Carlos Rubio
Estamos ante una de las peores temporadas que acontecen año con año. No es la de lluvias, no es la de calor, no es la sequía, son los informes.
Día con día los funcionarios pareciera que tienen licencia para mentir en cifras, proyectos, avances, etc. Pero durante sus informes anuales es aún peor, porque hasta se les permite ejercer presupuesto para ello.
Lo que bien puede hacerse en una rueda de prensa desde Palacio de Gobierno o el Municipal, es trasladado a un escenario cuyas dimensiones son del tamaño del ego del funcionario.
En lugar de que un informe funcione como un punto de control para ajustar objetivos y permitir la participación ciudadana, se limita a ser un ejercicio de escucha sin posibilidad de contrastes ni debate.
Como si el portador del micrófono se convirtiera en el dueño de toda verdad y toda razón, narrando un mundo completamente diferente al que viven sus espectadores, con datos que ni si quiera se explican qué significan (si fueran ciertos).
El año pasado Ricardo Gallardo Cardona presumió que San Luis Potosí estaba en el top 10 de las entidades con mayor inversión extranjera, ¿y? Además de ser un dato falso, como lo reveló el periodista Abelardo Medellín, no se explica cuál sería la relevancia de este hecho. ¿En qué beneficia esto a una madre soltera que trabaja por la mañana y cuida a su hijo por la tarde? ¿Por qué los potosinos nos deberíamos de alegrar de esto? Nadie sabe, seguramente ni los mismos que presumen el dato.
El hecho de que la temporada de informes permitida en la Constitución se aproveche para tapizar la ciudad de propaganda personalizada es otro punto negativo que reprochar. ¿Cuál es la utilidad de colocar miles de pendones en cada poste de la entidad? Y más importante, ¿qué cantidad de información es la que realmente retiene una persona de entre toda la basura que se coloca en las calles? Nada. Básicamente y por mucho se graba el color.
El único informe útil será el de todo aquello que no nos quieran informar. ¿Cuál es la razón de que el Gobierno del Estado decida no entregar los recursos completos a la UASLP? ¿Cuál es la deuda actual del Estado potosino? ¿Cuál son los objetivos alcanzados hasta ahora en materia de educación? ¿Cuáles son las áreas de oportunidad en cuanto a seguridad pública?
Lamentablemente ninguna respuesta a eso va a escuchar en el próximo informe de gobierno, estimado lector. Lo único que escuchará son vítores, aplausos, halagos y uno que otro guiño a la gubernatura del 2027.
Otro detalle son los invitados. Las primeras filas están reservadas para personajes que poco y nada tienen que ver con San Luis Potosí, quizá únicamente los atraiga por acá el presupuesto.
Y, como siempre, al fondo estará la gente, que fácilmente preferiría estar ocupando su tiempo en otra tarea, pero que seguramente fue llevada a la fuerza, empujada por el condicionamiento de los programas sociales.
Esta vez habrá que llenar la Arena Potosí… no será tarea fácil, pero no imposible. Cuando se quiere, se puede, y cuando se tiene a todo un Estado a merced, difícilmente hay deseos imposibles.
Mi recomendación para estos días es: si quieres informes no veas los informes.
Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.
Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Actualmente director editorial de Astrolabio Diario Digital, con interés y experiencia en Transparencia y el Derecho de Acceso a la Información Pública. Formó parte de la tercera generación del MásterLab en edición de investigaciones organizado por Quinto Elemento Lab.