Por: Antonio González Vázquez.
A juzgar por su más reciente iniciativa de ley presentada, el diputado del PRI, José Luis Romero Calzada podría ser ya el mejor amigo de los perros, pues considera que se debe sancionar ejemplarmente a quien tenga a su perro en el olvido y sin refugio en la soledad de la azotea o balcón de la casa.
Como si no hubiese cosas más trascendentales, el priísta propone adicionar un segundo párrafo al artículo 200 de la Ley de Salud del Estado; así como adicionar el artículo 75 bis y la fracción V al artículo 83 de la Ley Estatal de Protección a los Animales.
El artículo 200 de la Ley de Salud dice que “No se permitirá la existencia de animales en edificios y terrenos sin construir en zonas urbanas, con excepción de pequeñas especies domésticas, que cuenten con alojamiento adecuado y siempre que no causen molestias a las personas.
A lo anterior, Romero Calzada propone con gallardía notable que se agregue el siguiente párrafo: “Tampoco se permitirá la existencia de animales en azoteas o balcones de edificios y terrenos construidos que carezcan de resguardo, alojamiento o refugio adecuado para la subsistencia de los mismos”.
En cuanto al artículo 75 bis y la fracción V al artículo 83 de la Ley Estatal de Protección a los Animales, referido a que ya menciona que “no se permitirá a los propietarios de animales, ubicarlos o situarlos en azoteas o balcones que carezcan de resguardo, alojamiento o refugio adecuado para la subsistencia de los mismos”, Calzada propone que se añada que se sancionará con multa de hasta 500 días de salario mínimo a quien “ubique o sitúe animales en azoteas o balcones que carezcan de resguardo, alojamiento o refugio adecuado para la subsistencia de los mismos”.
En su exposición de motivos, el diputado dice con evidente emotividad perruna que “una mascota que vive en una azotea o balcón, además de ser víctima de las inclemencias del clima, es víctima del olvido, en virtud de que las agitadas rutinas de sus propietarios, en muchas ocasiones no les permiten percatarse si les hace falta agua o alimento.
Lo anterior incide también en un estado de depresión de los animales, en virtud de que, algunas de ellas, en el caso específico de los perros, necesitan compañía, en razón de que por su naturaleza buscan una manada, y sus propietarios conformar dicha manada para ellos, por lo que la depresión resulta casi inminente”.
La iniciativa se presentará en la sesión de pleno de este jueves para ser turnada a comisiones para su dictamen, en cuyo caso, la población canina de San Luis Potosí seguramente espera con impaciencia.
