Renuncia masiva de priistas, se agudiza la crisis en el PRI

Ángel Castillo Torres

Todo el edificio cruje. El derrumbe final se aproxima. El casi centenario partido de Estado fundado un 4 de marzo de 1929, agoniza. Una crisis que comenzó hace décadas cuando sus élites extraviaron el rumbo y se corrompieron, hoy alcanza su momento más dramático. Miles de sus cuadros dirigentes y militantes de base, están abandonando al PRI; han renunciado a su militancia y migran a otros partidos. Pero el veneno más mortífero es el que les hacen beber millones de votantes al darles la espalda. Son ya más de 20 años que el PRI ha caído en las preferencias electorales. Perdió la Presidencia de la República, la mayoría de las curules en el Congreso de la Unión, casi todos los gobiernos estatales (actualmente sólo gobierna en dos estados), en los congresos locales son minoría y en miles de gobiernos municipales son oposición. Los votantes los han castigado, los repudian como alternativa de gobierno. Lo que queda del PRI es apenas un cuerpo desnutrido que causa compasión cuando se le compara con aquella poderosa maquinaria electoral que se mantuvo en el poder durante 70 años. El tricolor naufraga en medio de un mar de deserciones que hacer previsible su extinción.

Alito Moreno es el responsable de estas deserciones

El PRI se desangra y se extingue. Para muchos cuadros dirigentes y militantes de amplia trayectoria, su partido ya no es una opción para luchar por el poder. El tricolor no es ni la sombra de lo que fue en sus orígenes. Sus dirigentes han traicionado los principios doctrinarios (Democracia y Justicia Social); no practican la democracia en su interior y la justicia social no les importa; además, durante décadas, toleraron y fomentaron la corrupción, se movieron a la derecha de la geometría política y hoy este partido está en manos de un escuadrón de piratas. La pandilla que ha convertido al tricolor en un territorio devastado es comandada por Alejandro, “Alito” Moreno. Este dirigente y sus cómplices son una parvada de zopilotes que sobrevuelan alrededor de lo que queda del PRI y ya se aprestan a lanzarse sobre sus despojos para darse un festín con la carroña que ha quedado desperdigada por todas partes. Este siniestro personaje (Alito Moreno), de negros antecedentes en el gobierno de Campeche donde fue gobernador, tiene colonizados todos los espacios institucionales de participación y no permiten que otras corrientes internas, sectores u organizaciones tengan posibilidad de participar en la toma de decisiones. El PRI es su feudo y no permite intromisiones, en sus dominios solo su autoritaria voluntad es la que impera. Maneja a su antojo el presupuesto público que se le asigna al PRI, imponen dirigentes estatales, ha cambiado los Estatutos que rigen la vida interna de este partido para consolidar su cacicazgo y trae su propio juego para colocar a sus acólitos en las diversas candidaturas que competirán en las elecciones de 2024. Ante esta cerrazón, patrimonialismo y antidemocracia, miles han preferido abandonar el barco. La más reciente renuncia de importantes figuras de talla nacional como la ocurrida el pasado lunes 3 de julio da cuenta de esta inconformidad. Los senadores Miguel Ángel Osorio Chong, Claudia Ruiz Massieu, Eruviel Ávila y Nuvia Mayorga anunciaron ese día su salida del PRI ante las diferencias irreconciliables que han mantenido con Alejandro Moreno. Para los que renunciaron ese día hay “una dirigencia soberbia que solo se preocupa por construir incondicionales y alejarse totalmente de la militancia y de la sociedad. Alejandro Moreno desvió nuestro gran Instituto Político; miró solo para sus propios intereses, para su ambición y para su protección (…) Lo destruyó todo, destruyó la institución que le entregaron para hacerla pedazos”.

Ya antes, a mediados de junio, el exgobernador del estado de Hidalgo, Omar Fayad, había renunciado al PRI ante la cerrazón y autoritarismo de Alejandro Moreno. Posteriormente el día 20 de ese mismo mes renunció Julio Manuel Valera Piedras, dirigente estatal del Partido Revolucionario Institucional en aquel estado, junto con ocho diputados locales, así como 18 secretarios del partido luego de manifestar su rechazo al rumbo que ha tomado el tricolor a nivel nacional. Y para poner el último clavo en el ataúd del PRI, renunciaron recientemente un total de 15 alcaldes, 51 regidores y síndicos, así como 27 presidentes de comités municipales.

La sangría de priistas continuó una semana después de que Omar Fayad se fuera. En Sinaloa alcaldes y diputados también presentaron sus renuncias en repudio a la forma de conducirse del dirigente nacional.

Alito Moreno ha sido cuestionado en distintos momentos por importantes liderazgos del PRI. Hace un año, en junio de 2022, un grupo de exgobernadores de Chihuahua pidieron la renuncia del actual dirigente nacional. Fernando Baeza, Patricio Martínez y José Reyes, publicaron una carta dirigida a Moreno Cárdenas pidiéndole que piense en el futuro del tricolor de cara a los próximos procesos electorales. “Aferrarse a flotar políticamente en los restos del naufragio es contra los interés de la nación, no solo contra los miembros del partido”. Lo acusaron de haber modificado los Estatutos para concentrar en unos cuantos facultades discrecionales, así como repartir de manera caprichosa las posiciones plurinominales a familiares de miembros de la estructura nacional.

Alito Moreno carga sobre sus espaldas muchas derrotas y un negro historial de presuntos actos de corrupción y abuso de poder

Bajo la dirigencia de Alejandro Moreno, el PRI ha perdido nueve gubernaturas en tres procesos electorales, desde que Alito llego al mando nacional su partido perdió tres cuartas partes de los estados que gobernaba. Moreno llegó a la dirigencia nacional en agosto de 2019 y desde entonces el PRI ha ido perdiendo terreno en la república mexicana en sus principales bastiones. La más reciente e importante pérdida ha sido el Estado de México, entidad con el mayor padrón electoral del país y después de 94 años de dominio tricolor, por primera vez cambiará de régimen, ahora bajo las siglas de Morena. Antes, en las elecciones de 2021 el PRI perdió los estados de Sonora, Sinaloa, Colima, Zacatecas, San Luis Potosí, Guerrero, Tlaxcala y Campeche. Pero, además, existen múltiples carpetas de investigación en la fiscalía general del estado de Campeche en las que se le señala como presunto responsable de enriquecimiento ilícito, fraude fiscal, lavado de dinero, abuso de autoridad, tráfico de influencias y desvío de fondos federales. Alejandro Moreno apesta y su imagen pública se haya profundamente deteriorada.

Así las cosas, todo apunta a que este indigno dirigente priista pasará a la historia como el enterrador del partido de la Revolución Mexicana.

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.

Es psicólogo y maestro en Ciencias de la Educación. Fue delegado de Villa de Pozos en 2022 y subsecretario de Gobierno de 2016 a 2017. Presidió el Comité Directivo Estatal del Partido Revolucionario Institucional en 2013. También fue director general del Sistema de Financiamiento para el Desarrollo del Estado. Ocupó los cargos de regidor en la capital potosina (2007) y de diputado local de la LVI Legislatura (2000). Impartió clases en la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí.

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