Objetos fuera de tiempo

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¿Alguna vez has escuchado el término Ooparts? De vez en cuando, esta palabrita desconcierta a la comunidad científica, pues son auténticos rompecabezas para arqueólogos y paleontólogos que en medio de sus excavaciones descubren objetos que no encajan en sus líneas temporales. Artilugios que no corresponden en absoluto a la época del yacimiento por ser “extrañamente modernos”. Esferas metálicas bellamente esculpidas en estratos precámbricos, monumentos metálicos en épocas prehistóricas, runas nórdicas del siglo XII en territorio americano…

¿Cómo puede ser? ¿Debemos comenzar a corregir nuestro hilo temporal e histórico a la vista de estos testimonios?

¿Desafío o montaje?

Estos descubrimientos han ocurrido en más de una ocasión. Cuenta el anecdotario popular que Arthur Conan Doyle, realizó una pequeña broma a unos paleontólogos que realizaban unas excavaciones cerca de su casa. Era la época en que las formulaciones de Charles Darwin y los evolucionistas se enfrentaban a aquellos que defendían aún la versión “bíblica” del origen del homo sapiens. Así que Doyle, cansado de las disputas, decidió realizar una pequeña e irónica broma: dejó el esqueleto de un primate junto a un palo muy peculiar en la excavación: quería probar que nuestros antepasados homínidos ya jugaban golf.

 

Pero bueno, dejando a un lado las anécdotas, son muchos los científicos que no terminan de aceptar la existencia de estos objetos fuera del tiempo.

El término Oopart, fue acuñado por el escritor y biólogo escocés, Ivan T. Sanderson (1911-1973), quien fue el primero de una infinidad de personas que consideran a estos objetos como auténticas pruebas de que la ciencia está volviendo de cabeza a importantes áreas del conocimiento, auténticos retos que pueden darnos grandes claves sobre la evolución humana.

 

 

El reloj de una antigua tumba china.

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El descubrimiento del anillo-reloj Ming supone uno de los misterios más desconcertantes para la ciencia. Fueron unos arqueólogos chinos quienes dieron con él mientras excavaban en unas tumbas de la dinastía Ming. Estaban tratando de retirar la tierra de un ataúd cuando de pronto, les cayó un pedazo de roca para chocar con el suelo. El sonido que hizo al caer fue desconcertante, porque era un sonido metálico.

Cuando retiraron la tierra, poco a poco se dieron cuenta de que era un anillo-reloj, como esos que se usan hoy en día, pero de metal dorado. No podía ser, porque la cámara donde habían estado trabajando y dónde se encontraban desenterrando unos ataúdes de la Dinasía Ming era un espacio cerrado y sellado desde hacía cuatro siglos.

Nadie podría haber entrado antes allí…

Desde entonces, las excavaciones se suspendieron con tal de encontrar la respuesta ante tal desconcertante hallazgo. De momento no hay respuesta para uno de los Ooparts más desafiantes e interesantes que han encontrado… en ese pequeño reloj metálico, se marca las 10:06  de hace más de 400 años.

 

 

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