Florida, Estados Unidos (02 de marzo de 2016).- El astronauta Scott Kelly regresó a la Tierra el miércoles tras completar una hazaña sin precedentes para la NASA: Pasar un año en órbita. Aterrizó en el inhóspito Kazajstán con un cosmonauta ruso con el que compartió toda su estancia en la estación espacial.
Su cápsula soyuz bajó en paracaídas sobre las estepas de Asia central poniendo fin así a una misión científicamente enriquecedora en la Estación Espacial Internacional, que comenzó en marzo del año pasado y se considera un primer paso hacia un posible viaje a Marte.
Fue un retorno triunfal para Kelly y Mikhail Kornienko luego de 340 días en el espacio. Registraron su salida de la estación espacial tres horas y media antes. Mientras su Soyuz se desacoplaba, los deseos de “buena suerte” llenaron el Twitterverse.
“El aire está muy bien aquí”, dijo el portavoz de la NASA presente en la zona del aterrizaje, Rob Navias, citando a Kelly. “No tengo ni idea de porque están tan abrigados”.
Claramente animado y con buen aspecto, el astronauta dijo no notar muchas diferencias con la misión que lo tuvo cinco meses en el espacio hace cinco años.
La pareja viajó 231.746 millones de kilómetros (144 millones de millas) a través del espacio, dio la vuelta al mundo 5.440 veces y experimentó 10.880 amaneceres y puestas de sol orbitales durante el vuelo espacial más largo para un estadounidense.
Kelly publicó el martes un último lote de fotografías de la salida del sol en Twitter, antes de bromear: “¡Me tengo que ir!”. Su último tuit desde el espacio llegó horas más tarde: “El viaje no ha terminado. ¡Sígueme mientras redescubro la #Tierra!”.
Pilotando la cápsula soyuz que llevó a casa a Kelly, de 52 años, y a Kornienko, de 55, estuvo el cosmonauta Sergey Volkov, una década más joven y cuya estancia en la EEI duró los seis meses habituales.
A su llegada a la Tierra se encontraron temperaturas gélidas, justo como cuando despegaron de Kazajstán el 27 de marzo de 2015.
Los dos astronautas fueron sometidos a una serie de pruebas médicas después de aterrizar. Antes de comprometerse a misiones incluso más largas a Marte, la NASA quiere conocer los límites del cuerpo humano durante un año sin gravedad.
Mientras dejaba el mando de la estación espacial el lunes, Kelly destacó: “Hemos estado aquí por un tiempo muy, muy largo”. Él y Kornienko bromearon diciéndose mutuamente “¡Lo hicimos!”, “¡Lo logramos!”.
“Un año parece ahora más largo de lo que pensé que sería”, confesó Kelly hace dos semanas.
La misión no duró un año sino 340 días, según el calendario de despegue y aterrizaje ruso, pero aun así es un récord para la NASA.
Fuente: El Debate.