Mirar al futuro

Óscar G. Chávez

Era evidente que los diputados potosinos no iban a sancionar a Ricardo Gallardo después de que el Tribunal Electoral les notificara la responsabilidad del gobernador sobre la violación de la veda electoral. Las razones de forma podrán ser cuantas se les puedan ocurrir a los legisladores en todas las Comisiones legislativas, pero la única de fondo es que como oposición son inexistentes por el miedo que les provoca enfrentársele.

No es para menos, día con día Gallardo demuestra que comienza a ejercer un control casi total (y éste incrementa) sobre la política potosina; por consiguiente el generador de cualquier acto o señalamiento que le pudiera provocar la menor incomodidad se convertiría en un apestado en la política potosina. Así resulta mejor aparentar que se es opositor.

En días recientes el gobernador señalaba la importancia de someter a una evaluación pública a los presidentes municipales, es decir colocarlos en la picota para buscar su desacreditación. En realidad la revisión exhaustiva de los respectivos desempeños sólo será aplicada a aquellos que de alguna forma no colaboren con la administración estatal, incluido su anuencia para el respectivo recorte de recursos para dirigirlos a cualquier obra estatal.    

Entre los señalamientos que Ricardo Gallardo realizó contra los alcaldes, mencionó a aquellos que se habían reelecto; ni tarda ni perezosa Erika Briones de inmediato pintó su línea con el PRD, partido que en alianza con el PAN le permitió continuar en la alcaldía de Villa de Reyes, y regresó al seno del gallardismo. Al buen entendedor.  

Y con o sin palabras se entiende, más tardó el gobernador en señalarlo que el alcalde de la capital en, como ya es su costumbre, salir presuroso a decir que está de acuerdo en la posibilidad de que los alcaldes sean evaluados; hace unos días de igual manera respaldó la propuesta de cambiar los nombres de algunas calles. Sólo esperemos que al gober no se le meta en la cabeza la idea de abrir al tráfico vehicular la calle Hidalgo y la plaza de Armas, porque si no ya lo veremos parir chayotes.   

Aunque, apelando un poco al carácter lúdico y perverso del gobernador (que luego resulta bastante simpático en sus ocurrencias) sería conveniente que éste dijera que resulta gratificante en una ciudad en la que a diario falla el sistema de abastecimiento de agua que se permitiera hacer uso con fines sanitarios y recreativos del agua de las fuentes públicas, para que el alcalde de inmediato lo secundara. Quién sabe qué cara pondría el pazguato del Christian Azuara, quien montó en santa indignación contra los que hacían esto (sin importar que fueran niños), por ser una falta al Bando de PoliSÍa y buen gobierno.  

Mientras tanto continúan las fallas en el ducto de la presa El Realito, perjudicando el reparto de agua en la ciudad; nada que llueve, señala la Conagua que sólo hay agua para un mes, y lo único que se les ocurre es habilitar más pozos en la ciudad o ¡pedir más agua al Realito!

El tema del agua y todo lo que ésta conlleva es muy delicado, pero sin lugar a duda en algún momento se convertirá en situación de intercambio entre gobierno del estado y el municipal, y es más que evidente quien llevará agua a su molino.

Y mientras uno piensa en convertirse en el jefe absoluto de la política potosina, el otro simplemente se contenta en invitar a la ciudadanía a adoptar una nueva “filosofía”: “la de mirar hacia el futuro y hacer todo lo que imaginamos PoSÍble”. Revelaciones tan elevadas que lindan con la cosmología; propuestas sólo para iniciados.   

Pareciera que el gober lo secundó, pues ya hizo posible la salida del director del ICAT, quien es casi un hecho que será reemplazado por Rosa Estefanía Flores Saldierna, una de sus operadoras en el municipio de Soledad. Siguen en esta dinámica de cambio los titulares de las secretarías de Cultura y Turismo, el Inpode y la Contraloría. Algunos por poco eficientes, es indiscutible, otros por no adaptarse a las dinámicas del gallardismo, pero pareciera que en el caso de la Contraloría, su titular, por trabajar de lunes a jueves (cuando corre desesperada para tomar el primer tren que salga con rumbo a Guanajuato), no ofrecía los resultados que el gobernador esperaba en la cacería de brujas para su primer semestre.    

A propósito de números, ¿se han preguntado quiénes auditarán, si es que se auditan, las cuentas de la Fegapo (Feria gallardista potosina)?, porque hay una realidad irrebatible: de la asfixia presupuestal salieron muchos de los millonarios pagos para algunos artistas.

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