Mismidad: Derechos menstruales

Gloria Serrato

La salud menstrual a lo largo de la historia se ha estigmatizado como algo sucio o vergonzoso, es un tema del que se ha hablado muy poco, es ahora en la actualidad que ha cobrado presencia como parte de los derechos humanos de las mujeres y del respeto a nuestra dignidad humana.

La relación que existe entre derechos humanos y menstruación, tiene que ver entre otras cosas, porque a nosotras nos han replegado de la vida pública por el sangrado mensual que tenemos y que forma parte de la condición biológica de las mujeres. Se ha buscado por diferentes movimientos sociales de mujeres que por estas condiciones las mujeres no sean afectadas en su dignidad, ni discriminadas y sobretodo que tengan acceso a la salud, productos de higiene menstrual accesibles y que no esté vinculado a la burla, a la exclusión y a la vergüenza.

Los derechos humanos de las mujeres protegen la dignidad frente a cualquier circunstancia en donde a nosotras nos han puesto en desventaja, la menstruación ha sido históricamente vinculada a la vergüenza que debemos sentir las mujeres cada vez que tenemos el periodo, y eso sin duda ha servido para excluirnos de muchas de las actividades en la vida pública.

Recientemente en nuestro país se puso el tema en la agenda pública, el Congreso de la Ciudad de México, propuso reformar la Ley Federal del Trabajo e incluir una licencia para los casos de dismenorrea primaria y secundaria, es decir menstruación dolorosa, que permita que las mujeres y personas menstruantes, puedan ausentarse de su empleo por tres días con goce de sueldo, personal profesionista de la medicina serán quienes puedan expedir un certificado que refiera esta situación.

Este tema hace un año se promovió en la agenda del Senado de la República por parte del Partido Movimiento Ciudadano, pero no hubo el eco que tuvo en otros países como España y Japón con respecto de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres. Sin embargo, ahora que se presenta en la Ciudad de México se convierte en un tema polémico. Nuevamente pone en el centro de la discusión los derechos sexuales de nosotras las mujeres aun cuando la mayor parte de las personas que hablan, son ellos, sobre lo que debemos hacer o no.

Por supuesto que colocarlo en el centro de la discusión pública, ayuda visibilizar los padecimientos que las mujeres tenemos en el mundo cada mes. Muchas de nosotras, no hablábamos de estos temas, y ponerlo ahora en el foco de las opiniones hace que deje de ser un tema reservado.

La iniciativa en el Senado de la República proponía la modificación del artículo 63 de la Ley Federal del Trabajo, en el que se agregó que las trabajadoras y personas menstruantes gozarán de un descanso de ocho horas al mes, ante la imposibilidad de llevar a cabo su jornada laboral debido a su periodo menstrual, sin afectación alguna de su sueldo, antigüedad, pago de primas, vacaciones u otros bonos. Asimismo, destaca en el artículo 132 fracción 27 Ter, que el patrón estará obligado a proporcionar en los centros de trabajo, productos de higiene seguros y sustentables.

El Fondo de Población de las Naciones Unidas, destaca que el ciclo menstrual significa muchos cambios biológicos que tienen en el sistema reproductivo de una niña o de una mujer y que no siempre existen las condiciones adecuadas para sobrellevarlo.

La desigualdad de género acentúa la afectación de la dignidad de las mujeres y las niñas, e impide el disfrute de los derechos humanos, ha sido el pretexto utilizado para excluirnos de la vida pública. Aún se considera que nosotras al estar más susceptibles por la menstruación no somos capaces de tomar decisiones en nuestras acciones laborales, profesionales. Se ha considerado que durante la menstruación las mujeres y las niñas tienen menor capacidad, y esto sin duda alguna generó muchos obstáculos para nosotras.

Ponerlo en el debate de la discusión nos genera nuevamente la posibilidad de la reflexión sobre la progresividad de los derechos humanos de las niñas y las mujeres, así como de los hombres transgénero y las personas no binarias que menstrúan.

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.


Es periodista y abogada, doctora y maestra; especialista en atención a víctimas, derechos humanos, transparencia y salud. Actualmente es directora general del Instituto de las Mujeres de San Luis Potosí. Anteriormente se desempeñó como directora de Derechos Humanos en la Fiscalía General del Estado; fue comisionada de la Comisión Ejecutiva Estatal de Atención a Víctimas y presidenta de la Mesa Interinstitucional de Feminicidios. Cuenta con diversas publicaciones entre las que destaca su tesis doctoral Construcción de Personajes: El Subcomandante Marcos y la prensa en México 1994 a 1995.

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