No puede haber buen periodismo al margen de estándares éticos: Sandra Romandía Vega

Sandra Romandía Vega
  • Es una de las principales periodistas de investigación en México; la prensa local debe hacer más alianzas con medios nacionales e internacionales.
  • Considera que la principal amenaza que vive el periodismo mexicano es la violencia contra la prensa, asociada a la impunidad.

José de Jesús Ortiz

En las dos últimas décadas se ha especializado en el periodismo de investigación, sobre todo a partir de diversas metodologías y manejo de datos, que la han llevado a documentar corruptelas de la clase política en el país o la colusión del crimen organizado y el poder político. Dice que el principal riesgo para ejercer el periodismo en México proviene de la violencia ligada al narcotráfico y de la impunidad, por la facilidad con que se puede asesinar a un periodista sin que ello genere consecuencias. Un panorama desalentador, aunque afirma que el periodismo sigue siendo necesario, como una luz que alumbra a la sociedad, que permite cambiar realidades y tomar mejores decisiones.

Sandra Romandía Vega no tiene dudas de que el buen periodismo está ligado a su condición ética, elementos inseparables como el día y la noche. También, advierte que los medios de comunicación deben lograr su autonomía financiera como un paso previo para contar con autonomía editorial, no depender solo de un gran anunciante —usualmente el gobierno—, como sucede en la mayoría de los medios de comunicación.

Coautora del libro Los 12 Pobres Mexicanos (2016), Narco CDMX (2019)y coordinadora del libro Periodismo de investigación en el ámbito local (2022), fue ganadora de la beca María Moors Cabot de la Universidad de Columbia (2020) y actualmente coordina Opinión 51, una plataforma digital que fundó durante la etapa dura de la pandemia de covid para recoger sobre todo la voz de mujeres periodistas. Hiperactiva como es, colabora también en el Washington Post en su edición en español, es directora editorial del portal Emeequis y hasta hace algunas semanas colaboraba como articulista en el periódico El Universal. Antes, fue jefa de información del programa Punto de Partida, que conducía en Televisa Denise Maerker y directora editorial de La Silla Rota.

Incorporada a nivel federal al Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, luego de las amenazas que recibiera tras la publicación del libro Narco CDMX, donde se documenta la presencia y operación del crimen organizado en la capital del país durante el gobierno de Miguel Ángel Mancera, considera que el miedo es un instinto natural en el ser humano, tan habitual como el respirar, pero no debe ser un factor que inmovilice, sobre todo en quienes ejercen el periodismo.

Sandra Romandía Vega

Luego de una conferencia que impartió el pasado 31 de agosto en la Facultad de Ciencias de la Comunicación, de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, donde habló del oficio periodístico y sus experiencias acumuladas en dos décadas de trabajo profesional, Sandra Romandía se da tiempo para reflexionar sobre el trabajo que ha realizado durante estos años, de los riesgos que avizora en el horizonte y los retrocesos que observa en el sexenio actual.

Astrolabio: ¿Cuál es para ti la importancia del periodismo de investigación en una sociedad como la mexicana?

Sandra Romandía: Es muy importante, pienso que con el periodismo de investigación se puede abonar a difuminar la polarización, que está llena de gente que cree que tiene la razón, sin argumentos. El periodismo de investigación lo que ofrece son argumentos, datos, evidencias, expedientes y contra eso es mucho más difícil estar rebotando los insultos y esta conversación que hay en el país y que de pronto parece que ya no tiene sentido.

A: Has trabajado durante muchos años en líneas de investigación periodística, comentabas que cuando iniciaste tu trabajo se hacía más un periodismo de filtración de documentos, lo cual ha cambiado ¿cuáles serían las principales herramientas o técnicas de que se vale el periodismo de investigación?

