Salvar a los que nos salvan

Octavio César Mendoza

Cuando las instituciones públicas gubernamentales se ven limitadas por aspectos financieros, técnicos, jurídicos e incluso ideológicos, las instituciones privadas hacen su aparición y comienzan a suplir ese estatus deficitario con el objetivo de apoyar a la sociedad. Sin embargo, dicho altruismo, que es resultado de la omisión o incapacidad gubernamental, tiene un costo, como todo en la vida.

Lo que hace fuertes a dichas instituciones son dos brazos: uno, precisamente, son las diferentes esferas de Gobierno del Poder Ejecutivo (Federal, Estatal y Municipal) y legislativo (Congresos Estatales y Federal, así como el Senado de la República) y el otro, la siempre socialmente responsable Iniciativa Privada, que en conjunto vierten recursos de manera directa.

Así, las instituciones de asistencia y las organizaciones sociales no gubernamentales se nutren y mantienen, en beneficio de la población que atienden: sociedad en general, grupos vulnerables, personas que padecen alguna condición en específico, etcétera. Su labor es un auténtico alivio tanto para el pueblo como para los gobernantes de éste. El apoyo es mutuo y universal.

Muy bien hasta aquí, pero imagina Usted, distinguido lector, ¿qué pasaría si la Cruz Roja dejara de socorrer a esos cientos de miles de personas que atiende año con año, o si no se contara con el Cuerpo de Bomberos? Lo mismo pregunto de aquellas asociaciones que atienden a personas enfermas de cáncer, desde niños hasta adultos, o que atienden problemáticas sociales de todo tipo.

En su campaña a la presidencia municipal de San Luis Potosí en el ya casi lejano 2021, Enrique Galindo Ceballos hizo una promesa: que el recurso derivado de los parquímetros se dividiría en tres partes: una para la Cruz Roja Mexicana, Delegación San Luis Potosí; otra para el Honorable Cuerpo de Bomberos, y una tercera para el arreglo de laterales de la Carretera 57 y Ejes de la Zona Industrial.

Hace unos meses, según se dice, el Alcalde incorporó a la nómina municipal a no pocos trabajadores del Honorable Cuerpo de Bomberos, y se dice que pronto entregará un recurso por alrededor de 50 millones de pesos para modernización. Claro: el sombrero es del pueblo. Digamos que cumplió una tercera parte de su casi olvidada promesa. Las otras dos terceras partes, siguen a la espera.

Durante cuatro años y contando, sólo el Gobierno del Estado de San Luis Potosí se ha ocupado de apoyar no sólo a los heroicos Bomberos, sino también a la heroica Cruz Roja, y ha llevado a cabo obras de modernización de Avenidas de la Zona Industrial como la propia Avenida Industrias y Avenida Comisión Federal de Electricidad. Del Ayuntamiento de la Capital, ni sus luces. 

Cuatro años de cobrar impuesto predial a las empresas de la Zona Industrial y Parquímetros a los usuarios del espacio público, y las laterales de la Carretera 57 y Ejes de la Zona Industrial siguen sin ser atendidos (a pesar de estar prácticamente en ruinas) y la Cruz Roja sigue esperando una llamadita para que el Alcalde les diga cuánto se ha logrado reunir para apoyar sus nobles causas.

Por eso hago un servicio social en favor de este San Luis amable para que, haciendo gala de dicha cualidad humana, nuestro Alcalde haga saber al respetable si le va a meter una mano de tigre a las laterales de la Carretera 57 en su tramo correspondiente a la Zona Industrial (puede cooperarse, al menos) y los Ejes de la misma, y si va a tomar el teléfono para llamar a la Cruz Roja.

Y no para pedir ambulancias, sino para otorgarlas; y para aportar aquellos recursos que, en su momento, dijo que saldrían de esas alcancías sin fondo que son los parquímetros. Del cumplimiento de sus promesas puede resultar algo maravilloso: que después de cuatro años, se acuerde de cuando era vecino de los cruzados de la Calzada de Guadalupe.

Hay que salvar a los que nos salvan, para que no se olvide la promesa y se recuerde la nobleza.

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.

Es poeta, escritor, comentarista y consultor político. Actualmente ocupa la Dirección General de Estudios Estratégicos y Desarrollo Político de la Secretaría General de Gobierno del Estado. Ha llevado la Dirección de Publicaciones y Literatura de la Secult-SLP en dos ocasiones, y fue asesor de Marcelo de los Santos Fraga de 1999 a 2014, en el Ayuntamiento y Gobierno del Estado de SLP, y en Casa de Moneda de México. Ganador de los Premios Nacional de la Juventud en Artes (1995), Manuel José Othón de Poesía (1998) y 20 de Noviembre de Narrativa (2010). Ha publicado los libros de poesía “Loba para principiantes”, “El oscuro linaje del milagro”, “Áreas de esparcimiento”, “Colibrí reversa”, “Materiales de guerra” y “Tu nombre en la hojarasca”.