SLP: entre ocurrencias lucrativas te veas

Por Victoriano Martínez

Si Mafalda advirtió que “lo peligroso de vivir sin leer es que te obliga a creer en lo que te digan”, bien puede considerarse que esa advertencia dedicada a ciertos servidores públicos se podría parafrasear “lo peligroso de gobernar sin leer las obligaciones legales que se tienen, te hace creer que puedes convertir tus ocurrencias en innovaciones normativas”.

“Protesto guardar y hacer guardar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, la del Estado de San Luis Potosí y las leyes que de ellas emanen y desempeñar con lealtad y patriotismo el cargo que se me confiere, para bien de la nación y de este estado y, si así no lo hiciere, que el pueblo me lo demande”.

Esas 60 palabras de la Constitución política estatal que se leen al asumir el cargo de gobernador dan por sentado que quien las pronuncia ya habrá leído cuando menos las constituciones federal y estatal para poderlas guardar y hacer guardar como principal punto de partida para hacer lo propio con las leyes que de ellas emanen.

Una previsión mínima al acto de asumir un puesto de tal envergadura que favorecería una planeación y organización de las acciones con apego a esas máximas normas, sin tener que hacer ajustes y anuncios sobre la marcha para aparentar que se les tuvo en cuenta en los preparativos y anuncios que las pasaron por alto.

En el segundo día de la gira de los programas sociales, renombrada como gira de las becas alimentarias, se anuncia el Nuevo Plan de San Luis con dos objetivos: convertir los apoyos sociales en derechos constitucionales y evitar que se vuelvan instrumento de lucro político para partidos y gobernantes.

“Es la primera vez que voy a ir a entregarlas y la última vez que lo haré yo personalmente, porque después ya esas becas van a llegar directamente a las casitas de todas las personas, ya no se les pedirá que vayan a algún lugar a recogerlas”, dijo el gobernador Ricardo Gallardo Cardona en el video en el que anunció su Nuevo Plan de San Luis.

Primera y última vez como gobernador, porque como ex alcalde o como diputado federal en las variantes entre apoyos sociales y dádivas previas, su presencia al frente era obligada justamente para lo que hoy dice que se buscará evitar al convertirlas en un derecho:

“Se trata de evitar que se lucre con los programas sociales del gobierno del Estado y que todos tengan la igualdad de competencia en el 24 y en el 27”, dijo.

Un “se trata de evitar que se lucre” que tiene un toque de confesión de que en su trayectoria como alcalde de Soledad de Graciano Sánchez, diputado federal y candidato ese lucro siempre estuvo presente.

Un lucro que hoy pareciera tratar de reconvertir en un lucimiento gubernamental al darle rango de derechos a los programas sociales en general, cuando éstos ya lo tienen en la Carta Magna desde mayo del año pasado. Incluirlo en la legislación local no sería más que una plagio-armonización con otro tipo de lucro.

Anunciar con bombo y platillo la gira de los programas sociales, arrancarla como gira de las becas alimentarias con anuncios de los programas adicionales que vienen, siguió la lógica del lucro al que en su trayectoria se ha mostrado acostumbrado. Una lógica que se mantiene como telón de fondo en su anuncio de la iniciativa que llama Nuevo Plan de San Luis.

Si el Nuevo Plan de San Luis hubiese existido desde el arranque de su gobierno, habría formado parte del anuncio de la gira con el documento completo ya elaborado y hasta presentado ante el Congreso del Estado. De haber sido genuino, hasta le ahorra al erario el gasto que representará el estar en los 58 municipios para entregar las becas alimentarias.

El Nuevo Plan de San Luis parece más una ocurrencia lucrativa para pretender hacer creer a la población que se toman medidas para acabar con las ocurrencias para el lucro político.

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