SR: Una de ellas es el marco legal que nos permite tener acceso a los datos públicos, pero sobre todo construir una metodología que genere fórmulas exitosas para poder contar historias coherentes y bien sustentadas. Pienso que ahora hay más acceso que antes a las víctimas, el periodismo de investigación, a mi juicio, tiene una década de éxitos en este país, en el que es visibilizado, en el que ya no tenemos los gobiernos oscuros del PRI que tuvimos en el siglo pasado, lo que ha permitido hacer más periodismo de investigación. Todo eso ha generado que el periodismo de investigación tenga consecuencias y que las víctimas se acerquen más a los periodistas a contar sus historias. El acceso a los testimonios y a la información pública ha sido clave para que mejore y se profesionalice el periodismo de investigación.

A: ¿Qué otras herramientas o técnicas habría, además del acceso a la información pública y los testimonios de víctimas?

SR: Cada vez hay metodologías más claras que te permiten llevar proyectos de investigación para encontrar patrones, por ejemplo, con el tema de los falsos culpables (personas inocentes detenidas y acusadas con pruebas falsas en tiempo del priista Eruviel Ávila, según documentó un reportaje en La Sila Rota), el acceso a las aplicaciones de bases de datos que es algo que las generaciones anteriores no tenían y que ahora pueden sacar información o historias de grandes bases de datos, encontrar fenómenos y a partir de ellos contar algo que importe. La capacitación en el tema de análisis de datos y de data es algo nuevo relativamente y cada vez está más sofisticado gracias a la tecnología. También, creo que la tecnología ha aportado mucho al periodismo de investigación, por ejemplo, los buscadores, las búsquedas avanzadas específicamente en Google o en otros han permitido que encuentres contratos de gobierno en 30 segundos; si el presidente dice que tal empresa es corrupta tú puedes hacer una mezcla en el buscador avanzado y te empieza a bajar los contratos de esas empresas. Eso es maravilloso y no pasaba hace 20 años.

A: Coordinaste recientemente un trabajo, un libro, sobre el periodismo de investigación que se hace en los estados ¿Qué opinión tienes de ese periodismo que se hace en las regiones?, pareciera que todo el periodismo de investigación se hace en la Ciudad de México, aunque en los estados hay esfuerzos que vale la pena recuperar, como haces en este trabajo.

SR: Sí, en los estados hay grandes esfuerzos, creo que tiene que elevarse el nivel de capacitación, pero no solo en capacitación sino también en protección: no es lo mismo hacer periodismo en la Ciudad de México, metido en tu departamento, resguardado y alejado de los entes a los que tocas, a hacerlo en una ciudad donde todos se conocen, donde todos te señalan, donde los familiares están relacionados con los personajes que a veces sacas a la luz que están haciendo acciones corruptas y que el ambiente es mucho más hostil. Incluso para las amenazas o agresiones contra periodistas, en los estados es mucho más fácil que te localicen, te agredan y te maten, a lo que pasa en la Ciudad de México donde te puedes escabullir, en el centro que está lleno de cámaras. Un ejemplo tan sencillo, tan básico como este, creo que da luz de las diferencias de hacer periodismo en los estados y hacerlo en la capital del país. Ahora, también pienso que en los estados se debe hacer más, tener alianzas con medios nacionales e internacionales para protegerse, para que puedan tener más impacto en sus investigaciones, sin consecuencias negativas o represalias para sus periodistas.

A: El caso del periodismo que se hace en los municipios ¿pareciera que está aún más expuesto que el que se puede hacer en las capitales?

SR: Sí, en los municipios es mucho más común ver el efecto de narco-política en las localidades, los políticos están cada vez más frecuentemente relacionados con los grupos de narcotraficantes de la plaza y pueden pedir favores para agredir a periodistas cuando los molestan. Eso es sumamente grave y creo que no lo estamos logrando retratar en lo macro, es una historia que se repite en todo el país, en muchos estados, en muchas localidades. No es un caso específico del pueblo tal de la Huasteca, no, eso está repetido en todos los estados y los políticos locales están echando mano de los narcotraficantes para tener poder, tener visibilidad y margen de maniobra. Lo grave de eso es que esos políticos locales en cinco o diez años se vuelven gobernadores. En lo local está muy fundido el narcotráfico con la política.

