Ni un paso atrás en materia ambiental

Alejandro Rubín de Celis

No cabe duda, vivimos una nueva etapa en San Luis Potosí en materia ambiental. Con pequeñas acciones, y una de gran calado en la Sierra de San Miguelito (SSM), empezamos a dejar atrás un modelo depredador empresarial de tierra, agua y biodiversidad, para dar paso a uno que busca genuinamente soluciones estructurales a los problemas del medio ambiente y hacerlas sustentables, porque de ello depende nuestra supervivencia presente y futura.

En ese nuevo modelo, la sociedad es protagonista fundamental. Si bien no lo es en el ámbito político (donde tenemos un pequeño cacique en el gobierno estatal que todo lo controla y en la capital un alcalde incompetente que no es capaz de resolver los problemas más apremiantes de la ciudad, a pesar de lo cual no hay una ciudadanía exigente), sí lo es en el terreno ambiental, donde diversos grupos de la sociedad civil, con el acompañamiento y asesoría de especialistas, luchadores sociales y experimentados activistas, comienzan a hacer la diferencia.

Y hay desde modestas pero significativas acciones como realizar una capacitación abierta a la población acerca de la conservación de los árboles urbanos, eventos de educación ambiental como los Ecosábados de fin de mes en el parque urbano Camino a la Presa, a cargo de agrupaciones como Morras Ecologistas, Naturalistas, Senderistas y Aventureras; o actividades sobre el cuidado de las abejas, la mariposa monarca y otras especies animales, así como charlas y creación de contenidos en redes sociales sobre temas de biodiversidad, a cargo del colectivo La Casa de las Abejotas, hasta importantes luchas por causas ambientales de gran calado como la protección y conservación de la Sierra de San Miguelito (SSM).

Este caso de la sierra merece especial reconocimiento, ya que después de varios años de resistencia civil, derivó en la declaratoria de Área Natural Protegida sobre 111 mil 160 hectáreas, gracias al enorme esfuerzo y estrategias desarrolladas por colectivos ambientalistas encabezados por los Guardianes de la Sierra de San Miguelito, que en la actualidad realizan jornadas de reforestación (ya van por la sexta el próximo domingo, con una participación aproximada de 200 brigadistas) como una de sus estrategias, no sólo para conservarla con especies nativas, sino para protegerla de los incesantes embates de los  depredadores inmobiliarios. Es importante mencionar que para estas jornadas, en las que han participado decenas de ciudadanos de a pie y activistas, ha sido muy relevante la participación de la Semarnat, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp); la doceava Zona Militar, a través de su Primer Escuadrón del Octavo Cuerpo de Caballería de Defensas Rurales, la Secretaría del Bienestar, la Cooperativa de refrescos Pascual,  y la Caja Popular Mexicana.

Hay otros esfuerzos como el que realiza la organización Cambio de Ruta A.C., que ha obtenido un amparo para evitar la incursión de los gobiernos estatal y municipal  en el Parque de Morales, los cuales intentan implementar acciones carentes de estudios técnicos y proyectos de rehabilitación y reforestación de ese emblemático lugar de esparcimiento, que consideren el impacto ambiental y sus características en cuanto a flora y fauna.    

Sierra Viva es una organización civil dedicada a la protección y preservación de la Sierra de Álvarez, esa bella zona boscosa que ha quedado prácticamente en el olvido de las autoridades desde hace 43 años en que fue declarada Área Natural Protegida. Esta agrupación trabaja en proyectos de reforestación y conservación, educación ambiental y conservación de agua. Sobre las condiciones de abandono de esa zona, también Cambio de Ruta, a través de su dirigente, Luis González Lozano, ha sido muy crítico sobre la actuación de las autoridades competentes, por el descuido en que durante décadas han mantenido a la Sierra de Álvarez, entre otras razones por falta de un plan de manejo.

Hoy en día, ejidatarios y comuneros de áreas rurales o de zonas urbanas tienen un grado de consciencia mucho mayor sobre la importancia de proteger el medio ambiente que les rodea. En los intentos de grupos empresariales por comprar o rentar sus tierras, una de las condiciones que ellos ponen es que les ofrezcan garantías de protección a su entorno (agua, aire y biodiversidad), porque saben que de ello depende su estado de salud físico y la mejora de los lugares donde habitan. Los recientes casos de los ejidos El Peyote, Corcovada, San Lorenzo y Peotillos, son muestras claras de esta exigencia.

