Alejandro Rubio
Ser el tapete del gobernador hoy podría ser lo más redituable que hay en la política potosina, el problema es cuánta dignidad queda después de serlo.
No son pocos los actores políticos, funcionarios y legisladores que, por lo visto, estarían dispuestos a ser una mera marioneta con tal de pasar otra administración o legislatura viviendo del erario.
Todos reciben su premio, eso sí nos consta, el detalle es lo que están dispuestos a hacerle al estado para conseguirlo.
Ya sea endeudar por dos décadas al Estado, asegurarle la gubernatura a la esposa de Ricardo Gallardo Cardona o mutilar el presupuesto de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (y con ello estrangular a la educación pública), de lo único que podemos estar seguros es de que no hay límites para pasar sobre cualquier ley, institución o persona, con tal de obedecer al de arriba.
Desde el inicio del sexenio se dio la muestra de lo que sería el Congreso del Estado, cuando se aprobó la toma de protesta de Gallardo Cardona en la Plaza Fundadores o las placas y licencias gratuitas, pero no hace falta irse tan lejos, en tan solo el último mes hemos visto una sarta de obscenidades que fácilmente le competirían a cualquier gobierno priista.
A inicios de noviembre, el diputado de Morena, Carlos Arreola Mallol, propuso que Estado y municipios pudieran adquirir créditos por 13 mil 404 millones de pesos. Aunque se defendió y negó el endeudamiento, la realidad es que hasta su mismo partido se tuvo que deslindar de sus gallardistas intenciones.
Casualmente, la polémica iniciativa hubiera parchado las finanzas estatales que hoy se cubren mediante créditos quirografarios.
El descontento y la presión fue tal que el diputado tuvo que recular, pero nunca se quitará esa estela de que su lealtad ahora está en otro bando y que está dispuesto a hacerle el trabajo sucio al gobierno con tal de escalar.
Otra oferta de tapetes que el gobernador encontró fue en el Consejo Estatal Electoral y de Participación Ciudadana, cuyos consejeros, el pasado viernes, aprobaron enviar una iniciativa al Congreso del Estado para garantizar que en 2027 la gubernatura sea utilizada por una mujer.
Maromas más, maromas menos, el Ceepac de repente se nos puso feminista y dice que, si no se obliga a los partidos políticos a postular a una mujer para la gubernatura, nunca lo harán por voluntad propia. Y es cierto, en mayor medida, la paridad en los cargos públicos fue conseguida cambiando la ley y obligando a que hubiera candidatas mujeres; el problema es que esa postura encaja muy coincidentemente con el proyecto transexenal de Ricardo Gallardo Cardona: la postulación a la gubernatura de su esposa, Ruth González Silva.
Ya sabemos que vergüenza no tienen, pero aún así no está de más decirlo: que desagradable es disfrazar de paridad un proyecto político familiar, más aún que la propuesta venga del Organismo Público Local Electoral, ese que tanto se ha defendido por su presunta autonomía, pero que ya vimos para qué sirve.
La última promoción de tapetes se lanzó el pasado lunes, cuando la Comisión de Hacienda del Congreso del Estado decidió modificar el Presupuesto de Egresos 2026 para recortarle recursos que ya le había autorizado el Poder Ejecutivo a la Universidad Autónoma de San Luis Potosí.
De esta forma los diputados ponen el pecho para blindar de la crítica a Gallardo Cardona, quien, ahora sabemos, nunca contempló aumentar a 506 millones el presupuesto a la UASLP, aquella propuesta solo fue una pantalla para al final entregar tan solo 20 millones de pesos más que en este año.
Así, sin más, los legisladores determinaron recortarle recursos a la UASLP, y desdeñar por completo la importancia de la educación pública en el país, como si varios de quienes componen dicha Comisión no se hubieran beneficiando de una universidad autónoma, incluyendo a la presidenta.
Lo más cómico del asunto es que también determinaron aumentarle el presupuesto al Ceepac…
Esto aún es el dictamen que será votado por el Pleno este jueves, por lo que tienen la oportunidad de razonar un poco y recomponer el camino. Por desgracia, razonamiento en ellos no es algo que se pueda esperar.
Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.
Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Actualmente director editorial de Astrolabio Diario Digital, con interés y experiencia en Transparencia y el Derecho de Acceso a la Información Pública. Formó parte de la tercera generación del MásterLab en edición de investigaciones organizado por Quinto Elemento Lab.






