Abelardo Medellín Pérez
Cuando el gobierno afirma que tiene finanzas sanas, que ha cumplido lo prometido y que ha hecho más que otras administraciones, podríamos someter tales dichos al escrutinio más básico para luego descubrir que en algo miente descaradamente o es dolosamente impreciso, sin embargo, si algo se puede decir con toda certeza del gobierno a cargo de Ricardo Gallardo Cardona, es que es una gestión endeudada… y mucho.
Al hablar de deuda, no podemos remitirnos únicamente al tema económico, porque los Estados que ordenan y administran la cosa pública, no solo funcionan con dinero. Los gobiernos requieren de la congruencia para mantener una justa credibilidad ante sus ciudadanos (que se gana a través del discurso) y en el mismo sentido requieren el cumplimiento de acciones concretas que traigan bonanza a todos los sectores (para que el pueblo, que sostiene a estos gobiernos, no tenga motivos para derribar el Estado y hacerse cargo de sus propios problemas).
Bajo este entendido, hay que reconocer que cuando se habla de “la deuda del gobierno”, nos referimos a las potenciales deudas financieras, discursivas y políticas. Las deudas económicas, las deudas con la verdad y la deuda de su deber hacer.
Todas ellas deben estar en ceros para que un gobierno se considere funcional, y resulta ser que el Gobierno de San Luis Potosí adolece de todas.
La deuda financiera
Las crisis económicas de este gobierno acrecientan día con día el boquete económico de su endeudamiento; boquete que, todo parece indicar, será la verdadera “herencia maldita” de la administración Verde. Sin embargo, pongamos en relieve algunas de las más escandalosas: la deuda con la UASLP, con el Ceepac y con las Pensiones del Estado.
Tal como se ha ventilado y hecho evidente desde la rectoría los últimos días, el adeudo que el gobierno mantiene con la Universidad Autónoma de San Luis Potosí está por alcanzar un punto de no retorno. Zermeño Guerra ha sido categórico; de no obtener los recursos que el Gobierno de Ricardo Gallardo dolosamente jinetea para sus propios intereses, la máxima casa de estudios se topará muy pronto con un escenario complicado para cerrar el año. Los más de 170 millones que el gobierno potosino le debe a la universidad, equivalen a que la administración del gobernador le adeuda poco más de 21 mil pesos a los más de 7 mil 755 estudiantes que empezaron a estudiar en la UASLP este año. Esta semana hubo avances con una mesa de diálogo entre el secretario general de Gobierno y el rector, pero los desangelados boletines que el gobierno envió tras dicha charla dejan ver que la promesa no fue de pago, sino de seguir pateando el bote.
Este jueves, la consejera presidenta del Ceepac declaró que hace unos días la Secretaría de Finanzas les comunicó que no les iban a entregar los 21 millones de pesos que les deben, simplemente porque el gobierno no contaba con disponibilidad presupuestaria. Es decir que, al momento de organizar el gasto, el gobierno puso como prioridad la Feria Nacional Potosina 2025 y el viaje del gobernador a Japón, antes de asegurar el financiamiento de la elección de cargos judiciales que con tanto ahínco e ignorancia promovieron durante la primera mitad del año. Hubo recursos cuando el gobierno mandó a la CEFIM a repartir acordeones para que desde los municipios la gente cercana a los alcaldes verdes votara por los candidatos de la Gallardía, pero no hay recursos para que el Ceepac pague el costo de haber realizado la elección. Ya sabíamos que al gobernador no le interesaba una inversión en democracia (quizá es por que no la entiende y no se puede colgar la medalla al cuello), pero dejar en tal estado de incertidumbre a un organismo que hizo su trabajo y sabe bien lo que cuesta, es una bajeza cívica y criminal.
