Por: Victoriano Martínez.
La urgencia que las autoridades tienen por evitar a toda costa quedar mal públicamente ha provocado un efecto secundario favorable a los solicitantes de información que buscan obtener datos sobre las razones de los incumplimientos por parte de la burocracia.
Un ejemplo lo acaba de dar el Ayuntamiento de la Capital al atender la solicitud que recibió vía Infomex, con el número de folio 01645515, el pasado 21 de noviembre.
“Buenas noches me dirijo por este medio para solicitar la información y papeleo de los proyectos de iluminación de la calle Terrazas, por qué algunas lámparas tienen más de 3 meses sin alumbrar las calles, reiterando que les pido de favor copias de todo el papeleo y qué se puede hacer para reparar las lámparas”, pidió el solicitante.
En su respuesta, el Ayuntamiento hizo a un lado el requerimiento de información, sobre el que se limitó a una interpretación desvirtuada de lo que le solicitaron para dar su respuesta: “nos solicita información si hay un proyecto de iluminación de la calle de terrazas, dentro de la urbanización de la calle no hay proyección”, se limita a decir.
En cambio, sobre el problema expuesto en la solicitud de información, expone que la situación se corrigió y agrega una poco clara respuesta al requerimiento de la copias del papeleo a que hace referencia el solicitante.
“Así mismo le informo que con fecha 1 de diciembre, se rehabilitó todas las lámparas y circuito de la calle mencionada quedando encendido de esquina SANTOS DEGOLLADO a GARCIA DIEGO, y con respuesta al papeleo que se requiere para el reporte de las luminarias se encuentran con un gago de reporte en la subdirección de alumbrado publico de esta Dirección de Servicios Municipales a mi cargo y con base a la información que se requiere por Sistema INFORMEX” (sic)
El caso es que las autoridades, en su afán por ocultar las razones del largo periodo sin alumbrado en la calle de Terrazas, que era la información solicitada, optaron por aplicar el refrán “muerto el perro se acabó la rabia”, es decir, encendidas las lámparas ya no tienen porqué dar explicaciones.
En fin, una forma de evadir cumplir con el derecho de acceso a la información pública que, aunque resulte en un beneficio para los solicitantes, no deja de ser una vertiente de la opacidad cuyo objetivo es ocultar las razones de la ineficiencia en la gestión pública.
La autoridad no debería limitarse a corregir la falla, sino que, además de eso, está obligada a proporcionar la información específica que se le solicitó.