Desiree Madrid
La directora de los Servicios de Salud del Estado, Elizabeth Dávila Chávez, afirmó que la transición al modelo IMSS-Bienestar no ha afectado la atención a pacientes en la entidad, aunque aún existen retos, especialmente relacionados con el abasto de medicamentos.
Dávila sostuvo que el cambio es, en esencia, de carácter administrativo y que los servicios en consultorios, programas de detección, atención prenatal y estudios de tamizaje operan con normalidad.
“Es solamente una parte administrativa importante en la cual nos sentimos apoyados”, comentó, por lo que buscan que la población no perciba afectaciones.
No obstante, el proceso no ha estado exento de complicaciones. Uno de los puntos críticos es el suministro de medicamentos, una problemática que ha sido recurrente en distintos estados del país durante la implementación de IMSS-Bienestar.
Dávila reconoció que se trata de un aspecto en proceso de ajuste, aunque se hacen esfuerzos para mejorar.
“Nos llega el medicamento. Por supuesto que tenemos que encontrar la medida en que no haga falta nada”, dijo la funcionaria.
Asimismo, confirmó que hay intervenciones tanto del IMSS-Bienestar como de la Secretaría de Salud federal para atender el tema.
Según los datos proporcionados por la directora de servicios de salud del estado, el porcentaje de abasto de medicamentos en San Luis Potosí ha pasado del 79 al 85 por ciento, con expectativas de alcanzar una cobertura total para finales de junio.
Aunque la cifra representa una mejora, también revela que aún existe un déficit que podría impactar la atención a pacientes en diversas zonas del estado.
Consultada sobre si hay regiones con mayor o menor abasto, Dávila descartó diferencias significativas al señalar que se trabaja con un mismo catálogo básico en todos los niveles de atención.
Sin embargo, este modelo uniforme también implica que, si un medicamento no está disponible en un punto, probablemente tampoco lo esté en otros.
A pesar del discurso optimista de las autoridades estatales, persisten dudas sobre la operatividad y transición del nuevo esquema. En San Luis Potosí, aunque no se han reportado crisis visibles, los retos logísticos y administrativos marcan el ritmo de esta transición.