En las Pensiones existe un problema adicional a la deuda: hoy en día no podemos saber de qué tamaño es dicho pasivo. Desde hace más de un año, la dirección tomó la irregular decisión de retirar de sus actas públicas de sesiones el apartado correspondiente al estado de la deuda del gobierno a las pensiones. El último dato cierto apuntaba a una deuda de más de cuatro mil millones de pesos, sin embargo, cualquier proyección a partir de los datos de crecimiento del pasivo los últimos meses de reporte apunta a que dicha deuda ya superó los 6 mil millones de pesos desde mayo pasado. ¿Qué cosas no habrá financiado ya el gobierno Verde con 6 mil millones de pesos?, ¿una o dos campañas electorales para familiares, suficiente propaganda para las marcas de licor oficiales del apellido, algún concierto millonario para la Feria?
La deuda discursiva
La mentira no es más que una deuda con la verdad, y cuando un funcionario del Estado intenta explicar o tapar sus pifias, abonan cuantiosamente a dicho adeudo. Con tantos evidentes abusos cometidos desde el Ejecutivo, las excusas y explicaciones vacías ya no engañan a nadie y es justo por eso que el cinismo de mantener una mentira es doblemente cínico y vergonzoso.
Por la boca muere el pez, versa un viejo refrán, hoy en día podríamos parafrasear: “por el pico muere el pollo”.
Frente a su usual público de acarreados y en redes sociales, el gobernador ha afirmado que su gobierno se diferencia de los anteriores, porque él no gasta carretadas de dinero en medios de comunicación, y la pregunta ante tal jactancia es: ¿Alguien ya le dijo al gobernador que a inicios de este año, se hizo público el resumen de la auditoría estatal con número AEFPO-01-PERF-2023, en la cual se recuenta que la Secretaría de Desarrollo Económico (Sedeco) contrató mediante adjudicación directa los servicios de un medio de comunicación por un monto de 10 millones 115 mil 200 pesos?, ¿nadie le avisó que en dicha auditoría se reveló que el número del contrato era el DGA-CAASPE-AD-044-2023 y al solicitarlo por transparencia la Oficialía Mayor determinó que la información era reservada y por tanto ahora no se puede saber a qué medio benefició el gobierno con tal cantidad? Si el gobernador quiere mentirse a sí mismo y decir que su gobierno no paga a medios, cuando evidentemente lo hace, que lo haga frente al espejo, no frente a los ciudadanos.
El jefe del Ejecutivo aprovechó cada oportunidad que tuvo durante los últimos dos años y sobre todo durante la crisis de desabasto de agua en el estado, para decir que, a diferencia de sus enemigos imaginarios, su gobierno nunca ha rentado pipas, sino que las compra; sin embargo, hace menos de un mes se reveló que su administración pagó al menos 10 millones de pesos en la renta de pipas durante 2023 y 2024. Aunque es una mentira rampante muy seguramente esgrimida para distanciarse de los políticos capitalinos (a los que cada vez se parece más), cabe la posibilidad que el gobernador haya mentido por la pena de admitir que su gobierno pagó 385 mil pesos de pipas, solo para surtir a la Fenapo durante agosto de 2023. ¿Qué hubiera pasado si en lugar de surtir agua a la Fenapo con recursos públicos, le hubiéramos quitado recursos a la feria misma para surtir de agua a las familias? Una pregunta que el gobernador nunca pensaría en contestar, mientras viva en la cómoda mentira de las pipas compradas.
La más reciente de sus falacias es una que, a diferencia de las anteriores, agradecemos que no se haya cumplido hasta ahora: la reforestación de la Sierra de San Miguelito con un millón de árboles. Este miércoles 3 de septiembre, el gobernador afirmó en redes sociales que su gobierno ya había reforestado la sierra con esta cantidad ingente de árboles, hecho que este mismo jueves fue desmentido por el director del Área de Protección de Flora y Fauna Sierra de San Miguelito ante la Conanp, Luis Enrique Rodríguez Sánchez.
