Por Victoriano Martínez
En tanto este martes el Consejo Nacional de MORENA define la situación final sobre la coalición que prevalecerá de las presentadas ante el Consejo Estatal Electoral y de Participación Ciudadana (CEEPAC) o si de plano van solos, la confusión, el desánimo y hasta la desesperación se manifiestan entre algunos aspirantes y sus corifeos oficiosos con tintes de desvío de recursos públicos.
Si hace algunas décadas era la candidatura priísta a la gubernatura la más codiciada, así se manejara en la discreción de los tapados y una vez definida la disciplina partidista la volvía invencible, ahora la politiquería desatada busca a toda costa montarse en una coalición ganadora que se ve con más posibilidades si se da con el partido del Presidente.
Avorazado como se ha caracterizado, Ricardo Gallardo Cardona culminó un par de años de ilegal promoción personalizada con su registro como precandidato único del PVEM para tener opción de eventualmente encabezar la pretendida coalición con MORENA. Ahora aprovecha una innecesaria precampaña para prolongar con mayor intensidad su ofensiva promoción.
Si en la candidatura por el PVEM apostaba a ser precandidato de la coalición con Morena, los acontecimientos desatados a partir del zafarrancho del martes 10 en el CEEPAC dejan en Gallardo Cardona como el primer damnificado al grado de intentar hacer ver como fakenews las posturas morenistas que descartan la unión con el Verde, pero más específicamente a él como candidato.
Una circunstancia que deja ver reacciones en esa misma línea en personajes como el propio super delegado Gabino Morales, a quien se ubica que renunció a su posible y hasta destapada precandidatura para hacer mancuerna con Leonel Serrato, aunque con la sospecha de ser maniobras para indirectamente favorecer a Gallardo Cardona.
Por parte de Leonel Serrato, su renovada postura antigallardista queda en entredicho si se toma en cuenta que a principios de diciembre de 2019 se deshizo en elogios para ese grupo con expresiones como “lo tengo que decir, y conste que yo los he criticado mucho, pero estos están trabajando con nosotros, pero hombro con hombro”.
En el caso de Gabino Morales, deja ver cierta desesperación ante la aparición en el escenario de los precandidatos de un personaje como Juan Ramiro Robledo Ruiz, cuya larga experiencia en la administración pública pareció preocupar al super delegado, quien declaró cándidamente que el presidente con licencia del Tribunal Estatal de Justicia Administrativa se debe jubilar con dignidad.
Una intromisión del funcionario federal en asuntos electorales cuyos alcances deberían ser investigados por posible uso indebido de la infraestructura y personal de los programas de la Secretaría del Bienestar, sobre todo porque contradice la postura de su jefe, el presidente Andrés Manuel López Obrador. Poco faltaría para que Gabino Morales sugiriera la jubilación de AMLO.
Es posible que haya sido una cándida expresión de un presunto político de corta experiencia, pero también la de un politiquero que responde a su naturaleza de pretender proteger sus intereses personales y los del grupo al que es afín –al margen de la Cuarta Transformación (4T)–, antes que respetar el proceso interno de su partido para definir a su candidato a la gubernatura.
Entre la confusión, el desánimo y hasta la desesperación, otros aspirantes a la postulación por MORENA tuvieron distintas reacciones. Adrián Esper Cárdenas se presentó como precandidato del PT, cual si siguiera una ruta similar a Gallardo Cardona; en tanto que Primo Dothé Mata suspendió su informe de actividades, como si ya no buscara hacer presencia para impulsar su aspiración.
A partir del martes 10 y hasta que el Consejo Nacional de MORENA deje muy claro el destino del intento de coalición, los personajes que bullen en torno a la postulación que se identificaría plenamente con la 4T exhibirán prudencia o desplantes, producto de su nerviosismo. Hoy es un día clave para esos personajes.