Por Victoriano Martínez
Si bien la reunión de la Conago y los resultados de los que informaron de manera oficial le dieron motivos de lucimiento al gobernador Juan Manuel Carreras López, San Luis Potosí como centro de atención de la política nacional también lo convirtió en blanco de exhibición de las deficiencias y hasta complicidades que su gobierno ha dejado en los últimos cinco años.
En el sexenio más violento en lo que va del siglo, por enésima ocasión aparecen narco mantas que acusan de complicidad a los cuerpos policiacos del gobierno de Carreras López, al grado de señalar una lucha encarnizada por la plaza con lo que llaman el Cartel de la Ministerial.
Las estrategias de seguridad tienen en el creciente número de homicidios la más dramática muestra de que han fracasado, al grado de que a un año de concluir el sexenio ya superó los casos ocurridos durante cada uno de los tres sexenios anteriores completos.
Al 20 de julio, de acuerdo con el reporte del Secretariado Ejecutivo del consejo Nacional de Seguridad Pública durante el sexenio de Carreras López se han acumulado 3 mil 669 asesinatos al 30 de junio de este año, y justo hoy esa instancia dará a conocer los homicidios registrados durante el mes de julio.
No es la primera vez que señalan complicidad entre funcionarios policíacos e incluso de otros niveles, y lo más probable es que tampoco será la primera vez en la que el asunto pase aparentemente inadvertido para Carreras López y a lo más se vuelva a anunciar una investigación.
La aparición de narco mantas, sin embargo, es la primera vez que se da en un contexto en el que la atención del país está puesta en el Estado, como pocas ocasiones puede darse.
Una atención en la que el contraste entre el mundo casi color de rosa por el que transitó Carreras López como presidente de la Conago y las manifestaciones –desde la propias narcomantas, así como las otras que se dieron en las sedes en las que estuvieron las personalidades políticas que asistieron– tendría que recordarle al gobernador sobre las secuelas de los pendientes y agravios que va dejando.
Se le ha señalado como simulador de la lucha anticorrupción y alentador de la impunidad y con no pocos ejemplos.
Ahora también aparece como persecutor de activistas para inhibir la protesta social con un caso relacionado con la Sierra de San Miguelito, para la que hace poco más de un año pidió al presidente Andrés Manuel López Obrador protección como área natural, pero contra la que ha promovido proyectos que podrían ser punta de lanza para su depredación inmobiliaria.
En las últimas semanas y por los próximos meses quedarán expuestos y documentados casos en los que Carreras López encabezará operaciones para someter al Congreso del Estado para realizar nombramientos de piezas clave en el combate a la corrupción y en la procuración de justicia, como medida preventiva para tener un séptimo año sin contratiempos.
La reunión de la Conago le atrajo grandes reflectores y hasta un momento de lucimiento, pero por mucho que el gobernador se vista como presidente de la Conago, gobernador con muchos pendientes sigue señalado.