El director explicó que, si bien el gobierno ha expresado su pretensión de realizar dicha reforestación, la administración Gallardista no tiene permisos, avales o reconocimientos oficiales para realizar esa actividad. Si el gobierno tuviera buenas intenciones por supuesto que sería positiva su intervención para reforestar la sierra, sin embargo, el mero hecho de que prefieran presumir algo que no ha pasado antes que trabajar para conseguir los permisos y cumplir con la normativa, revela un vicio de origen. El gobernador no quiere reforestar la sierra, quiere decir que reforestó la sierra, y como hacerlo por las buenas toma tiempo y seriedad, mejor lo hace por las malas, inventándose logros que se pueda adjudicar.
La deuda política
Decenas de cosas han quedado incumplidas en este gobierno que prioriza el jineteo de dinero y de certezas, por eso son muchos los ejemplos de las deudas políticas: la promesa de cinco hospitales de especialidad, las consultas que los diputados “amigos del gobernador” no pueden realizar por que su jefe no les da ni un peso de más, la omisión en que incurre el Ejecutivo al no instituir un área especial de gobierno que vigile y promueva el cumplimiento de la Convención de los Derechos de las Personas con Discapacidad.
De entre todos estos ejemplos, uno de los más obvios y por tanto una de las deudas más grandes que pretende dejarnos el gobernador, es la de la opacidad.
El gobierno, por poner un ejemplo reciente, se resiste a entregar la información sobre los gastos del gobernador y sus comitivas en las “misiones comerciales” que han hecho a España, Alemania, Medio Oriente y ahora Japón. El gobernado llegó al ridículo extremo de responder a un reportero “no, no, no, no, no somos… ya no te voy a contestar” cuando se le preguntó sobre el costo de su reciente viaje al país nipón. Parece que el gobernador puede hablar sobre la sexualidad de sus colaboradores frente a cientos de personas y burlarse de ella, pero le invade la timidez cuando le peguntan cómo es que gasta el erario público en viajes.
Sobre este asunto en particular, un periódico profundamente afín al Gobierno del Estado escribió en uno de sus espacios esta semana:
“Cómo han cambiado los tiempos, no se puede olvidar las fastuosas misiones comerciales de otros gobernadores como Marcelo de los Santos que derrochaban el presupuesto en viajes inútiles al extranjero con comitivas onerosas […] a diferencia del grupo que acompaña al gobernador Gallardo que es reducido”.
A quien sea que tuvo el infortunio de ser mandado a escribir eso, habría que explicarle que no podemos decir “a diferencia de”, cuando ni siquiera sabemos cuál es esa diferencia, no es lo mismo la cantidad de personas que la cantidad de gastos y en el caso de Gallardo Cardona, es difícil tener certeza de cualquiera de esas dos.
El asunto se vuelve más desafortunado para el autor anónimo si no ponemos quisquillosos con este detalle: la gira que Gallardo Cardona realizó en España y Alemania durante 2023 fue casi la misma que realizó Marcelo de los Santos en 2005, pero ¿saben cuál fue mayor diferencia entre ambas? Pues que Marcelo de los Santos sí transparentó e informó de los gastos que tuvo en Europa, mientras que el gobierno de Gallardo Cardona, siempre “cercano a la gente”, negó toda información relacionada con el costo de su misión comercial.
Gallardo Cardona no es mejor que el oneroso Marcelo de los Santos, de hecho, es peor que los políticos del pasado, porque al menos los políticos atendían con su deber de transparentar y entregar la información pública.
Muchas son las deudas y poca la voluntad de cumplir, hablar con la verdad o simplemente pagar. Solo el tiempo nos dirá si la administración podrá salir a flote con los pendientes que ya tiene hasta el cuello, porque por más avasallante e intimidatoria que intente ser, ninguna política de Estado alcanza para disuadir a aquellos que están esperando por lo suyo… Y un día muy pronto alguien va a tocar la puerta de palacio con más ganas de cobrar que de dialogar.
Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.
Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Maestrando en Estudios sobre la Democracia y Procesos Electorales en el posgrado de Derecho de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Ha trabajado como reportero y columnista en los medios digitales La Orquesta y Arco Informativo; actualmente es jefe de información de Astrolabio Diario Digital. Ha sido acreedor de dos premios estatales de periodismo en las categorías de Artículo de Fondo y Periodismo Regional.