A: Qué piensas de ese periodismo de investigación, auspiciado por actores políticos y económicos como Mexicanos contra la corrupción, con un agenda corporativa muy clara, no necesariamente a partir del interés periodístico ¿te parece una forma válida de canalizar el periodismo de investigación?

SR: Creo que cada quien puede tener su opinión, el periodismo puro y bien hecho es periodismo aquí y en China, salga de donde salga. Pienso que un reportaje que tenga las evidencias, los documentos y los datos necesarios para demostrar algo, una realidad que nos interese y afecte, siempre es relevante, no importa de dónde salga. El fin mayor es el fin mayor, un reportaje que demuestre que nos están robando 200 mil pesos, que esté bien hecho y documentado, haya salido donde haya salido es un reportaje.

Sandra Romandía Vega

A: Escribiste hace poco un texto sobre lo que llamaste cuatro amenazas contra el periodismo de investigación, resumidas en las amenazas de la violencia, las amenazas desde el poder, las amenazas de la crisis de la industria periodística y las amenazas de una academia poco actualizada, formadora de periodistas con planes de estudio obsoletos ¿cuál de estas amenazas o problemáticas te parece la más preocupante?

SR: Todas, pero en orden de importancia pondría la impunidad/la violencia; luego la crisis de la industria periodística pues sin dinero no hay trabajo; en tercero la estigmatización del Presidente pues creo que todavía tenemos la capacidad de defendernos con nuestro propio trabajo; y en cuarto la academia, que es importante, pues al final el periodismo ha subsistido con una academia desarticulada, lo que puede hacer es mejorar, pero no nos está jodiendo.

A: Cuál es la importancia de la ética en el trabajo periodístico, pareciera un tema del que poco se reflexiona y se discute muy poco en la práctica cotidiana del quehacer periodístico ¿se puede hacer periodismo al margen de estándares éticos?

SR: No, no puede hacerse buen periodismo al margen de estándares éticos, porque el periodismo está para servir a la gente y si no hay ética no sirves a la gente. Debe estar vinculado el periodismo y la ética. Creo que deben reforzarse más las discusiones y debates en las redacciones, por ejemplo una vez publicamos (en La silla rota) un reportaje sobre el titular de la Comisión de Reconstrucción en la Ciudad de México por el sismo de 2017 (Edgar Tungüí Rodríguez, denunciado por la asignación de contratos millonarios asignados a una empresa en la que laboraba su hermano) y salió a decir que era una mentira, que era un homónimo; tuvimos el debate de si publicábamos las fotos de la vida personal del hermano, abrazado del funcionario, con su familia, obviamente tapando a la familia y dando más datos para decir ‘aquí está su INE, aquí hay más datos’. Y decidimos sacarlo porque era el bien mayor que era demostrar que había corrupción y al final este señor está en la cárcel. Esos debates se tienen que dar en la redacción, siempre apegados al bien mayor.

A: Se acaba de estrenar la semana pasada un documental en Netflix sobre el caso Florence Cassez y el montaje mediático que afectó todo el proceso judicial ¿Qué lecciones encuentras en ese caso sobre el papel de los medios de comunicación?

SR:  Invita a una gran reflexión sobre lo que hizo Televisa con el montaje, que no se ha investigado bien quién fue el generador o generadores que estuvieron acordando el montaje, desde el gobierno y los medios. Al final nos deben la verdad. Creo que el documentalista al final no logra llegar a conclusiones claras. Los periodistas a veces nos dejamos llevar por lo que las autoridades nos presentan a los medios de comunicación, por ello creo que siempre que nos presentan a detenidos tenemos que cuidar.

A: Una forma de control aún vigente de la prensa en muchas partes del país es a través de los llamados convenios publicitarios de los gobiernos, que condicionan las líneas editoriales de los medios y determinan lo que puede o no decirse, ¿no consideras que un paso previo para poder realizar investigación periodística es que los medios conquisten primero su autonomía financiera respecto al gobierno?

