Por Victoriano Martínez
Si algo ha afectado a la política es haberla convertido en un campo de batalla de propaganda que la ha degradado a politiquería.
Si es como parte de los procesos electorales para acceder a los cargos, la degradación ha llegado a convertir la definición de candidaturas en un grotesco espectáculo que exhibe ofensivas ambiciones que sepultan cualquier convicción democrática en el camino.
Si es como servidores públicos electos y en funciones, la degradación ha convertido la acción gubernamental en simulación que se promociona con recursos públicos como acciones sin precedentes.
Cuando el mejor gobierno debiera ser aquel que sus obras y soluciones hablen por él, hoy el dispendio del erario es para aparentar obras y soluciones con las que, a golpe de propaganda, pretenden engañar a la población.
Lo grave es que les ha funcionado, y ante la apatía ciudadana parece no haber defensa.
Este domingo se realizará por primera vez en el país un ejercicio de participación ciudadana: la votación para la revocación de mandato.
La polarización que se da en torno a ese ejercicio es la prolongación de la que inició desde el actual sexenio, con Andrés Manuel López Obrador como presidente. Una polarización que de manera maniquea y caricaturesca se puede definir como la confrontación entre fifís y chairos.
Como ejercicio, a la revocación de mandato ninguna de las partes le niega su valor democrático. Pero en el imperio de la propaganda politiquera, hasta eso se pone en duda.
En ese ánimo de confrontación, la intención por descalificar al otro lleva a unos a cuestionar la figura, así haya superado todas las instancias legales para ser activada; en tanto que a los otros los hace envolverse con la bandera de demócratas, aunque incurran en una incontinencia propagandística.
Como instrumento, la revocación de mandato es un mecanismo de participación ciudadana directa, a través del voto, y que no tendría sentido si no se considera como parte de sus alternativas la ratificación.
Una disputa más por el voto ciudadano en la que no podía estar ausente la actitud de tomarlo como un campo de batalla de propaganda politiquera incapaz de ver ciudadanos porque no son más que un blanco a conquistar para los fines de grupo, y no entes que puedan optar por lo que consideran la mejor opción para ellos mismos y lo que estimen favorece al interés general.
Antes que aportarles información de calidad para que tomen la decisión, bombardean a los ciudadanos con mensajes maniqueos y hasta con intenciones manipuladoras.
“Este 10 de abril, cumple con México. Después de cumplir con México, será momento de cumplir con las y los potosinos. Recuerda que a partir del 11 de abril comenzará el proceso de ‘Mi Revista 2022’”, así comienza un video de invitación de la SCT estatal a un trámite anual.
¿Qué necesidad tenía de hacer referencia al proceso de votación de mañana? Ninguna, sólo la necesidad de satisfacer la incontinencia propagandista-protagónico de su titular, Leonel Serrato, quien además acusó al vocal ejecutivo del INE de cazar “a quienes apoyamos la consulta, a quienes estamos del lado correcto de la historia”.
Así el alcance de la politiquería para degradar el ejercicio de la función pública: no desaprovechar ninguna oportunidad para aparentar ser los mejores, así mezclen temas que nada tienen que ver, alteren o de plano ignoren los hechos con tal de ser ellos el centro de atención, casi casi como héroes.
Por cierto, dos ejemplos que no tienen que ver con la revocación de mandato, pero retratan con nitidez la degradación politiquera.
Uno. Después de que se denuncia públicamente el envío de un menor a un centro de rehabilitación para adolescentes y adultos con problemas de adicciones, la autoridad reacciona con el cambio de la directora del Centro de Asistencia Social Rafael Nieto y afirma que “es resultado del monitoreo permanente que el organismo ejerce en cada una de sus dependencias adscritas”.
“En este nuevo Gobierno no se tolerará en la plantilla a ningún servidor o servidora estatal que atenten contra la tranquilidad y el bienestar de los sectores más vulnerables, como son las niñas y niños”, afirma en su comunicado del DIF estatal.
Ya hace semanas que el gobierno se ha comenzado a hacer viejo, pero pareciera que la denuncia pública le vino como anillo al dedo para avanzar con sus olas de despidos con ya desgastado el pretexto de la herencia maldita.
Dos. Tras la balacera con dos personas muertas en el acceso principal a la cabecera municipal de Villa Juárez, cuyos vecinos vieron la confrontación de dos grupos entre los que no identificaron policías, la versión oficial afirma que fue una intervención por parte de los grupos especiales de la Policía Estatal que desarticuló a un grupo delincuencial.
“Con estas acciones, se refrenda el compromiso con la sociedad de recuperar la paz en las cuatro regiones del territorio potosino haciendo valer el orden y el estado de derecho”, señala la autoridad. Bueno sería que consultaran a los vecinos de Villa Juárez si consideran que pasarán una Semana Santa en paz.
Lo que menos le importa a la propaganda politiquera es la atención a los temas reales. Por ello en lugar de información promueven versiones que los hagan aparecer como lo que ni de chiste están dispuestos a ser.
Y si de allegar el voto ciudadano a sus desviadas causas se trata, como ahora ocurre con la votación de este domingo, la disputa politiquera ha contaminado el proceso hasta llevar la decisión de acudir o no a las urnas a un falso dilema que poco abona al avance de la Democracia.
Si se hace a un lado ese falso dilema, las opciones para este domingo son: “Que se le revoque el mandato por pérdida de la confianza”, “Que siga en la Presidencia de la República”, anular la boleta… o abstenerse, como en cualquier elección constitucional.
Una decisión ciudadana cuyo reto es ser tomada sin la contaminación politiquera que manchó –como a todo proceso electoral de los últimos tiempos– el primer ejercicio de Revocación de Mandato
