Terremoto político

Octavio César Mendoza

Septiembre es un mes muy movido para México, porque como dice el poema más famoso y recitado de esta insigne patria, el Himno Nacional Mexicano, escrito por Francisco González Bocanegra, además potosino, “y retiemble en sus centros la tierra”.

En septiembre se mueve el piso de forma temible, se abren portales interdimensionales como el 9 9 9, el volcán don Goyo bosteza, se desbordan los ríos en los trópicos, se incrementan desapariciones y extorsiones y se festeja la independencia nacional dando de gritos en todo sitio donde haya un balcón. Estentóreo está el asunto para la prima dama gobernante, que a la par debe lidiar con un déficit fiscal que hace más complejo su propio futuro como mandamás. No son buenos tiempos para gobernar, pero sí para demostrar que se tienen los taninos suficientes para hacer buen vino.

Qué duro debe ser, para la histórica presidenta Claudia Sheinbaum, tener que destapar las cloacas de la corrupción ocurrida durante el mandato del expresidente AMLO dentro de las instituciones a las que este último confió la erradicación del huachicol fiscal y el combate de precursores químicos para maquilar drogas como el fentanilo, dentro y fuera de las aduanas. Qué inmensa responsabilidad pesa sobre sus hombros y sobre los de quien, de haber sabido la más radical de las izquierdas mexicas, mejor hubieran dejado ser Gobernador de la CDMX, en lugar de ponerlo en la línea directa de sucesión presidencial con todo lo que eso significa (de angustia) para los herederos morales y consaguineos del obradorato, dada la cercanía activa y proactiva del Jefe García Harfusch con los intereses norteamericanos. La información, Yes Sr, es poder.

Cual desastrosa jugada de ajedrez que no resintió el gambito de la primo dama, han empezado a caer los peones del lado opuesto del tablero a quien en su momento regatearon el apoyo de forma imprudente, cuasi soberbia. Olvidáronse del carácter absolutista y todo poderoso de quien ocupe la silla presidencial, máxime si se trata de una persona brillante en la estrategia; tanto así que tiene en la lona poítica a quienes osaron intentar disputarle la mentada poltrona del águila. Era un teteatet (lo acabo de castellanizar) entre ella y Marcelo Ebrard, quien supo cuadrarse a tiempo y salvar sus plumas, incluso, hasta el 2033. No le aprendieron nada a los muchos priyistas que saltaron al barco de la 4T, que hasta han de pensar que Alito se fue por la libre para darle sus guamazos a Noroña. Ante el poder concentrado en una sola persona, hasta para ir al baño hay que pedir permiso.

En fin que este sábado, si otra cosa no sucede, llegará la presidenta a dictar línea, quizás a sentar acuerdos, o probablemente a valorar el hervor de los camotes, a este San Luis Potosí de tunales de oro y plata. Habrá que ver el nivel de diplomacia y negociación que se alcanza detrás de los telones de las porras y los tapancos. Como aliados, deberán poner sobre la mesa las cartas de interés personal, y definir sobre las inteligencias del interés común. Nada peor que dejarse llevar por las emociones, aunque estas intenten justificar su arrogante beligerancia. Donde priva la buena fe, no hay trampa, y las hostilidades cesan. Ha de saberse que hay cacerolas con dos orejas para cocinar el caldo, y así evitar las sartenes de un solo mango, mi abuelita dialoguista dixit.

A la presidenta habrá de lloverle una corriente de chorro de reclamos locales: que si las universidades, que si los sindicatos, que si las candidaturas. El poder de interlocución que logre obtener cada personaje, será lo que prive en el ánimo de la científica para ser atendido. Para ella, la información de cada entidad que visita está en su escritorio, no hace falta; pero igual tampoco faltarán quienes pretendan protagonizar. El chiste es dar la nota y, en una de esas, seguir el pleito.

A quienes habremos ver desaparecer es a aquellos que tejieron fortunas en la oscuridad con los “empresarios” y mandos militares y civiles caídos en el inicio de la guerra que habrá de definir no sólo el rumbo del barco de la Patria, sino también la condena al frenesí de los tiburones desde la cubierta. Veremos hasta qué punto llega la limpia de lealtades y la suma de voluntades, así como la capacidad de entender que, ante el poder presidencial, más vale una dimisión gananciosa que un triunfo transitorio y pírrico donde, mi abuelita economista dixit, salen más caras las hebras de cilantro que las albóndigas por más que antojen.

En fin que, amable lector, durante septiembre veremos lo que agosto presentía: una crisis que se puede volver oportunidad para quienes intelijan, y desgracia para quienes se necien.

Ya sabemos quién manda. Ahora que lo entiendan todos.

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.

Es poeta, escritor, comentarista y consultor político. Actualmente ocupa la Dirección General de Estudios Estratégicos y Desarrollo Político de la Secretaría General de Gobierno del Estado. Ha llevado la Dirección de Publicaciones y Literatura de la Secult-SLP en dos ocasiones, y fue asesor de Marcelo de los Santos Fraga de 1999 a 2014, en el Ayuntamiento y Gobierno del Estado de SLP, y en Casa de Moneda de México. Ganador de los Premios Nacional de la Juventud en Artes (1995), Manuel José Othón de Poesía (1998) y 20 de Noviembre de Narrativa (2010). Ha publicado los libros de poesía “Loba para principiantes”, “El oscuro linaje del milagro”, “Áreas de esparcimiento”, “Colibrí reversa”, “Materiales de guerra” y “Tu nombre en la hojarasca”.