Sueño roto rumbo a final sudamericana

 

Medellín, Colombia (30 de noviembre de 2016).- La final soñada de la Copa Sudamericana de futbol acabó en tragedia para el club brasileño Chapecoense, cuya expedición a la ciudad colombiana de Medellín dejó 71 muertos y seis heridos al accidentarse en una montaña el avión en que viajaban, según precisaron las autoridades.

El aparato, un Avro Regional RJ85, de fabricación británica, de la aerolínea boliviana Lamia, con capital venezolano, y que llevaba 77 personas a bordo, “se declaró en emergencia” el lunes a las 22.00 hora local, “por fallas eléctricas”, cuando se aproximaba al Aeropuerto Internacional José María Córdova de Medellín, en el noroeste de Colombia, sede del Atlético Nacional, el que hoy sería el rival finalista de Chapecoense.

Menos de dos horas después, la Aeronáutica Civil (Aerocivil) confirmaba el accidente sufrido por el avión en las faldas del Cerro Gordo, entre las localidades de La Unión y La Ceja, en el departamento de Antioquia, y a sólo 17 kilómetros en línea recta de Rionegro, localidad donde está situado el aeropuerto de Medellín.

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La cifra de 81 ocupantes del aparato suministrada inicialmente por las autoridades, y de 76 fallecidos, fue corregida luego por el director de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), Carlos Iván Márquez, quien explicó que cuatro personas que estaban en la lista de viajeros no embarcaron a última hora.

El del lunes es el peor accidente aéreo ocurrido en territorio colombiano en este siglo, pues el siniestro reciente más grave fue el de un avión de American Airlines que costó la vida a 165 personas, el 20 de diciembre de 1995, al chocar con el filo de una montaña cuando se disponía a aterrizar en Cali (suroeste) procedente de Miami.

La madrugada de ayer, todavía en medio de la oscuridad, socorristas rescataron a los primeros supervivientes del avión boliviano, lo que dio una luz de esperanza, pero al amanecer las autoridades ya daban por cerrado el trágico balance.

La delegación deportiva, compuesta por 22 jugadores del Chapecoense, 25 directivos, personal técnico e invitados y 21 periodistas de medios brasileños e internacionales, partió el lunes de Sao Paulo con destino a Santa Cruz de la Sierra (Bolivia) donde abordaron el avión de Lamia, que llevaba una tripulación de nueve personas.

Entre los sobrevivientes  se encuentran los futbolistas Alan Ruschel, Jackson Follman y Helio Neto; así como el periodista Rafael Valmorbida Henzel, y los tripulantes Ximena Suárez (azafata) y Erwin Tumiri (técnico), quienes fueron ingresados en distintos hospitales cercanos a Medellín, según la Aerocivil.

Los 71 cadáveres ya fueron recuperados en el lugar del accidente y fueron trasladados a Medellín para su identificación y posterior entrega a los familiares.

El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, definió lo sucedido como “una tragedia que nos enluta” pese a que ninguno de los fallecidos era colombiano, al tiempo que expresó su “solidaridad” con las familias de las víctimas y con Brasil.

Entretanto, las autoridades trabajan para esclarecer las causas del siniestro.

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Cambiaron el vuelo de última hora.

La delegación del club Chapecoense debió cambiar sus planes de vuelo a Colombia por una decisión de la autoridad de la aviación brasileña, que le impidió desplazarse a Medellín en un vuelo chárter, por lo que debió embarcar en un avión comercial que se estrelló el lunes por la noche, poco antes de llegar a Medellín.

Cambiar de avión y partir desde São Paulo dos horas después de lo previsto por los directivos del club del estado sureño de Santa Catarina fue el comienzo de una tragedia cuya verdadera magnitud aún se desconocía, pues brigadas de rescate buscan llegar al lugar del accidente y han dado señales de encontrar supervivientes de Janeiro.

Fuente: Excélsior.

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