava Martínez aquel 8 de mayo de 1992, a más de 30 años de haber encabezado por primera vez a los potosinos. Y como si aquel largo trayecto lo hiciera percibir que la democracia no simplemente se logra, sino que se tiene que mantener una lucha constante para que sea parte de la vida social, Nava advirtió:

“Este pueblo, sí sería realmente traición lo que hiciera, si no se acordara de toda la lucha que ha habido…”

A 24 años de su partida, no sólo hace falta recordar la lucha que encabezó, sino continuarla.

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