Y qué decir de los importantes proyectos y acciones que en materia de cuidado del agua llevan a cabo instituciones académicas y entidades civiles, que en los hechos han tenido que hacerles la chamba a las autoridades (in)competentes. En ellos participan universidades y centros de educación de alta especialidad como la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, el Colegio de San Luis y el Consejo Hídrico Estatal (CHE).  

El CHE, un organismo colegiado de participación ciudadana contemplado en la Ley de Aguas del Estado, presentó en noviembre pasado a la Comisión Estatal del Agua el Plan Hídrico Estatal, una ambiciosa iniciativa que se caracteriza por ser integral, sustentable, multidisciplinaria y con perspectiva científica. Su presidente, el experto en temas de agua, Jonathan Quintero García, informó que el Consejo Hídrico Estatal busca alinear sus proyectos a los del Plan Hídrico Nacional (PHN) impulsado por el gobierno federal, dado que se han encontrado coincidencias sobre cómo abordar los grandes problemas en materia de agua para buscar su solución. El CHE ha propuesto incluso una nueva categoría dentro de las áreas naturales protegidas del país, además de la relativa a la flora y la fauna: el Área de Protección Hidrológica. El CHE ha dado claras muestras de estar del lado de los intereses y necesidades de la sociedad, y así lo ha demostrado al apoyar en materia ambiental a ejidos y comunidades amenazados por la ambición depredadora de grupos empresariales, con proyectos inmobiliarios, carreteros y extractivistas.

Cuando los gobiernos se ven rebasados por la sociedad, como está sucediendo en San Luis Potosí en materia ambiental, o para aprovechar cualquier evento ad hoc, no falta el oportunismo ramplón de sus titulares, obviamente con fines propagandísticos (y en algunos casos se sospecha hasta de negocios) y no con el  auténtico interés de resolver los problemas de fondo en materia medio ambiental. Van dos casos, sólo de los más recientes sobre estos personajes: Ricardo Gallardo Cardona considera cancelar el proyecto de la presa Las Escobas porque, supuestamente, técnicos especializados han encontrado una gran cuenca hidrológica en Villa Hidalgo que, con la perforación de pozos y la construcción de un acueducto, solucionaría los problemas de agua para los próximos 50 años (como olvidar cuando aseguró que con una reparación al acueducto de El Realito habría agua suficiente para 125 años). Rápidamente, el especialista en el tema, Jonathan Quintero, le respondió que la explotación del acuífero de Villa Hidalgo es inviable dada la sobre explotación de los mantos acuíferos, que ya no da para más.

El otro caso lo protagoniza el alcalde, Enrique Galindo Ceballos, quien se colgó del Foro Internacional Ciudad Árbol para hacerse auto promoción. El agroecólogo y activista, Pedro Nájera declaró que en esta ocasión, y en ediciones anteriores, el evento se ha empleado, además de con fines propagandísticos para el presidente municipal en turno, para plantar árboles exóticos, lo cual viola la Ley de Protección y Conservación de Árboles Urbanos del Estado.   

En materia ambiental, hay avances en San Luis Potosí, unos modestos, otros de gran envergadura y, algunos más, muy prometedores. Como quiera que sea, lo fundamental es ir siempre hacia delante y no dar ni un paso atrás. Los avances y logros alcanzados han requerido de enormes esfuerzos de grupos pequeños de la sociedad civil y de la academia. Se imagina, respetable lector(a), si así se han alcanzado importantes victorias como la declaratoria de ANP de la Sierra de San Miguelito, ¿qué otros logros relevantes se podrían alcanzar en materia ambiental con una mayor participación ciudadana? Porque, además, lo alcanzado hasta ahora requiere de una resistencia civil permanente para evitar que los poderosos intereses empresariales no echen abajo las batallas ganadas hasta ahora.

Únase a los esfuerzos de alguno de estos grupos. Es por su bienestar y el de todos. Busque en Facebook Guardianes de la Sierra de San Miguelito, Consejo Hídrico Estatal SLP, Cambio de Ruta A.C., Sierra Viva, Morras Ecologistas, Naturalistas, Senderistas y Aventureras, o La Casa de las Abejotas. Ahí le darán información sobre cómo participar.       

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.

Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente. Periodista desde hace 38 años. Fue coordinador de Noticias de Canal 7 de televisión en SLP y director de la revista Transición en sus versiones impresa y electrónica. Docente universitario durante 31 años. Ha impartido materias de periodismo, ética de la comunicación y opinión pública.