SR: Totalmente, es un proceso de maduración el que vivimos con el cambio de gobierno, porque ya no se reciben esos brutales convenios. En ese proceso de maduración están las empresas buscando modelos sustentables, que no los han encontrado todos; lo más sano es que no dependa tu empresa más del 11 de un solo cliente o convenio. Eso es lo que se tiene que hacer, eso y otras cosas para lograr la autonomía editorial y la independencia.

A: ¿Para qué sirve el periodismo en el momento actual que vivimos, en una sociedad hipermediatizada, con sobreabundancia de información?

SR: Para cambiar realidades, para poder abrir conciencia que nos hagan tomar mejores decisiones. La investigación sobre la casa blanca (de Peña Nieto), no generó nada, la casa sigue ahí, todo, pero al final sí hubo un descontento social mayúsculo, abonó a ese descontento social para que al menos la gente dijera ‘pinche PRI ya no lo queremos más’. Al final el periodismo genera conciencias.

A: Qué piensas de ese debate que se da, en parte motivado por lo que dice el presidente López Obrador en sus conferencias, de que la prensa debe asumir un compromiso; entre un periodismo supuestamente objetivo y neutral y otro más comprometido, que asume la defensa de ciertas causas sociales, como sucede por ejemplo con la prensa estadounidense que en campañas presidenciales anuncia de forma abierta su apoyo a determinado candidato ¿dónde te ubicarías sobre estas dos formas de entender y ejercer el periodismo?

SR: Sigo pensando que el periodismo tiene que ser imparcial y que no debe ponerse de lado de ningún partido o causas. No estoy de acuerdo con eso que hace la prensa en Estados Unidos, también difiero de lo que dice el presidente, de que los periodistas deben ser más proactivos o asumir un compromiso, eso es absurdo. Los periodistas estamos para fiscalizar al poder, le duela a quien le duela y esté quien esté en el poder.

A: ¿Qué recomendarías a las generaciones jóvenes de periodistas que empiezan su recorrido en este camino y tienen una preocupación e intención de hacer periodismo de calidad?

SR: Que si tienen esa pasión no la suelten, porque soltar las pasiones en esta vida nos apaga tarde o temprano, pero para vivir con esa pasión hay que ser inteligente y encontrar maneras creativas de desarrollarla, cuidándose, teniendo un equilibrio financiero, buscando una manera sustentable y sostenible para mantener tu oficio y ser ético. Pero, sobre todo, no desesperarse, a las nuevas generaciones lo que les digo es que no se desesperen, los primeros años son los peores. Los frutos rinden a veces diez años después, de intenso trabajo.

A: ¿Hay algún periodista en particular que haya sido un referente decisivo en tu forma de entender el oficio periodístico?

SR: Muchos, Marcela Turati, Alejandra Xanic, Daniel Lizárraga, Roberto Herscher, Darío Restrepo, en la parte ética. Son muchos, algunos me han enseñado cosas desde la ética, otros del periodismo de investigación, algunos del compromiso con el oficio como Marcela.

A: ¿Ves un riesgo de retroceso como lo expresan algunos analistas o periodistas, que hablan de una regresión autoritaria que estaría en curso con este gobierno federal?

SR: Sí hay un retroceso en cuanto a transparencia, el dato duro existe, se niegan muchas más solicitudes de información ahora que antes o las dan por inexistentes, hay más opacidad. Creo que el autoritarismo está más en el discurso, si bien ya no hay el control que había antes de los convenios del PRI con los medios, el discurso que estigmatiza y desvaloriza y descalifica a los periodistas es sumamente duro. Eso para el gremio marca un parteaguas, no habíamos tenido un presidente que tan directamente denostara el trabajo periodístico.

A: ¿No recuerdas algo similar en los gobiernos de Fox, Calderón o Peña Nieto?

SR: Recuerdo que, por ejemplo, ciertas investigaciones periodísticas se echaran de lado, pero recuerdo más las maniobras para censurar a los medios, internas, que eran oscuras y asquerosas, de correr personas. Fue una etapa terrible, brutal, creo que persiste no directamente para correr personas, pero sí de presionar a dueños de medios para que alguien no escriba, eso sí lo he vivido muy de cerca.

Sandra Romandía Vega

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