Estela Ambriz Delgado
La Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) del proyecto extractivista en el ejido Corcovada, municipio de Villa Hidalgo, presenta múltiples errores, omisiones e información oculta en distintas áreas, que para el agroecólogo Pedro Nájera Quezada destaca que se omiten especies de cactáceas que se encuentran en la zona y que son endémicas, e incluso algunas en peligro de extinción, lo que limitaría la explotación del área debido a que sí es un ecosistema con características especiales.
Además de las irregularidades que desde un inicio ha presentado el proyecto extractivista de la empresa CEMAT Construction y que la solicitud de MIA presentada desde septiembre de 2024, sin autorización de la asamblea ejidal para la venta de sus tierras de uso común, sólo habla de 95 hectáreas cuando pretenden adquirir casi 500, el documento se encuentra lleno de errores, los cuales Astrolabio dará a conocer en esta y dos entregas más.
Aunque la aprobación del documento se encuentra en manos de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Nájera Quezada considera que cualquier ciudadano consciente puede y debe exponer la situación y los riesgos potenciales tanto a la salud, la biodiversidad y la estabilidad social de la región, a fin de poder hacer eco en las instituciones federales.
Por ello puntualizó diversos errores, omisiones y cuestiones ocultas en el documento, como la justificación del cambio de uso de suelo, pues en el apartado de descripción del proyecto dice que en el área en donde se pretende desarrollar no existen especies de flora y fauna silvestres, debido a que corresponde a un terreno agrícola, pero más adelante la justificación señala que tiene uso de pastizal natural.
Además de que no pasa desapercibido que se habla de un polígono de 95 hectáreas, cuando de acuerdo a las coordenadas que colocan en el apartado de la ubicación física del proyecto y dimensiones, en realidad son dos predios inconexos entre sí, lo que calificó como engañoso, pues se indica un cuadrante en singular, pero al sacar las coordenadas en el orden que las indican resulta una forma extraña, por lo cual corresponden a dos.
El agroecólogo refirió que ambos polígonos están ubicados parcialmente sobre una concesión minera, misma que hace temer a los ejidatarios que a futuro se busque explotar el mineral al tener ya parte de la propiedad de ese territorio.
Por otra parte, observa que el listado de biodiversidad, tanto flora como fauna está tan errado que parece que hablan de otro ecosistema en otra región pues mencionan especies que no existen en el estado o en esa región en particular, sin bases algunas en cuanto a biogeografía ni taxonomía cuando sí hay estudios de flora y fauna en la región.
Así mismo, señaló que se omiten especies de cactáceas que se encuentran en la zona y que son endémicas, como el caso de Pelecyphora aselliformis y Mammillaria aureilanata var alba, además de otras enlistadas en la NOM059 como Mammillaria crinita, Ariocarpus retusus, Fercactus histrix, Ferocactus latispinus, Echinocactus platyacanthus, Coryphantha delicata, Coryphantha echinoidea, Dasylirion acrotrichum, entre otras especies, incluso algunas de las cuales se encuentran en peligro de extinción, lo que limitaría la explotación del área.
“Ellos mismos citan que no se debe construir ahí, pero justifican que es un área agrícola cuando no es y citan una norma vieja, la norma actual es la NOM-059-SEMARNAT-2010 y si se tardan en presentar esto deben homologarse a la NOM-059-SEMARNAT-2025 que está próxima a salir publicada en el Diario Oficial de la Federación”.
En el apartado de Diagnostico Ambiental efectivamente reconocen que el componente más vulnerable en la instalación del proyecto es el biótico, puesto que es el que resentirá los cambios de manera directa al remover especies que forman parte del ecosistema forestal de la región, “el cual, al ser perturbado, alterará el curso normal de algunos de los procesos que se llevan a cabo dentro del sistema ambiental”.
Más adelante también manifiestan que de acuerdo a la información obtenida durante la elaboración del documento, identificaron algunas especies tanto de flora como de fauna que por su condición están en algún tipo de estatus de protección, y otras inclusive de condición excepcional, pero justifican “removerlas” con el argumento de que tomarán las precauciones y medidas necesarias para su conservación y preservación en el lugar.
No obstante, en sus medidas de mitigación no mencionan el rescate de flora, y en la etapa de abandono del sitio no plantean obras de remediación, restauración ni rehabilitación, sólo limpiar el área y retirar los residuos.
Algunos de los errores que presenta la solicitud de MIA pueden deberse a que solamente se copiaron algunas partes de un documento relativo a otro proyecto en San José de Iturbide, Guanajuato, pues en este de 202 cuartillas, a partir de la página 26 en lugar de hablar de Corcovada se refiere al del ubicado en el estado vecino, además de que de la página 96 pasa a la 145, y más delante de la 204 le sigue la 160.
Por otra parte, el agroecólogo informó que ha estado hablando con varios ejidatarios, quienes le han manifestado que temen ser engañados, que les paguen una miseria por terrenos que ellos podrían usar por generaciones, que se contamine su entorno y se pierda la riqueza de biodiversidad que tienen, además de que les terminen poniendo una mina, lo que no sólo afectaría a Corcovada, sino también a todos poblados que viven cuesta abajo rumbo a los municipios de Armadillo de los Infante y San Nicolás Tolentino, pues los accidentes y derrames son infalibles en esa industria, por lo que igualmente se muestran preocupados.
Para concluir, Nájera estimó que el hecho de que aprueben así la MIA o no, dependerá tanto de las capacidades de quienes revisen el documento, como de su propensión a la corrupción, y de los ciudadanos conscientes que puedan exponer estos errores y riesgos potenciales tanto a la salud, la biodiversidad y la estabilidad social de la región.