Estela Ambriz Delgado
Pese a que la zona metropolitana enfrenta sobreexplotación de acuíferos, de acuerdo con los trabajos e investigaciones desarrolladas por el Consejo Hídrico Estatal (CHE), un conjunto amplio de proyectos hídricos que quedan fuera o se abordan de manera superficial en el Programa Metropolitano y de Zona Conurbada 2050, los cuales serían estratégicos para garantizar el abastecimiento de los siete municipios que la integran.
Respecto al tema hídrico en dicho documento, para el que sólo se destinan tres proyectos, el presidente del consejo Jonathan Quintero García indicó que no se contemplan otros que serían estratégicos para San Luis Potosí, Soledad de Graciano Sánchez, Mexquitic de Carmona, Cerro de San Pedro, Villa de Reyes, Zaragoza y Villa de Pozos, a fin de asegurarles la disponibilidad del recurso.
Explicó que el organismo ha desarrollado en los últimos tres años diversos trabajos e investigaciones en el tema hídrico en la zona metropolitana, por lo que tienen plenamente definido y agrupado en líneas estratégicas que encajan con la planeación urbana y pueden argumentarse en consulta pública.
Esto ante el hecho de que el programa dedica 63 por ciento de los proyectos a vialidades y sólo el seis por ciento a agua, pese a que la zona metropolitana enfrenta la sobreexplotación de acuíferos, la pérdida de áreas de recarga y el riesgo de crisis de suministro en menos de dos décadas.
Argumentó que, de acuerdo con la Ley General de Asentamientos Humanos, Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano, y la Ley General de Aguas, permiten y obligan a incorporar proyectos de gestión hídrica como parte del desarrollo urbano sustentable.
Además de que la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y la agencia ONU-Hábitat, ambas de la Organización de Naciones Unidas (ONU), recomiendan integrar resiliencia hídrica como eje central en ciudades con estrés hídrico severo, antes que ampliar infraestructura vehicular.
El aporte del Consejo
En el ámbito de Conservación y restauración de áreas de recarga, se propone un programa para proteger zonas como la Sierra de San Miguelito, Cerro de San Pedro, cuencas de Mexquitic y Villa de Reyes, con declaratorias, reforestación y control de cambio de uso de suelo.
La rehabilitación de suelos degradados para aumentar infiltración natural; la incorporación de criterios de ordenamiento ecológico para evitar la expansión urbana sobre áreas de alto valor hidrológico; y el desarrollo de áreas verdes recreativas como parques y jardines, así como de conservación ecológica como cinturones verdes.
Como segunda línea, la Captación y aprovechamiento de agua de lluvia, para lo cual se requieren sistemas de captación pluvial en viviendas, edificios públicos e industrias en todos los municipios, con normativas municipales y subsidios para instalación.
Infraestructura verde como parques de retención, zanjas de infiltración, humedales urbanos, para retener escurrimientos y recargar acuíferos; así como obras de retención en cuencas medias y altas, para disminuir escorrentías y erosión.
En lo concerniente a Gestión integral de aguas residuales, se propone llevarlo a cabo a través de la modernización, ampliación y diversificación de infraestructura para captar, tratar y reutilizar el agua; tales como soluciones basadas en la naturaleza y las plantas de tratamiento existentes, incluyendo la de Tanque Tenorio, El Morro, y futuras como la de Villa de Pozos, priorizando calidad para reúso en industria, agricultura y áreas verdes.
A esto se suma la creación de micro plantas comunitarias para zonas periurbanas no conectadas al drenaje centralizado; la implementación de sistemas de drenaje urbano sostenible; y programas de reúso obligatorio para parques industriales y fraccionamientos nuevos.
Como cuarta línea, el CHE plantea la reducción de pérdidas y eficiencia en la red por medio de la rehabilitación integral de redes de agua potable y alcantarillado en zonas con fugas crónicas, principalmente barrios antiguos y colonias populares.
La sectorización y monitoreo inteligente, con sensores y telemetría para detectar fugas y consumos irregulares; y la sustitución masiva de medidores obsoletos para cobro justo y control de consumo.
En Seguridad hídrica y resiliencia climática, se cree un Plan Metropolitano de Contingencia por Sequía, con fuentes alternas temporales como pozos de emergencia, bombeo desde presas, y en caso de aplicar, plantas desalinizadoras portátiles.
En el mismo sentido una diversificación de fuentes de abastecimiento, con mayor aprovechamiento sustentable de presas existentes, recuperación de manantiales, e infiltración artificial; además de un monitoreo y control de extracción de acuíferos, con medición continua y sanciones a la sobreexplotación.
En lo referente a Educación, gobernanza y participación social, proponen la creación de un Observatorio Ciudadano del Agua Metropolitano, para dar seguimiento a indicadores de calidad, disponibilidad y proyectos hídricos.
Implementación de programas de educación comunitaria sobre cuidado del agua, en coordinación con escuelas y empresas; y capacitación municipal para aplicar criterios de diseño urbano con enfoque hídrico.
Finalmente, como sexta línea se propone hacer una Integración con movilidad y desarrollo urbano, por medio de la realización de un drenaje pluvial permeable en las vialidades, y el uso de vegetación para reducir inundaciones y mejorar la recarga del acuífero.
Sumado al establecimiento de normas de urbanización, que exijan infraestructura de retención en nuevos desarrollos; e interconexión de proyectos hídricos y de movilidad para optimizar espacio y recursos.