Por: Elva Téllez
Eran las 7:45 de la tarde y la Orquesta Sinfónica de San Luis Potosí (OSSLP) había terminado su concierto a un costado de la Plaza de Armas de esta capital potosina, frente al Palacio de Gobierno, la gente detenía su camino para escuchar –Parece un disco- decía una señora a su familia, -pero no, estos son los buenos, los que tocan en el Teatro de la Paz-.
Las familias y asistentes estaban sentadas en improvisadas filas de concierto, sillas de plástico que el SUTSGE había desocupado para dar oportunidad a los escuchas, otros estaban de píe, unos más apretujados en las deterioradas bancas de la plaza, grababan, sacaban fotos sorprendidos y visiblemente emocionados aplaudían al final de cada pieza; pero este no era un concierto programado dentro de un evento o festival, era una protesta.
-Deja ver a la señora, siéntate de ese lado- Un padre de familia daba instrucciones a su hija para darle espacio a la visión de una señora de avanza edad que escuchaba atenta en una hilera de sillas, – Ahí estás bien-.
Nos manifestamos haciendo lo que mejor sabemos
La OSSLP lleva cerca de un mes con estos conciertos, piden lo que muchos trabajadores del gobierno del estado solicitan, su basificación, la que es obligatoria después de trabajar más de 6 años, algunos han laborado más de 15 años y siguen como “eventuales”.
Esta vez “el programa del concierto” no contiene las piezas que se interpretarán, ahora es una lona con sus peticiones colgada a un costado del toldo que da sombra a músicos y escuchas.
Por supuesto que se hacen “escuchar”
-Claro que sí y muchas gracias- Respondió el director de orquesta a la petición del público que pedía más; los músicos se reunieron para decidir que otra pieza interpretar
La esposa: -¿Cuál crees que elijan?-
El esposo: -No sé-
La niña: -Ojalá sea la de la Guerra de las Galaxias-
Ese instante más de música que obsequió la OSSLP a sus improvisados asistentes fue al ritmo de las notas del Danzon No. 2 de Arturo Márquez.
Agradecieron la presencia e informaron que continuarán manifestándose con lo que señalan su mejor virtud, la música, todavía no cesaban los aplausos cuando los cerca de 60 trabajadores comenzaron a prepararse para partir…
-Oye, y si vamos a escucharlos al Teatro de la Paz-
