Sorpresa cultural

Jaime Nava

Sin duda hay que agradecer porque cuando parece que se ha perdido la capacidad para asombrarse con los niveles de indignidad personal y política a los que están dispuestos a llegar ciertos personajes, el zafio y todopoderoso señor del espectáculo decidió que era momento de organizar una función cultural y, para sorpresa de muchos –incluido el que esto escribe- presumió la incorporación a su colección de criaturas de un referente de la cultura de la lambisconería.

Mario García Valdés fue “gallardizado”, dijo el secretario de gobierno y bien vale la pena detenerse un segundo para intentar imaginar –o mejor no- lo que sea que eso signifique; en cualquier caso, no debe haber sido pequeño el tamaño del sapo que se tuvo que tragar el ex rector antes de completar su proceso de “gallardización”. Tarea sencilla, posiblemente, pues total si algo ha demostrado que tiene, y de sobra, es lengua.

Hasta hace no mucho, Mario García Valdés participaba activamente en conversaciones de café, por Whatsapp o con cualquier persona que le prestara la oreja un rato asumiendo un rol como, supuesto, opositor de los Gallardo y su grupo político, quienes, durante años, especialmente durante el trienio de Ricardo Gallardo Juárez como alcalde de la capital, se dedicaron a vilipendiarlo y acusarlo de haber endeudado al municipio.

Antes de terminar su periodo como alcalde capitalino, Mario García Valdés firmó un mega contrato para la instalación de luminarias que comprometía las finanzas del municipio por más de 15 años al obligarse a pagar mil 300 millones de pesos a la empresa Panavi. En ese momento, Ricardo Gallardo Juárez públicamente le advirtió: “Si le sigue dando para adelante a la cuestión de las luminarias no me va a temblar la mano, eh”.

Sin embargo, cuando asumió el cargo, en lugar de cancelar el contrato, Gallardo Juárez envió al Congreso del Estado una solicitud para que le aprobaran aumentar 200 millones de pesos al monto del contrato, el hecho no se consumó gracias a la movilización de organizaciones civilistas que se manifestaron en diversas ocasiones y presionaron a los diputados para que eso no sucediera.

Que no se olvide que justo por esos años (2017) en los que la narrativa gallardista se construía en contra de García Valdés, San Luis amaneció con un par de espectaculares en contra del ex alcalde que mostraban su fotografía junto a una rata. Nadie se atribuyó la autoría, simplemente aparecieron…

De opositor a empleado “gallardizado”, ¿cuánto puede valer una secretaría como para aceptarla después de tantos agravios? ¿Es tan grande su interés y compromiso con la cultura? ¿Ya no le alcanza con los más de 170 mil pesos (con todo y vales de despensa) que cobra como pensionado de la UASLP?

Cuesta trabajo creer que en todo el estado no exista una persona con mejores credenciales que Mario García para encabezar la Secretaría de Cultura. O no buscaron, o los perfiles idóneos no aceptaron o, como los espectaculares, convenientemente apareció un ex rector en el camino de quien, no conforme con gobernar un estado, pretende que también se haga su voluntad en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí.

Decía Marx que la historia ocurre dos veces: “la primera vez como una gran tragedia y la segunda como una miserable farsa”; la historia del médico resistiendo embates autoritarios ya la vivió la UASLP, no está de más que recuperen su memoria histórica, ejerzan ampliamente su autonomía y enteren a la sociedad de lo ocurre.

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.

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